El Mourinho m¨¢s afable

El documental, elaborado por Henrique Mateus de la cadena portuguesa TVI, se titula O toque de Mourinho y durante 50 minutos recuerda los partidos claves (finales casi todas) que sirvieron para que el entrenador del Real Madrid (considerado en Portugal el mejor del mundo) cimentase su mete¨®rica carrera, con veinte t¨ªtulos a su espalda. Se emitir¨¢ la semana que viene y en ¨¦l, el t¨¦cnico, que cumplir¨¢ 50 a?os el pr¨®ximo enero, revela algunos de los secretos de algunos partidos definitivos. Como el que disput¨® en abril en el Camp Nou este a?o y que decidi¨® la ¨²ltima liga. Al descanso se lleg¨® con 0-1. ¡°Y yo les dije a los jugadores que ese partido ya lo ten¨ªamos ganado. Que si nos empataban, porque pod¨ªan empatarnos, como eso no les serv¨ªa para llevarse la liga, iban a pasar al ataque. Y que por eso les ¨ªbamos a ganar¡±. Y eso pas¨® exactamente. El Barcelona empat¨® pero el Real Madrid acab¨® por llevarse el partido con un 1-2.

El reportaje indaga en la forma de trabajar del entrenador portugu¨¦s y algunas de sus man¨ªas, como la de sentarse en el segundo asiento del banquillo empezando por la derecha. ¡°As¨ª tengo a un t¨¦cnico a cada lado¡±, explica, sonriendo. Cuenta que llega a su despacho (un cuarto blanco, funcional, sin muchas cosas, con una bicicleta est¨¢tica que casi no usa) dos horas antes de cada entrenamiento, que le gusta contener sus emociones y que huye de las celebraciones. ¡°No me gusta mucho celebrar un triunfo. Si se celebra mucho da la sensaci¨®n de que puede ser el ¨²ltimo¡±, explica. Parece haber cambiado, puesto que en 2010, con el Inter, celebr¨® con algarab¨ªa en el Camp Nou y regado bajo los aspersores el pase a la final de la Champions; volvi¨® a San Siro, ya con el Madrid, y record¨® a la afici¨®n del Milan con tres dedos el triplete conseguido con el Inter; y, sin ir m¨¢s lejos, hace unos meses se tir¨® de rodillas sobre el c¨¦sped del Bernab¨¦u cuando Cristiano Ronaldo le hizo el 3-2 definitivo frente al Manchester City.

No me gusta mucho celebrar un triunfo. Si se celebra mucho da la sensaci¨®n de que puede ser el ¨²ltimo¡± Jos¨¦ Mourinho, en el documental

En el documental se trasluce cierto punto supersticioso del entrenador. ?l mismo explica que al ganar una la liga italiana los jugadores del Inter quer¨ªan celebrarlo y que ¨¦l se negaba porque a los dos d¨ªas ten¨ªan otro partido contra el Siena y no quer¨ªa perder el r¨¦cord de imbatibilidad en casa. ¡°Pero en esto lleg¨® Julio C¨¦sar [el jugador brasile?o por entonces portero del Inter] y me amenaz¨® diciendo que si no les dejaba celebrar no iba a ganar ning¨²n campeonato m¨¢s. Y les dej¨¦. Y por cierto: ganamos al Siena¡±.

Tambi¨¦n se muestra algo supersticioso (o simplemente perplejo) al hablar de las eliminaciones por penaltis, que no le han sido nunca favorables. La ¨²ltima, la semifinal de la Champions disputada entre el Real Madrid y el Bayern en el Bernab¨¦u en el que el equipo blanco qued¨® descabalgado por penaltis. ¡°Algo hacemos mal. Debe de haber algo l¨®gico. Algo racional en eso. Pero se me escapa. Naturalmente que ensayamos los penaltis. Pero luego pasa que el que la mete nueve o diez veces en el entrenamiento va al partido y la falla¡±, comenta. Y luego relata que gan¨® una supercopa italiana gracias a un penalti decisivo marcado por el argentino Zanetti. ¡°Ten¨ªa 36 a?os Y era el primer penalti que tiraba en su vida. No tiraba un penalti desde los tiempos de juvenil. Y va ah¨ª, en esa tanda, y lo marca, as¨ª que¡­¡±

Mourinho tiene palabras amables y casi emocionadas para las aficiones del Chelsea, donde entren¨® desde 2004 a 2007 y para la del Inter de Mil¨¢n, donde lo hizo desde 2008 a 2010. Pero no menciona, ni para bien ni para mal, a la del Real Madrid. Explica que muchas de sus acciones se malinterpretan. ¡°En 2006, lanc¨¦ la medalla que me hab¨ªan dado por la Premier a los aficionados. Me acusaron de soberbia por hacerlo. Y lo hice porque consider¨¦ que ellos, los seguidores, tambi¨¦n hab¨ªan sido campeones y se lo merec¨ªan¡±.

Asegura que cuando comenz¨® a entrenar pensaba que no hay ¡°entrenadores viejos o j¨®venes¡± sino ¡°entrenadores buenos o malos¡±. ¡°Y lo sigo pensando¡±, a?ade. Y concluye que a pesar de todos los t¨ªtulos pasados, presentes y futuros (¡°pienso morirme de viejo¡±) lo m¨¢s importante y el ¡°mayor trofeo¡± de su vida es su familia. ¡°Es una familia top. Estamos siempre los cuatro juntos¡±, asegura.