El M¨¢laga, a a?os luz del Valencia
El equipo de Pellegrini, con un f¨²tbol de alta escuela, le da un repaso al de Pellegrino

Esta es la distancia entre el M¨¢laga y el Valencia: sideral. El cuadro de Pellegrini no solo gan¨® y gole¨® al de Pellegrino sino que lo redujo a la nada. El M¨¢laga es un equipo trabajado y convencido de la idea cuajada de su entrenador, entronizado el bal¨®n como objeto de culto por sus jugadores, correspondidos por la pelota con todo el disfrute del mundo. El Valencia pareci¨® todo lo contrario. Sin la heroica frente al Bayern ni la agresividad ante el Atl¨¦tico, el conjunto de Pellegrino result¨® una filfa. El tr¨ªo de los argentinos en el centro del campo (Gago, Tino Costa y Ever Banega), por el que suspiraba su compatriota desde el banquillo, fue un fracaso colosal. Y otro tanto Valdez como sustituto del sancionado Soldado.
Pellegrini expuso sus intenciones desde el primer minuto: los laterales pisando el territorio de los extremos. Y el delantero, Saviola, descolg¨¢ndose a la medular para abrir el cuero a las bandas, descubriendo espacios que ¨¦l o sus compa?eros sabr¨ªan aprovechar. Como en el primer gol. La paciencia es un grado en todos los conjunto del t¨¦cnico chileno. Primero la apertura a la derecha: G¨¢mez. Y despu¨¦s a la izquierda: Eliseu. Finalmente, el pase atr¨¢s de este hacia el borde del ¨¢rea, donde Portillo campaba a sus anchas. El mediocampista malague?o abri¨® el ¨¢ngulo de su pie derecho para alojar el bal¨®n en la esquina izquierda de Diego Alves. El portero brasile?o maldijo la desidia defensiva que hab¨ªa permitido esos dos metros para pensar a Portillo.
M?LAGA, 4 ¨C VALENCIA, 0
M¨¢laga: Caballero; Jesus G¨¢mez, Demichelis, Welligton, Eliseu; Toulalan (Buonanotte, m. 89), Camacho, Joaqu¨ªn (Santa Cruz, m. 77), Isco, Portillo; y Saviola (Sebas Fern¨¢ndez, m. 83). No utilizados:
Valencia: Diego Alves; Barrag¨¢n, Ricardo Costa, Rami, Cissokho; Tino Costa (Dani Parejo, m. 79), Gago, Feghouli, Banega (Jonas, m. 54), Guardado (Piatti, min. 68); y Valdez. No utilizados:
Goles: 1-0. M. 8. Portillo. 2-0. M. 75. Saviola. 3-0. M. 81. Santa Cruz. 4-0. M. 92. Isco.
?rbitro: Mu?iz Fernandez. Expuls¨® por doble amarilla a Rami (m. 84) y amonest¨® con tarjeta amarilla a Joaqu¨ªn, Weligton Guardado, Banega, Gago, Feghouli y Tino Costa.
Unos 31.000 espectadores en La Rosaleda.
El M¨¢laga exhibi¨® un f¨²tbol de alta escuela en el primer tiempo. Es un equipo muy engrasado. Resguardado por la solvencia de Camacho y Toulalan, el resto se dedica a disfrutar del ataque. Un festival de cambios constantes de posiciones, paredes y pases en profundidad, adem¨¢s del noble arte del regate para desbrozar los caminos. Entre Guardado, Tino y Ricardo Costa, Isco practic¨® el malabarismo, deleit¨¢ndose en su superioridad t¨¦cnica sobre algunos de sus excompa?eros, convertido ya, a los 20 a?os, en un jugador muy maduro, dejando una vez m¨¢s en evidencia a quienes desde Mestalla facilitaron su marcha el a?o pasado.
El Valencia fich¨® hace unos meses al jardinero del M¨¢laga y, por lo visto, la plaza qued¨® vacante en La Rosaleda, cuyo c¨¦sped presentaba calvas por todas partes. Algunas de ellas perjudicaron varios remates de Saviola y Joaqu¨ªn. Entre ambos, con sus movimientos flotantes, quebraron los huesos de la zaga de Pellegrino. Y si no marcaron antes un saco de goles fue porque Alves volvi¨® a sacar manos salvadoras.
El Valencia ofreci¨® la imagen pusil¨¢nime de todas sus visitas. Un equipo que ni viene ni va ni pincha ni corta, subyugado por la pereza. Los regates de Ever Banega en el centro del campo no serv¨ªan para nada sin profundidad por las alas ni un desmarque de ruptura por parte del ¨²nico punta, Haedo Valdez. Los duelos individuales, adem¨¢s, fueron ganados por los zagueros de Pellegrini: la velocidad de Eliseu se impuso cada vez a Feghouli, una caricatura del h¨¦roe que fue ante el Bayern; Demichelis y Weligton secaron a Vald¨¦s. La bronca de Gago a Feghouli expresaba el estado de la frustraci¨®n. Un Gago tambi¨¦n anulado por espesura general.
Isco practic¨® el malabarismo, deleit¨¢ndose en su superioridad t¨¦cnica sobre algunos de sus excompa?eros
La respuesta desde el banquillo valencianista fue t¨ªmida y ya con la segunda parte en curso: entr¨® Jonas por Banega. El resultado, tambi¨¦n escaso. Alg¨²n c¨®rner a favor, alg¨²n remate de cabeza de Valdez.
El M¨¢laga hab¨ªa aflojado, m¨¢s reservado en su campo, a la espera de cerrar el encuentro en alguna contra. No tuvo necesidad de eso. Fue en un ataque alargado por las interrupciones de faltas reiteradas de los defensas valencianistas, cada vez m¨¢s desesperados. La suerte que le falt¨® a Saviola en remates anteriores la tuvo en este: un disparo desde la frontal desviado a gol por las piernas de Ricardo Costa. Premio a la categor¨ªa de este peque?o delantero, due?o absoluto del ataque por inteligencia, habilidad y hambre para aliarse con la magn¨ªfica compa?¨ªa de Joaqu¨ªn. El sustituto de este, Santa Cruz, se sum¨® a la fiesta.
Desquiciado el Valencia, el central Rami fue expulsado por la segunda amarilla y el p¨²blico lo despidi¨® al grito de ¡°tonto, tonto, tonto¡±. Isco quer¨ªa su parte del pastel y ya se lo reparti¨® al final, con un tiro colocado desde la frontal. ¡°Isco, selecci¨®n¡±, reclam¨® con fuerza La Rosaleda. El M¨¢laga est¨¢ ya en otro planeta.
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