Luces apagadas en San Mam¨¦s

Estaba el Athletic en condiciones de alejarse de las tinieblas, de un est¨ªo en el que perdi¨® de forma indeseada a su faro defensivo, se encon¨® con el ofensivo, cuestion¨® lo incuestionable y escuch¨® grabaciones que parec¨ªan maniobras orquestadas en la oscuridad. Estaba, en definitiva, en la v¨ªa para lograr su tercera victoria en cuatro jornadas y superar al Deportivo, oponente incomparable cuando se trata de encender las luces ajenas, dadivoso en defensa, plagado de ausencias en esa l¨ªnea. Se adelant¨® el Athletic para cantar victoria y recobrar sensaciones con un once en el que s¨®lo la irrecuperable ausencia de Javi Mart¨ªnez le alejaba del equipo tipo que puso la gabarra en la parrilla de salida, pero no supo vencer, igualado en el marcador por un Deportivo que atin¨® en su ¨²nico remate con codicia entre los tres palos. Respira el equipo de Oltra, que sale del descenso, pero salva con m¨¢s esfuerzo que juego una inc¨®moda estaci¨®n en el tr¨¢nsito hacia la permanencia.

El Athletic empez¨® como lo hacen los equipos en dudas, tanteando y tante¨¢ndose; el Deportivo fue como una gaseosa sin fuerza, un espumoso que quiso la pelota, pero se qued¨® sin ella por falta de sustancia. Pasado un cuarto de hora el Athletic aceler¨® y el Deportivo se fue a boxes, advertido por un testarazo de Llorente que se estrell¨® en el larguero. La ausencia de Aduriz propici¨® la primera titularidad de la temporada para tan monumental delantero, el mismo que en el Mundial de Sud¨¢frica tir¨® como bolos, en genial comparaci¨®n de Pepe Reina, a los centrales lusos Carvalho y Bruno Alves. Roderick, una de esas promesas que trata de promocionar el agente Jorge Mendes, era entonces un juvenil. Futbol¨ªsticamente sigue si¨¦ndolo. Tambi¨¦n de estreno en un partido de la m¨¢xima exigencia, padeci¨® un calvario ante el riojano en todas las facetas, en campo abierto y en la marca. No fue el ¨²nico. Todo el Deportivo fue a rebufo del Athletic, que durante media hora antes del descanso anduvo sobre las huellas de las pisadas de sus mejores d¨ªas con Bielsa: la presi¨®n y la asociaci¨®n, las permutas, esa movilidad que le hace imprevisible y que gener¨® un desastre cuando Susaeta e Iraola plantearon un dos contra uno sin pelota a Ayoze. El lateral deportivista tap¨® a Iraola mientras Bruno Gama acud¨ªa a la ayuda, pero cometi¨® un error conceptual, una de esas m¨¢ximas que se aprenden en primero de prebenjam¨ªn: al oponente se le encima por detr¨¢s, no por delante. Gama lo hizo con Susaeta y le agasaj¨® con los metros precisos para recibir un pase filtrado por Iturraspe y conceder un pase de la muerte para el gol de De Marcos.

Ese primer y tard¨ªo rev¨¦s mostr¨® la fragilidad del Athletic, castigado en la primera opci¨®n que encontr¨® el Deportivo, un c¨®rner rematado por Aguilar en el que un rechazo dio una segunda opci¨®n al colombiano tras la ¨²nica aparici¨®n relevante de Valer¨®n. El empate aboc¨® el partido a una ¨²nica direcci¨®n porque no tuvo contragolpe el Deportivo, tampoco la pelota. Defendi¨® entre regular y mal, con dudas e imprecisiones, m¨¢s por acumulaci¨®n que con talento, armado con un chico del filial, Pablo Insua, que tuvo que debutar porque Roderick se lesion¨® y ya son tres los centrales con dolencias musculares en el equipo. No le falt¨® llegada ni pujanza al Athletic, pero s¨ª colmillo. Y lo pag¨®.