El M¨¢laga condena a Anquela

Con mucha m¨¢s efectividad que juego, el M¨¢laga se deshizo con solvencia del Granada, que acab¨® bajando los brazos porque jam¨¢s encontr¨® premio a su partido, m¨¢s que aceptable las tres cuartas partes del mismo, lamentable en su tramo final, donde se entreg¨® como un corderito ante un rival que se lo merend¨® porque fue mejor donde realmente importa, en las ¨¢reas.

El M¨¢laga recupera temporalmente la cuarta plaza, en espera de lo que haga el Betis hoy ante el Barcelona, y el Granada se hunde, lo que pone muchas piedras en el camino de Anquela. Su equipo no parece muerto y por momentos juega bien, pero no marca y es endeble en defensa. As¨ª es complicado mantenerse en Primera. En el ¨²ltimo cuarto de hora, el M¨¢laga redonde¨® una goleada que pudo ser de esc¨¢ndalo. Las horas de Anquela est¨¢n contadas y el equipo de Pellegrini recupera el aliento en la Liga con un festival de goles, sin necesidad siquiera de desplegar muchos de sus encantos.

Fue un buen partido, de mucho ritmo, de muchos resbalones, alguno decisivo, como el de Diakhat¨¦ en el primer gol de Joaqu¨ªn. Un duelo donde fueron los tantos los que hicieron justicia, por m¨¢s que el Granada, jug¨¢ndose la vida, y con Anquela en el alero, ofreci¨® una imagen opuesta durante mucho rato a la de un equipo en trance de defunci¨®n. En el derbi regional, casi nada hizo mal el Granada, con un once muy renovado, pero fue mucho m¨¢s equipo el M¨¢laga. Simplemente porque la calidad de sus jugadores se traduce en goles.

No hay m¨¢s que analizar los dos primeros tantos. Mientras los de Anquela hab¨ªan cuajado una primera media hora encomiable, el M¨¢laga, al que le toc¨® sufrir con Camacho demasiado solo en el centro del campo, solt¨® el brazo de manera tajante. Joaqu¨ªn aprovech¨® un inoportuno resbal¨®n de Diakhat¨¦ para batir con maestr¨ªa a To?o, espectador hasta entonces. Un tiro a puerta igual a un gol. Cuatro minutos despu¨¦s, G¨¢mez la enviaba al larguero. Siete despu¨¦s, una fant¨¢stica maniobra de Saviola acababa en gol. Tres disparos a puerta se hab¨ªan traducido en dos goles y un larguerazo. Sin necesidad de que Isco, Joaqu¨ªn o Eliseu realizaran su mejor juego, con Caballero haciendo paradas de todos los colores ante Ighalo y Torje.

Iriney, que estaba en todas partes, se lamentaba por la suerte de su equipo, tan valiente y r¨¢pido como inocente, padeciendo una enfermedad de complicada soluci¨®n: la falta de gol. Al M¨¢laga le fue mejor con Iturra en el centro del campo. El Granada segu¨ªa y segu¨ªa, sin encontrar jam¨¢s el gol, hasta que baj¨® los brazos. Un s¨ªntoma que entonces s¨ª delat¨® a un equipo donde el entrenador tiene ya poco que hacer. En esa desidia, To?o fue insuficiente ante la comodidad con la que le llegaron los futbolistas del M¨¢laga. Buonanotte y Santa Cruz, recambios de Pellegrini, se empe?aron en seguir haciendo sangre y el encuentro acab¨® con una goleada dolorosa para el Granada. Sus aficionados, desplazados a La Rosaleda, volvieron a pedir la cabeza de Anquela. Lo habitual en estos casos en este mundillo.