Aduriz es la pausa de San Mam¨¦s
El tanto del ariete sostiene a un acelerado Athletic y acaba con un Celta sin alternativas ofensivas

Solo Aduriz parece empe?ado en agarrar la tranquilidad para el Athletic. Lo hizo de nuevo ante el Celta, con su octavo tanto en la Liga, probablemente la ¨²nica cifra a destacar de los rojiblancos hasta el momento, la ¨²nica pausa en este inicio acelerado. Lo padeci¨®, sin embargo, el Celta, demasiado atado a la figura de Iago Aspas, limitado si no reluce el delantero. Tampoco fue un baile de reflejos; bast¨® la punter¨ªa del ariete guipuzcoano y la incapacidad de los gallegos para encontrar un plan alternativo.
El ¨²nico gol del partido lleg¨® en un centro de Ibai G¨®mez desde la banda izquierda que Aduriz cabeceo sin apenas torcer el cuello. Se?al de que al env¨ªo le ven¨ªa puesta la direcci¨®n final. M¨¢s c¨®modo tras el tanto, el Athletic empez¨® a intercambiarse el bal¨®n con otro gesto. Ahora tuya, despu¨¦s m¨ªa, otra vez tuya porque ya no te molesta, y as¨ª hasta hilar varias conversaciones. Casi siempre terminaban con un centro desde la banda derecha, la m¨¢s habladora. Ramalho, un central reconvertido a lateral, solucion¨® el desenlace de muchas charlas con varios centros enroscados. Una soluci¨®n que subsana la incapacidad de los rojiblancos para asociarse cerca del ¨¢rea rival.
ATHLETIC, 1 - CELTA, 0
Athletic: Iraizoz; Ramalho, Ekiza, Amorebieta, Aurtenetxe; San Jos¨¦, De Marcos, Herrera (Laporte, m. 89); Susaeta (Toquero, m. 88), Ibai (Muniain, m. 76) y Aduriz. No utilizados: Llorente, Igor Mart¨ªnez y Mor¨¢n.
Celta: J. Varas; Hugo Mallo, J. Vila, Tu?ez, Roberto Lago; Oubi?a, Natxo Insa (De Lucas, m. 60); Augusto Fern¨¢ndez, Bermejo (Toni, m. 75), Krohn-Dehli y Iago Aspas. No utilizados: Sergio; Bustos, Bellvis, Park y Ant¨®n.
Goles: 1-0. M. 33. Aduriz cabecea frente a Javi Varas un centro desde la banda izquierda de Ibai G¨®mez.
?rbitro: Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Amorebieta, San Jos¨¦, De Marcos, Natxo Insa, Augusto Fern¨¢ndez.
San Mam¨¦s, unos 35.000 espectadores.
El Celta, atrevido en la querencia del bal¨®n, padece una dependencia similar. Todo el ataque gallego depende de Iago Aspas. Un jugador inquieto, de esos que desmelenan al Athletic y a cualquier equipo al que le tiemblan r¨¢pido los andamios. La velocidad del punta gallego provoc¨®, por ejemplo, que a Amorebieta se le girase el punto de orientaci¨®n.
Con Bermejo como marca fija, Aspas pivota sin dejar rastro. Se sabe que pas¨® por ah¨ª cuando se advierte que algo acaba de suceder. Con Oubi?a y Augusto Fern¨¢ndez por detr¨¢s, la libertad de creaci¨®n en ataque es cosa de pocos nombres.
En el Athletic los patrones de creaci¨®n son m¨¢s dispersos. Salvo por el dictado de Herrera, no se adivina cierta conexi¨®n en el origen de las jugadas. Alrededor del medio pulularon De Marcos, Susaeta y San Jos¨¦, un central reconvertido a medio centro. Una compa?¨ªa que se dispersa a la hora de atribuirse las instrucciones.
M¨¢s ordenado el Celta, trat¨® de organizarse a partir de la distribuci¨®n en corto del bal¨®n. Aun as¨ª, el gol, transform¨® la pausa en necesidad y de ah¨ª se nutri¨® el Athletic. M¨¢s que nada, para observar los espacios en vez de invent¨¢rselos. Con Ibai abierto en la banda izquierda los de Bielsa depositaron el juego en el lado contrario en la segunda mitad. Bast¨® para atraer la atenci¨®n y aprovechar lo que aguardaba vac¨ªo al otro lado. Tuvo Aduriz en varias cabalgadas la posibilidad de apretar el resultado, pero no lleg¨® el lazo al contragolpe.
Parada la combusti¨®n de Iago Aspas, al equipo gallego se le escapa la chispa
Desaparecido Susaeta, solo Khron-Dehli aprovech¨® la incapacidad del extremo para asomar la cabeza. Tampoco su gesto llam¨® demasiado la atenci¨®n, pero si provoc¨® que Aspas se librase del marcaje de Ekiza. Detenida la combusti¨®n del delantero centro, al Celta se le escapa la chispa. Cansado Bermejo, Paco Herrera introdujo a De Lucas, pero la f¨®rmula segu¨ªa produciendo el mismo efecto.
Recuper¨® el bal¨®n, eso s¨ª, a falta de un cuarto de hora para el final, cuando los nervios afloran y las prisas provocan espasmos. Poco acostumbrado este a?o el Athletic a dominar los biorritmos del partido, ni siquiera los suyos, sufri¨® para encontrar la manera de congelar la situaci¨®n. Le bast¨® con achicar lo que encontr¨®, que fue bastante, y tirar poco a poco de un oficio al que tiempo atr¨¢s se hab¨ªa acostumbrado.
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