Pena m¨¢xima para Osasuna

Frente al letargo que presidi¨® la mayor parte del duelo, un explosivo desenlace dilucid¨® el envite entre el Getafe y Osasuna en el Coliseum. Diez minutos de v¨¦rtigo en los que Armenteros, pasado de revoluciones, enfil¨® el t¨²nel de vestuarios por ense?ar los tacos a Varela y dio un giro definitivo al duelo. Una traca final potenciada poco despu¨¦s con una exquisita definici¨®n de Kike Sola y coronada en el tiempo de descuento, cuando el ¨¢rbitro, Teixeira Vitienes, atendi¨® la llamada del l¨ªnea y decret¨® un inexistente penalti de Oier, que repeli¨® la pelota desde el suelo con la chepa, y no con la mano. No fall¨® Diego Castro, certero para dibujar una sonrisa en sus feligreses y una mueca de disgusto en Osasuna, que se relam¨ªa ante el suculento bot¨ªn de una victoria, pero que sali¨® con un cabreo descomunal y contin¨²a enfangado en las catacumbas de la tabla.

Los proleg¨®menos no invitaban a pensar en un ep¨ªlogo de alto voltaje, sino en todo lo contrario. El cielo plomizo que encapotaba el Coliseum y la escasa propuesta de ambos equipos en el tramo inicial del envite invitaban al bostezo. Aletargado, como si todav¨ªa no hubiese completado la digesti¨®n, el Getafe salt¨® al c¨¦sped con poco br¨ªo, lejos de las pretensiones de su parroquia, que alz¨® la voz por momentos. Escaso de argumentos y encasquillado en el centro del campo, el cuadro azul¨®n se encomend¨® a los fogonazos de Barrada, el ¨²nico que rompi¨® el tedio del grader¨ªo durante el primer acto. Transgresor, el magreb¨ª ofreci¨® destellos deliciosos, pero no encontr¨® aliado alguno.

Su atrevimiento, unido a un despeje de Arribas sobre la l¨ªnea de gol antes de la pausa tras una buena maniobra de ?lvaro, fueron de los pocos sobresaltos para el p¨²blico. Tambi¨¦n para Osasuna, poco dado a la floritura, m¨¢s pendiente de no dejar rendijas que de perforar el arco contrario. Pudo hacerlo Nino, pero su mansedumbre en el disparo se top¨® con la silueta de Moy¨¤ y los navarros volvieron a resguardarse en su guarida. Bien armado atr¨¢s, el equipo de Mendilibar adolece sobremanera de una falta de ingenio que le aporte mordiente en los ¨²ltimos metros. All¨ª se perdi¨® el fornido Sola, demasiado solo casi siempre, un llanero solitario en permanente b¨²squeda de la pelota.

Se desga?itaba su t¨¦cnico en la banda y se desperez¨® el Getafe en el segundo periodo ante el embriagador aroma del banquete europeo. Incapaz de encontrar la rendija, err¨¢tico casi todo el encuentro, se llev¨® una bofetada en la mejilla con la inesperada diana de Sola, ahora s¨ª asociado con Nino. Lo enmend¨® acto seguido el l¨ªnea, que interpret¨® como penalti una estirada de Oier sobre el suelo. Subieron los decibelios, lo celebr¨® la hinchada, y Teixeira, acorralado por los navarros, se march¨® entre bufidos.