El Madrid pierde el ¨¢nimo
El campe¨®n, sin el br¨ªo de la temporada anterior, tambi¨¦n tropieza con un meritorio Espanyol
El Madrid ha perdido el vigor, ya no se advierte empat¨ªa en la caseta y el ventilador de las culpas no para. El clima no es el adecuado, y sin la pujanza que ha perdido el equipo, el f¨²tbol no le llega. Con qu¨¦ poco le complic¨® ayer la vida el pen¨²ltimo de la Liga al campe¨®n. Se?al del confuso momento del Madrid, que sin ¨ªmpetu ya no siempre camufla su juego recortado. Una defensa ordenada, sin miramientos a la hora de sacudirse la pelota de cualquier modo, un arquitecto como Verd¨² y un delantero con oficio y criterio como Sergio Garc¨ªa le bastaron a los de Javier Aguirre. Todo un m¨¦rito. Aburrida por el espect¨¢culo, al Madrid le abandon¨® buena parte de su hinchada antes del final, cuando a¨²n cruzaba los dedos con el 2-1. Tras el empate de Alb¨ªn, los que a¨²n resist¨ªan castigaron al equipo con una silbatina. Un equipo anodino en muchas fases del juego, al que despert¨® por dos veces Cristiano Ronaldo, y al que, durante un trecho, le puso otra marcha Di Mar¨ªa. Insuficiente ante un rival que disimul¨® sus carencias y aguant¨® con firmeza y esperanza.
REAL MADRID, 2 ¨C ESPANYOL, 2
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Coentr?o; Khedira, Xabi Alonso; Callej¨®n (Morata, m. 72), Modric (Di Mar¨ªa, m. 46), ?zil; y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Ad¨¢n; Carvalho, Nacho; Kak¨¢ y Essien.
Espanyol: Casilla; Javi L¨®pez, Colotto, H¨¦ctor Moreno, V¨ªctor ?lvarez (Capdevila, m. 59); Forl¨ªn, V¨ªctor S¨¢nchez; Wakaso (Cristian Alfonso, m. 24), Verd¨² (Alb¨ªn, m. 69), Sim?o; y Sergio Garc¨ªa. No utilizados: Germ¨¢n; Ra¨²l Rodr¨ªguez, Baena y Stuani.
Goles: 0-1. M. 30. Sergio Garc¨ªa. 1-1. M. 45. Cristiano Ronaldo. 2-1. M. 48. Coentr?o. 2-2. M. 88. Alb¨ªn.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® a Cristiano Ronaldo, Xabi Alonso, V¨ªctor S¨¢nchez, Cristian Alfonso y Alb¨ªn.
Unos 70.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Tras el fiasco de Vigo, se esperaba a un Madrid en¨¦rgico y brioso. As¨ª fue, pero le dur¨® muy poco. Con Benzema, lastimado, en la grada, la resaca copera dej¨® a Di Mar¨ªa en el banquillo. Callej¨®n, hasta lateral improvisado en las ¨²ltimas semanas, se coloc¨® de ariete, como en sus tiempos en La F¨¢brica, ?zil se fue al costado derecho y Modric y Cristiano alternaron en la orilla contraria. Frente al candado periquito, el Madrid fue demasiado plano. El ataque est¨¢tico no es su cat¨¢logo predilecto. El Madrid vuela con metros por delante; sin rendijas para correr sus futbolistas abusan de la pelota al pie, sin desmarques. El equipo se ciega por dentro y no rema por fuera, al menos ayer durante el primer acto, en el que no hubo noticias de Coentr?o y todas malas de Arbeloa, los ¨²nicos con carril. La salida de Di Mar¨ªa tras el descanso cambi¨® algo la cara del equipo, que por momentos meti¨® otra marcha.
Hasta la aparici¨®n del extremo argentino, el Espanyol logr¨® sacudirse los fantasmas, que por algo es el equipo al que m¨¢s ha goleado el Real en la historia de la Liga (339 dianas en 156 partidos hasta ayer). Un equipo que llevaba un balance en contra de 21 goles a cero en sus siete ¨²ltimos duelos con los madridistas. Ante la palidez local, salvo por un disparo de Modric al poste izquierdo de Kiko Casilla, poco a poco irrumpi¨® en el encuentro Sergio Garc¨ªa, listo para buscarse las habichuelas por su cuenta entre Ramos y Pepe. Hasta que Verd¨² encendi¨® las luces y le cit¨® con Casillas. El delantero del Espanyol resolvi¨® de maravilla con un remate cruzado y preciso. Unos minutos antes, Javier Aguirre hab¨ªa resuelto el ¨²nico problema de su equipo, Wakaso, pasado de revoluciones, al que sent¨® antes de la media hora con una amarilla y la roja en camino. C¨®modo el cuadro catal¨¢n, el encuentro discurri¨® entre la amenaza de Sergio Garc¨ªa y alguna silbatina de la hinchada. A cinco segundos del descanso ¡ªel ¨¢rbitro hab¨ªa a?adido un minuto¡ª, apareci¨® de la nada Cristiano, ese competidor sublime. Khedira tir¨® un centro desde la banda derecha a media altura, imposible para meter la cabeza y de dif¨ªcil ejecuci¨®n. CR tom¨® la ¨²nica y mejor soluci¨®n. Se anticip¨® a Javi L¨®pez y meti¨® la suela. Un gol analg¨¦sico para el vestuario y para la afici¨®n. Un tanto de esos que, por la hora, dejan tocado al adversario. Y, m¨¢s a¨²n, si de vuelta al escenario, en solo dos minutos, se encaja otro. Y de un jugador que no se prodiga, Coentr?o, que, asistido por Cristiano en su asalto al ¨¢rea, resolvi¨® de maravilla con la pierna derecha, la que no domina.
El gol desat¨® al mejor Madrid de la noche. Con Cristiano como despertador y el acelerador de hombros de Di Mar¨ªa, emergi¨® el Madrid ardoroso, el vertiginoso. Esa es su principal etiqueta, con la que la temporada pasada abrum¨® a casi todos en la Liga. Este curso los arranques son m¨¢s espor¨¢dicos. Con dos, sobre todo el del segundo tiempo, en el que encaden¨® un pu?ado de ocasiones, no pudo con el Espanyol. No le alcanz¨® para rescatar tres puntos ante un rival y, otra vez, le conden¨® una jugada a¨¦rea a bal¨®n parado. Nadie supo despejar un c¨®rner y tras varios rechaces, Alb¨ªn meti¨® la puntilla al Madrid. Otro azote para un equipo que no se reconoce en el espejo ni cuando se enchufa Cristiano. El ¨¢nimo no es el mismo, y sin garbo el equipo se difumina. Lo suyo es el f¨²tbol de corneta, su juego de marabunta. En distensi¨®n, sin qu¨ªmica, no tiene f¨®rmula.
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