De lateral a lateral
Un gol fabricado por los dos laterales de la Real fulmina a un Sevilla sin alma
La Real respira aire puro y el Sevilla es un manicomio. El equipo vasco hace goles que son aut¨¦nticos primores, como el primero, y otros que dicen mucho del trabajo colectivo de Montanier con sus jugadores. Fue el segundo. Un lateral, Carlos Mart¨ªnez, la puso, y otro, De la Bella, exsevillista, la meti¨® en la red. En la Real la hierba crece. En el Sevilla hay demasiado p¨¢ramo, demasiada tensi¨®n que se traduce en un expulsado un partido s¨ª y otro tambi¨¦n. Un equipo blando en las dos ¨¢reas, despersonalizado, que se libr¨® incluso de un resultado m¨¢s abultado. Mientras la Real cotiza al alza, los de M¨ªchel se desploman.
Real Sociedad, 2 - Sevilla, 1
Real Sociedad: Bravo; Carlos Mart¨ªnez, ??igo Mart¨ªnez, Mikel Gonz¨¢lez; Illarramendi; Vela (Castro, m. 84), Xabi Prieto, Rub¨¦n Pardo (Zurutuza, m, 67), Griezmann; e Ifr¨¢n (Agirretxe, m. 86). No utilizados: Zubikarai; Ansotegi, Jos¨¦ ?ngel y Estrada.
Sevilla: Diego L¨®pez; Coke, Bot¨ªa (Luna, m. 88), Spahic, Fernando Navarro; Medel, Kondogbia; Navas, Reyes (Rabello, m. 67), Manu del Moral (Bab¨¢, m. 80); y Negredo. No utilizados: Palop; Cicinho, Cala y Maduro.
Goles: 1-0. M. 17. Vela. 1-1. M. 49. Medel. 2-1. M. 68. De la Bella.
?rbitro: ?lvarez Izquierdo. Expuls¨® a Coke por doble amarilla (m. 73). Amonest¨® a Spahic, ??igo Mart¨ªnez, Coke, Bot¨ªa, Fernando Navarro e Illarramendi.
Unos 20.000 espectadores en Anoeta.
Lo del Sevilla no es falta de calidad. Es ausencia de esp¨ªritu. Todo lo contrario a la Real, con su pizca de calidad pero con una idea y un af¨¢n competitivo desconocido en el equipo andaluz. Porque calidad, y mucha, hay que tener para hacer un gol como el del conjunto vasco a los 17 minutos de partido. Un prodigio de toque, velocidad y visi¨®n de juego entre Griezmann, Rub¨¦n Pardo y Vela, con perfecta definici¨®n del delantero. Un tanto de bella factura en el que ayud¨® la defensa del Sevilla, cuyos centrales salieron tarde y de forma apresurada al bal¨®n. En realidad, un s¨ªntoma negativo que se puede extender a un equipo previsible, que solo vive de las carreras de Navas, asfixiado por el ritmo lento de Reyes y demasiado partido con una l¨ªnea de tres mediapuntas y Negredo sin capacidad defensiva.
Un equipo al que M¨ªchel intenta hacer competitivo, sin fortuna, preso de una din¨¢mica negativa, en ca¨ªda libre. Terreno abonado para esa Real donde se ha tenido paciencia con Montanier y con j¨®venes jugadores a los que da gusto ver jugar. Es el caso de Rub¨¦n Pardo, de preciso toque y visi¨®n de juego. De Illarramendi, omnipresente, o de ??igo Mart¨ªnez, poderoso en su pierna izquierda. Encontr¨® premio la Real a su juego con un gran gol y le pas¨® el mando del partido al Sevilla. Un plan tan previsible como f¨¢cil, donde se atasc¨® el equipo andaluz. Sin chispa, con Reyes a ritmo de veterano, solo las carreras de Navas fueron capaces de poner en aprieto a la Real. Dos centros al ¨¢rea del internacional estuvieron a punto de ser rematados por Negredo. Acercamientos de un Sevilla que mejor¨® en el tramo final de la primera parte.
El conjunto de Michel es un equipo previsible, que solo vive de las carreras de Navas, asfixiado por el ritmo lento de Reyes
Seguramente en la libreta de Montanier no se contemplaban dos errores individuales de sus jugadores que dieron mucha vida al Sevilla. Todav¨ªa debe preguntarse Xabi Prieto c¨®mo pudo fallar a puerta vac¨ªa un gran pase de Griezmann a los tres minutos de la reanudaci¨®n. En la siguiente jugada, Bravo fall¨® de forma estrepitosa en su salida. Medel aprovech¨® el regalo. Tambi¨¦n el Sevilla, que mejor¨® algo, sin grandes alardes, pero m¨¢s metido en el duelo. Con Reyes queriendo m¨¢s. Extra?amente, M¨ªchel lo quit¨® cuando estaba mejor. En pleno desconcierto por la salida de Reyes, los laterales de la Real se fabricaron un gran gol ante la pasividad de la defensa del Sevilla. Todav¨ªa hubo tiempo para que Bravo salvara el empate y que el equipo vasco desperdiciara una ocasi¨®n tras otra. No quiso hacer m¨¢s sangre en un rival descompuesto.
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