¡°El ¡®4¡¯ del Bar?a es siempre diferente¡±

¡°Era una apisonadora¡±, recuerda Albert Benaiges, gur¨² de la cantera del Bar?a, cuando evoca a la hornada de jugadores nacidos en 1987 que arrasaron en las categor¨ªas inferiores del f¨²tbol catal¨¢n. Una generaci¨®n grabada a fuego en la memoria hist¨®rica del club. Un equipo que no perdi¨® un solo partido en tres a?os en el que un zaguero longil¨ªneo agitaba el vestuario, un medio con cara de pillo llevaba la batuta y un zurdo diminuto hac¨ªa diabluras con la pelota. ¡°Lo gan¨¢bamos todo, con goleadas, incluso a equipos mayores que el nuestro. Piqu¨¦, Cesc y Messi eran una bestialidad. No contempl¨¢bamos la derrota, ni siquiera en los entrenamientos¡±, detalla Marc Valiente (Granollers, 1987), ahora jefe de la zaga del Valladolid, capit¨¢n durante 10 a?os en los diferentes eslabones de la cantera azulgrana. Tambi¨¦n de aquel grupo de ensue?o; ¡°esta semana he visto muchos v¨ªdeos. Es una pasada lo que hicimos¡±.

Cesc era un esc¨¢ndalo de bueno. Alg¨²n d¨ªa ser¨¢ el capit¨¢n del Bar?a"

Fogueado en el equipo de su pueblo, el central fue reclutado por los ojeadores del Bar?a para el cuadro alev¨ªn. ¡°Dos entrenamientos fueron suficientes¡±, matiza Valiente, admirador del cine de autor y de Maldini, estudiante universitario de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas y que se engarz¨® la senyera en el brazo izquierdo nada m¨¢s poner el pie en el club; ¡°un d¨ªa, Rodolfo Borrell nos meti¨® a todos en el vestuario y nos dijo que decidi¨¦ramos entre nosotros. ?l se qued¨® al margen. Sal¨ª yo. Es un orgullo porque toda la vida he sido muy cul¨¦, como toda mi familia¡±.

De porte elegante y una zurda exquisita para sacar el bal¨®n jugado, su ascendencia en el campo y en la caseta era incuestionable. ¡°En ese equipo hab¨ªa que tener car¨¢cter. A veces hab¨ªa que pararle los pies a alguno¡±, dice. Por ejemplo a Piqu¨¦, que junto a Chirivet y ¨¦l mismo formaba el tr¨ªo de baile en la defensa: ¡°Era un meg¨¢fono. Montaba bulla y hac¨ªa bromas a todo el mundo, pero sin maldad. ?l se desmadraba m¨¢s, sub¨ªa y nosotros guard¨¢bamos el sitio. Nuestros padres se llevaban muy bien¡±. Tambi¨¦n con los de Cesc. ¡°Era un esc¨¢ndalo de bueno. Cuando las cosas se pon¨ªan dif¨ªciles sab¨ªas que si le pasabas la bola todo se iba a solucionar. Tiene la jerarqu¨ªa suficiente para ser alg¨²n d¨ªa el capit¨¢n del Bar?a¡±, augura el defensa, cuya labor fue imprescindible para integrar a Messi: ¡°Era muy peque?ito, ven¨ªa de Argentina, muy callado siempre¡­ Le cost¨® aclimatarse, pero luego se solt¨®¡±, explica; ¡°parec¨ªa que iba a romperse. Recib¨ªa muchos golpes, pero era incre¨ªble ese gambeteo y c¨®mo dejaba atr¨¢s a un jugador tras otro¡±. Sin embargo, en la l¨ªnea del resto de integrantes de aquella quinta, ensalza por encima del resto un nombre: ¡°V¨ªctor V¨¢zquez [ahora en el Brujas] era el mejor. T¨¦cnicamente no he visto a nadie como ¨¦l¡±.

Guardiola adivinaba en ¨¦l un gran mediocentro, pero se siente m¨¢s c¨®modo en la retaguardia

Proges¨® Valiente hasta el filial. All¨ª coincidi¨® con Guardiola, que adivinaba en ¨¦l las maneras de un mediocentro, y su entonces ayudante. ¡°Tito es muy cercano, un enfermo del f¨²tbol como Pep. Tienen la misma filosof¨ªa, pero tambi¨¦n ha aportado sus matices. Ojal¨¢ se recupere pronto¡±, desea. Debut¨® en el primer equipo en un duelo de Copa frente al Badalona, pero decidi¨® poner rumbo a Sevilla cuando el filial descendi¨® a Tercera. ¡°No me arrepiento. Necesitaba un plus a nivel profesional y se hab¨ªa cumplido un ciclo¡±, asegura. Ingres¨® de inicio en equipo B, pero Manolo Jim¨¦nez le dio la alternativa en Primera. ¡°Me ve¨ªan como un 4, pero eso no fue bueno para m¨ª. El mediocentro del Bar?a es muy espec¨ªfico, muy exigente, completamente diferente al de los dem¨¢s. De central es como m¨¢s c¨®modo me siento¡±, subraya.

La marcha del t¨¦cnico le invit¨® a ¨¦l tambi¨¦n a hacer las maletas. El destino, Valladolid. ¡°Aqu¨ª he vivido mis mejores momentos como futbolista¡±. Imprescindible para Djukic en el eje, se ha convertido adem¨¢s en uno de los bastiones de la caseta. ¡°Es uno de los mejores de nuestro equipo. Tiene la personalidad de un l¨ªder. Est¨¢ a la sombra, pero cuando nos vayamos los veteranos deber¨¢ asumir el peso del vestuario¡±, apunta ?lvaro Rubio, capit¨¢n pucelano, que a su vez desliza sobre el cabecilla de aquella maravillosa generaci¨®n del 87: ¡°Hoy es un d¨ªa especial para ¨¦l. Se re¨²ne con sus amigos y se siente muy catal¨¢n¡±.