11.000 millones en el coraz¨®n
El 78% de los brit¨¢nicos defienden cinco meses despu¨¦s el coste de los Juegos de Londres
Cuanto m¨¢s tiempo pasa, m¨¢s grande les parece lo que ocurri¨®. El 78% de los brit¨¢nicos creen que los 11.000 millones de euros que costaron los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012 fueron una buena inversi¨®n para Reino Unido, seg¨²n una encuesta de la consultora ICM para el diario The Guardian.
La cifra es especialmente significativa porque en el momento m¨¢s patri¨®tico de los Juegos, justo despu¨¦s del euf¨®rico ¡°s¨²per s¨¢bado¡± en el que el Team GB se hizo con un espectacular ramillete de medallas coronado con el oro de Mo Farah en 10.000 metros, solo un 55% de los brit¨¢nicos pensaban eso, frente a un 35% que cre¨ªan que ese gasto no estaba justificado.
Los Juegos de Londres se han convertido en un caso digno de estudio para navegar en los intr¨ªngulis de la psicolog¨ªa colectiva de un pa¨ªs que pasa con pasmosa facilidad del m¨¢s injustificado de los pesimismos al m¨¢s exagerado de los triunfalismos. Durante a?os, los medios se dedicaron a pronosticar que Londres 2012 ser¨ªa un fracaso nacional, que el sistema de transporte p¨²blico de la capital brit¨¢nica ser¨ªa incapaz de absorber el volumen de tr¨¢fico que generar¨ªan los Juegos, que las calles se convertir¨ªan en un caos con embotellamientos gigantescos, que el terrorismo internacional campar¨ªa a sus anchas y que el pa¨ªs quedar¨ªa en rid¨ªculo si intentaba competir con el desaf¨ªo tecnol¨®gico y visual de la ceremonia inaugural de Pek¨ªn cuatro a?os antes.
De nada serv¨ªan los numerosos indicios que hac¨ªan presagiar que los Juegos ser¨ªan un triunfo, empezando por el ¨¦xito sin precedentes de la venta de entradas. O la evidencia hist¨®rica de que las ciudades ol¨ªmpicas rara vez se colapsan porque la llegada de visitantes se compensa con la marcha de aquellos que no est¨¢n interesados en el fest¨ªn deportivo o que, faltos de entradas y condenados a verlos por televisi¨®n, prefieren encerrarse en casa o, simplemente, marcharse.
Bast¨® la ceremonia inaugural para transformar el pesimismo en triunfalismo
Todos los vaticinios agoreros saltaron por los aires en 24 horas. Bast¨® la ceremonia inaugural para transformar el pesimismo en triunfalismo y empezar a ver los Juegos con una euforia desmedida. Superada la pol¨¦mica inicial por las sillas vac¨ªas en algunas competiciones, todo empez¨® a brillar: estadios llenos, ambiente colorista, cataratas de medallas del equipo local, nada de colapso del transporte, ning¨²n incidente terrorista...
El fracasado anunciado se transform¨® en herc¨²lea tarea y ¨¦xito apote¨®sico. La prensa ya solo ve¨ªa oro y euforia. Era igual que el centro de Londres estuviera muerto por las noches, que las tiendas y restaurantes del West End no hicieran ni de lejos el negocio que les hab¨ªan prometido o la mala organizaci¨®n a la salida del p¨²blico del Estadio Ol¨ªmpico de Stratford.
Es la estela del ¨¦xito lo que ha quedado de los Juegos y as¨ª lo reflejan hora las encuestas. Aunque la crisis econ¨®mica sigue tozudamente instalada en el pa¨ªs, aunque los recortes no solo no disminuyen sino que aumentan, un 78% de los brit¨¢nicos creen que vali¨® la pena gastar aquel dineral. Y lo piensan todos, sin distinci¨®n de g¨¦nero (el 79% de los hombres y 77% de las mujeres), de clase social o de origen geogr¨¢fico (el 79% de los encuestados en el sur de Inglaterra frente a l 80% en las Midlands, el 74% en el norte y el 77% en Gales; solo los escoceses desentonan una pizca, con un 69% de encuestados de acuerdo frente a un 31% en desacuerdo).
?Ha ayudado la euforia ol¨ªmpica a aumentar el optimismo de los brit¨¢nicos? Eso es m¨¢s dudoso. Un 45% cree que Reino Unido es ahora un sitio mejor para vivir con su familia, frente a un 45% que cree que es un sitio peor. Un 27% creen que el pa¨ªs es despu¨¦s de 2012 m¨¢s poderoso que antes, frente a un 61% que cree que es menos poderoso. Un 42% cree que la recuperaci¨®n est¨¢ a la vuelta de la esquina, frente a un 51% que cree que se mantendr¨¢ el par¨®n econ¨®mico. Y un 60% temen que Reino Unido ser¨¢ en 2013 un pa¨ªs m¨¢s dividido, frente a un 30% que cree que lo contrario.
A la luz de ese pesimismo, los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres parecen haberse convertido, sobre todo, en un pelotazo de euforia, en uno de esos instantes de inesperada felicidad que se recuerdan con nostalgia pero que no reflejan la realidad de la vida cotidiana. Pero los buenos recuerdos no hacen da?o a nadie.
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