El Levante juega hasta sin Martins

JIM ha encontrado un fil¨®n en sus mediocentros, Diop e Iborra, tan sobrados en las ¨²ltimas citas que armonizan lo fino con lo grueso sin pesta?ear. Su extraordinario despliegue f¨ªsico permite al Levante conquistar cada zona caliente del campo. Y a¨²n sin Martins, sancionado, reducir a un Athletic sin continuidad: solo fogoso a trav¨¦s de achuchones, uno al principio de cada parte. Demasiado dependiente del olfato goleador de Aduriz, limitado una vez m¨¢s Llorente al ¨²ltimo cuarto, recibido con cari?o por el p¨²blico granota, cuando ya todo estaba decidido.

No por repetida la escena en los ¨²ltimos meses deja de ser conmovedora: el Ciutat de Val¨¨ncia puesto en pie para despedir a sus jugadores en el descanso, agradeci¨¦ndoles una primera parte llena de ritmo, pasi¨®n y ¨¦pica. Una remontada m¨¢s como una muesca entre los chicos de JIM, tan convencidos de su estado de inspiraci¨®n que se permiten, caso de Juanfran, marcharse sonriendo, saludando a alguien de la grada. El trabajo bien hecho. Favorecido por un error de principiante de Laporte, expulsado al filo del descanso por zancadillear a Roger. Sereno y convincente hasta esa acci¨®n, el central del Athletic perdi¨® por unos segundos el control del tiempo y del despacio y se le filtr¨® el delantero granota, al que derrib¨® sin ni siquiera ver por d¨®nde llegaba. El Levante oli¨® la sangre. Con uno m¨¢s y unos minutos por delante antes del final del primer tiempo, aceler¨®. Y se invent¨® el gol de los gigantes: Ballesteros meti¨® el bal¨®n al centro del ¨¢rea con un golpeo de exterior de la diestra, David Navarro cabece¨® hacia el centro e Iborra, ante las mismas barbas de Iraizoz, volvi¨® a cabecear a gol. El cambio de Bielsa (sacrific¨® a Muniain para volver a contar con un central, Amorebieta) se produjo inmediatamente despu¨¦s. Demasiado tarde para evitar el remonte.

Hasta ese instante decisivo, el partido fue trepidante y abierto. El Athletic se hab¨ªa adelantado con el centro desde l¨ªnea de fondo de Iraola y el cabezazo cruzado de Aduriz, su und¨¦cimo tanto del campeonato. Lo mejor del Athletic lleg¨® por ese lado derecho. El Levante replic¨® de parecida manera: el expreso alem¨¢n Chris Lell dobl¨® a su interior, El Zhar, y fusil¨® a Iraizoz por su propio palo, que se comi¨® el trallazo tal vez tapado por el sol.

Aduriz no iba a rendirse, por supuesto. Limpi¨® a todos lo defensa en el arranque del segundo periodo aunque su disparo se top¨® con la estirada de Mun¨²a. Estaba desatado el delantero, pero tambi¨¦n el meta uruguayo en cada mano a mano. El Athletic minimiz¨® un rato la desventaja num¨¦rica hasta que Ballesteros dej¨® solo a Roger ante Iraizoz en una contra. El joven delantero fall¨® en el uno contra uno, pero del c¨®rner siguiente naci¨® la sentencia. El inefable El Zhar, tan cuestionado a veces, siempre imprevisible, resolvi¨® con un tiro raso desde la frontal. Le hab¨ªa pedido el pase a M¨ªchel encarecidamente. A fe que despu¨¦s lo aprovech¨®.

El p¨²blico estaba tan a gustito que, a continuaci¨®n, le dedic¨® una asombrosa ovaci¨®n a Llorente, en el momento de sustituir a Aduriz. Y la consiguiente chufla: ¡°Llorente, vente al Levante¡±. El recibimiento de Ballesteros, poco despu¨¦s, no iba a ser tan acogedor. Poco tiempo para demostrar algo m¨¢s all¨¢ de un zurdazo cruzado en el ¨²ltimo suspiro. Al calor del crecimiento de sus jugadores (la evoluci¨®n del zurdito Rub¨¦n es espectacular), el Levante sigue en la gloria.