El Betis sigue lanzado

Nada detiene al Betis. Ni las bajas, ni el oficio del Levante, ni la exigencia de alternar Copa y Liga. Tiene a Rub¨¦n Castro, en excelente forma, y tiene hambre, frescura, desparpajo y personalidad. Por eso lo mismo luce una y otra vez Rub¨¦n que debuta un joven del filial, Vilarchao, para expresarse con una madurez sorprendente. Por eso derrot¨® al Levante, un buen equipo, con dos golazos que expresan a la perfecci¨®n el gran momento de un Betis que acaba la primera vuelta con 34 puntos. Heli¨®polis es una fiesta, organizada en buena manera por Pepe Mel, un entrenador ambicioso y exigente. Se dispara el Betis, por el momento en Liga de Campeones, dispuesto a completar una temporada fant¨¢stica y aupado por una afici¨®n entregada. No pudo el Levante con el momento del Betis, exultante, que marc¨® pronto y provoc¨® que se le desajustaran las ideas instaladas en su cerebro. Se le alter¨® lo previsto en la pizarra y no supo reaccionar.

No obstante, tem¨ªa mucho Mel el partido. El Betis, sin su faro, Be?at, sancionado, y sin Ca?as, su escudero, lesionado, presentaba un centro del campo demasiado tierno ante un rival repleto de jugadores fogueados en mil batallas. Tambi¨¦n ten¨ªa el Levante sus ausencias, caso de Iborra o Barkero, pero su equipo ten¨ªa mucho m¨¢s empaque que un conjunto sevillano con jugadores como Nono o Vadillo, destinados a marcar las diferencias por las bajas a pesar de su juventud. Quiz¨¢s de forma prematura. Ven¨ªa el conjunto sevillano de sufrir en la Copa ante Las Palmas y su talante competitivo deb¨ªa mostrarse en una cita tan seria, en plena pelea por Europa, como la que le enfrentaba al Levante. Sin Martins, tocado, pero con Roger en la delantera, el equipo valenciano es un hueso duro de roer, con la lecci¨®n bien aprendida, con su juego paciente, en el que hace creer al rival que es el que domina para asestarle un golpe definitivo.

El plan se le quebr¨® al Levante. Fue a la salida de un saque de esquina. El Betis elabor¨® una peque?a obra de arte, plasmada en un contragolpe de libro. El delantero centro, Jorge Molina cogi¨® en bal¨®n en el ¨¢rea propia y se invent¨® un pase de veinte metros a su compa?ero Rub¨¦n Castro. El canario control¨®, aceler¨® como si de Cristiano se tratase y le dio el gol a Campbell, que defini¨® de interior y con mucha clase. Un gol que demuestra el gran momento que vive el equipo andaluz, plagado de aire fresco, de jugadores j¨®venes con ganas de gloria y con un grupo comprometido, donde apenas se vislumbran titulares y suplentes. El que entra lo hace igual o mejor que el que sale, lo que hace crecer al grupo.

El Levante sinti¨® el golpe, sobre todo porque le hizo jugar a contraestilo. No tuvo m¨¢s remedio que asumir un papel protagonista y se le vio algo encorsetado. Ni M¨ªchel ni Diop le dieron el plus de calidad necesario, aunque el conjunto levantino ten¨ªa superioridad y m¨¢s empaque en el centro del campo. Por eso Adri¨¢n tuvo que realizar un parad¨®n ante Rub¨¦n que evit¨® el empate. Dominaba el Levante y sufr¨ªa algo m¨¢s el Betis, con Nono y Rub¨¦n P¨¦rez superados num¨¦ricamente en la medular, pero con Vadillo y Campbell buscando espacios para matar a la contra, oliendo la presumible lentitud de de una defensa veterana. Con espacios, afloraron las virtudes de Campbell, un futbolista cedido por el Arsenal al Betis de muy buenas maneras, capaz de inventarse jugadas como la que hizo en el minuto 40, donde desarbol¨® a Juanlu y Juanfran. Vitalidad para un Betis emergente.

La bonita disputa del primer tiempo deriv¨® en un segundo tiempo mucho m¨¢s trabado. Le cost¨® al Levante dar con la f¨®rmula, muy atascado. El Betis se repleg¨®, c¨®modo, y respir¨® tras la en¨¦sima diablura de Rub¨¦n Castro. No debe ser f¨¢cil driblar a un defensa como Ballesteros y ponerla en la cepa del poste. Revent¨® Heli¨®polis pidiendo su convocatoria con la selecci¨®n. Son 14 goles (11 en Liga y tres en Copa) los que adornan su temporada. A medida que cabalga Rub¨¦n se dispara el Betis. Tras su golazo, el Levante onde¨® la bandera blanca. No quer¨ªa m¨¢s. Otra vez ser¨¢.