Anclados en el quinto puesto
Tras los JJOO de Mosc¨², la quinta posici¨®n pareci¨® un list¨®n insuperable para Espa?a hasta la primera medalla en el Europeo de 1996
Los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨² marcaron el inicio. A partir de aquella cita, la selecci¨®n espa?ola de balonmano comenz¨® a adquirir peso espec¨ªfico en el contexto internacional. Era un equipo que comenzaba a valorarse. Ya le llamaban para participar en los grandes torneos amistosos y era un rival temible en las citas importantes. Sin embargo, segu¨ªa teniendo altibajos. Siempre, cuando m¨¢s se esperaba de la selecci¨®n, surg¨ªan aquellos 10 minutos fat¨ªdicos que hund¨ªan todas las ilusiones. Era uno de los signos de identidad de aquella selecci¨®n en la que sobresal¨ªan los nombres de Melo, De la Puente, Rico y Puig. Como tambi¨¦n lo era su perentoria incapacidad para superar el list¨®n del quinto puesto logrado en Mosc¨².
¡°No s¨¦ a qu¨¦ se deber¨ªa, pero era cierto que no logr¨¢bamos dar el salto definitivo¡±, comenta Javier Cabanas, extremo insustituible en la selecci¨®n desde 1982 hasta 1993. ¡°En varias ocasiones, estuvimos muy cerca de luchar por las medallas. Pero por una u otra raz¨®n, acab¨¢bamos luchando por la quinta posici¨®n. Y eso, cuando las cosas no iban a peor¡±. Espa?a disput¨® el Mundial de 1982 y acab¨® en un meritorio octavo puesto. ¡°Hicimos un campeonato muy bueno, el mejor Mundial hasta entonces¡±, recuerda Emilio Alonso, ya seleccionador. ¡°Pero la igualdad fue tan brutal que nosotros acabamos con los mismos puntos que Polonia, que gan¨® el bronce¡±.
Y despu¨¦s lleg¨® la clasificaci¨®n, gracias al boicot, para los JJOO de Los ?ngeles 1984 (8?) y se inici¨® una racha de quintos puestos en los mundiales de Suiza (1986), Checoslovaquia (1990) y Suecia (1993), en los JJOO de Barcelona (1992) y en el Europeo de Portugal (1994). ¡°Parec¨ªa un list¨®n infranqueable¡±, recuerda el extremo Eugeni Serrano, ahora con 52 a?os. ¡°Visto desde la perspectiva, creo que tal vez pens¨¢bamos que ten¨ªamos un nivel m¨¢s alto del que nos conced¨ªan los resultados. El quinto puesto de Mosc¨² fue un ¨¦xito inenarrable. Pero despu¨¦s la igualdad era tan grande, que un peque?o error te dejaba fuera de las medallas¡±.
Salimos con una gran sensaci¨®n de fracaso, porque hab¨ªamos estado a solo 10 segundos de disputar una medalla" Eugenio Serrano
Entre los grandes equipos del momento estaban todas las potencias del Este de Europa: Polonia, la URSS, Ruman¨ªa, RDA, Hungr¨ªa, Checoslovaquia y Yugoslavia. Era dif¨ªcil hacerse un hueco en la ¨¦lite. ¡°Sin embargo, en Suiza en 1986 casi lo logramos¡±, agrega Cabanas, que logr¨® un gol crucial en los ¨²ltimos segundos del partido contra Polonia que dio el empate a Espa?a y la clasificaci¨®n para la segunda fase. ¡°Hab¨ªamos empatado contra Suiza y nos jug¨¢bamos la clasificaci¨®n con Polonia, un empate nos val¨ªa, pero ¨ªbamos perdiendo y el tiempo se agotaba. Entonces, saqu¨¦ aquel gol desde el extremo abriendo hacia el ¨¢ngulo largo por arriba, a mi estilo¡±. En la segunda fase, Espa?a logr¨® dos victorias hist¨®ricas contra la URSS y la RDA. Y gracias a ello pudo ganar la quinta plaza a Islandia.
¡°Nos fuimos de all¨ª con la sensaci¨®n de haber hecho algo importante¡±, reflexiona Serrano. ¡°Sin embargo, cuando disputamos el Mundial de Suecia (1993) ¨Ccon Rivera como seleccionador espor¨¢dico- acabamos tambi¨¦n quintos y salimos con una gran sensaci¨®n de fracaso porque hab¨ªamos estado a solo 10 segundos de disputar una medalla¡±. Lo que ocurri¨® fue que Espa?a se enfrent¨® a Suiza en su ¨²ltimo partido de la segunda fase y fue por delante con un resultado muy ajustado hasta los segundos finales. Entonces, Suiza marc¨® un gol a falta de 10 segundos y gan¨® el partido. Espa?a se jugaba el segundo puesto del grupo y, por tanto, la disputa del bronce o el cuarto puesto. En cualquier caso hubiera sido la mejor clasificaci¨®n hasta aquel momento. Pero acabaron quintos.
¡°Creo que era una cuesti¨®n de cabeza¡±, discrepa Cabanas. ¡°Ten¨ªamos calidad. El entrenador de Francia, Constantini, siempre hablaba de la gran Espa?a. Jug¨¢bamos a un gran nivel, pero en los momentos clave nos faltaba mentalidad. Nunca llegamos a creer en nuestras propias posibilidades. Y eso ocurri¨® en Checoslovaquia, en los JJOO de Barcelona y en el Europeo de Portugal. Despu¨¦s, otras generaciones lo hicieron y llegaron las medallas y la culminaci¨®n con el Oro en el Mundial de T¨²nez en 2005¡±. Pero entonces muchas cosas hab¨ªan cambiado.
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