El cazador de instantes

El cazador de instantes no le teme al fuego. Cuando el suizo Roger Federer disputa la segunda ronda del Abierto de Australia (6-3, 6-4 y 6-4 al ruso Davydenko), el term¨®metro ya no supera los 40 grados, ya ha abandonado la camilla y el cuidado de los m¨¦dicos el esloveno Kavcic (4h 52m en el infierno para eliminar 3-6, 6-3, 6-4, 6-7 y 10-8 al local Duckworth) y ya se ha derretido un cerebro (el franc¨¦s Monfils gana 7-6, 4-6, 0-6, 6-1, 8-6 al taiwan¨¦s Lu, pero necesita seis puntos de partido y comete doble falta ?en cuatro!). En la noche de Melbourne, protegido del calor por la sesi¨®n nocturna, el campe¨®n de 17 grandes flota por su duelo como si fuera un paseo de domingo y vuelve a demostrar que a los 31 a?os selecciona como nadie los momentos en los que gasta o guarda energ¨ªas.

¡°Cuando consigo ganar el primer set, siento menos presi¨®n, siento que puedo probar m¨¢s cosas, que tengo m¨¢s ases en la manga¡±, dice en una rueda de prensa en Melbourne el suizo, que gana el 93% de los partidos que disputa en esas circunstancias, y que es, seguramente, el mejor esprinter del circuito. ¡°Lo m¨¢s importante contra Roger¡±, le contin¨²a Bernard Tomic, el h¨¦roe local (6-7, 7-5, 7-6 y 7-6 al alem¨¢n Brands), con el que se enfrentar¨¢ por un puesto en los octavos; ¡°es mantener el marcador apretado y tu saque en el primer set¡±. ¡°Si consigo eso¡±, contin¨²a el australiano; ¡°si logro ganar ese primer set, entonces la historia puede ser diferente. Si no, se libera y todo cambia. El a?o pasado (tambi¨¦n se enfrentaron en Melbourne) llegu¨¦ al 4-4 en la primera manga, la perd¨ª y ya nunca pude volver al partido¡±.

En la treintena, Federer cambia su partitura seg¨²n cada instante del encuentro, para proteger su armadura. Basta comparar su implicaci¨®n en los parciales al resto. Una vez conseguido el break, Federer se desentiende del juego para concentrarse en guardar fuerzas con las que mantener su servicio: si en 2006, uno de los a?os m¨¢s brillantes de una carrera legendaria, ganaba el 32% de los juegos que disputaba contra el saque del rival, en 2012 solo sum¨® el 27%. Si entonces castigaba el v¨¦rtigo de enfrentarse a su mito con un d¨¦bil segundo servicio (54% de peloteos sumados), ya no aprieta tanto a sus rivales (51% en 2012). Si en aquel curso m¨¢gico, que le vio ganar 12 t¨ªtulos y sufrir solo cinco derrotas, celebraba el 42% de los puntos que peleaba al resto, en 2012 lo hizo en el 40%.

Casado y padre de dos hijas, en la recta final de su carrera el suizo reserva la m¨¢xima intensidad para los duelos contra sus pares, (Novak Djokovic, que esta madrugada se deb¨ªa medir al checo Stepanek; Andy Murray, que ayer tumb¨® 6-2, 6-2 y 6-4 al portugu¨¦s Sousa; y el lesionado Rafael Nadal), frente a los que no se puede permitir ya el m¨¢s m¨ªnimo respiro. En esos cruces del curso 2013 se decidir¨¢ si el campe¨®n de 17 grandes logra hacer compa?¨ªa al estadounidense Andre Agassi, hasta ahora el ¨²nico tenista capaz de ganar m¨¢s de un torneo del Grand Slam tras cumplir los 30 en el siglo XXI (en toda la historia solo lo han conseguido cinco).

A Federer le espera Tomic, ganador de su primer t¨ªtulo la semana pasada (Sidney), crecido. ¡°Llevo diez victorias en diez partidos. Es el momento perfecto para jugar contra ¨¦l. Creo en la victoria. Estoy listo¡±.