250 veces Federer

Los focos de la Rod Laver no solo iluminan la clasificaci¨®n del suizo Roger Federer para los octavos de final del Abierto de Australia (6-4, 7-6 y 6-1 contra el australiano Bernard Tomic): tambi¨¦n alumbran un momento hist¨®rico, la victoria 250 del campe¨®n de 17 grandes en los torneos del Grand Slam. A los 31 a?os, Federer ha necesitado quince temporadas como profesional para alcanzar esa marca. Pocos datos reflejan mejor su condici¨®n de tenista atemporal, capaz de competir con generaciones y tipos de tenistas distintos, desde los sacadores de la ¨¦poca de Pete ¡®Pistol Sampras¡¯ a los competidores especializados en el juego de fondo de pista de la era de Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic. Un monumento al apetito competitivo: el suizo gan¨® su primer grande con 22 a?os y busca conquistar uno m¨¢s casi diez despu¨¦s, cuando est¨¢ casado y tiene dos hijas.

¡°S¨¦ lo que puedo esperar de m¨ª mismo¡±, explic¨® el n¨²mero dos mundial en una rueda de prensa en Melbourne. ¡°Cuando empiezas, muchas veces llegas a un partido y sientes que vas a jugar fatal, que la forma en la que se adapta tu juego al de tu rival y viceversa es horrorosa para tus intereses¡±, continu¨® el suizo, que rompi¨® el saque de Tomic a la primera pese a que el local llevaba 76 juegos seguidos ganados. ¡°Yo s¨¦ qu¨¦ esperar de mi mismo. Claramente, soy mucho m¨¢s fuerte f¨ªsicamente de lo que era. S¨¦ que puedo confiar en eso, en los intercambios largos, que no me tengo que preocupar de eso, mientras que en el pasado la gente sab¨ªa, o pensaba, que despu¨¦s de dos horas jugando en tierra Federer no iba a ponerse a competir mejor, que ser¨ªa m¨¢s d¨¦bil¡±, a?adi¨®, hablando de s¨ª mismo en tercera persona. ¡°Quise trabajar en eso para que la gente pensara la opuesto. Ahora, cuanto m¨¢s dure un partido, m¨¢s a mi favor. Esa es el planteamiento mental que hay que tener y por eso soy el jugador que soy ahora¡±, argument¨®. ¡°He jugado m¨¢s de 1.000 partidos. S¨¦ lo duro que puede ser un partido a cinco sets. S¨¦ lo intensa que puede ser una sesi¨®n nocturna. Se les ocurra lo que se les ocurra, duraci¨®n de un intercambio, duraci¨®n de un partido, intensidad¡­ ya lo he vivido¡±.

Federer ha ganado el 87% de sus duelos en los grandes. Ha celebrado 17 Copas, m¨¢s que nadie en la historia. Solo Nadal, intocable para ¨¦l en Roland Garros, ha evitado que completara el Grand Slam, la conquista de todos los grandes, en m¨¢s de una ocasi¨®n. Los buenos resultados, l¨®gicamente, fueron transformando la actitud del suizo. De hacerse preguntas a s¨ª mismo pas¨® a plante¨¢rselas a los rivales. De preocuparse por lo que pod¨ªa hacer su contrario se transform¨® en un competidor que estudiaba c¨®mo pod¨ªa herir a su oponente. ¡°Cuando era joven y ten¨ªa m¨¢s tiempo sol¨ªa ver algunos videos de mis contrincantes¡±, explic¨®. ¡°Ahora tengo una gran fe en competir desde tus propias fortalezas en lugar de hacerlo centr¨¢ndote siempre en tu oponente, en lo que hace bien y en lo que hace mal¡±, argument¨®. ¡°En un latido sabes lo que el otro puede hacer. Se trata de comprimirlo todo cuando es realmente importante y tener confianza en tu propio juego. Al final del d¨ªa, t¨² mismo tienes mucho que decir ah¨ª fuera (en la pista)¡±.

Federer, como Djokovic, el brit¨¢nico Andy Murray (ganador del lituano Barankis por 6-3, 6-4 y 7-5) y Nadal, ahora lesionado, tiene sitio en los pisos m¨¢s nobles de su deporte por algo m¨¢s que la t¨¦cnica y el f¨ªsico. Quien ha hecho algo tiene demostrado que puede hacerlo. Ese extra de convencimiento, que gu¨ªa ahora al suizo en la b¨²squeda de su quinto t¨ªtulo en Melbourne, algo que no ha conseguido nadie en la Era Abierta (desde 1968), separa al ganador del derrotado en los partidos apretados. Lo sabe bien Jimmy ¡®Jimbo¡¯ Connors, el siguiente tenista en la lista de los que m¨¢s victorias tienen en los grandes escenarios (233), uno al que movi¨® en su carrera lo mismo que mueve ahora a Federer: un deseo incontenible, una voluntad inquebrantable de mejora, un hambre insaciable de triunfo, gloria y eternidad en los libros de historia conquistada a base de genio.