El triunfo de la paciencia
Despres y Peterhansel no cometen errores y vuelven a ganar el Dakar un a?o despu¨¦s gracias a su regularidad
Un d¨ªa antes de ganar su quinto Dakar, Cyril Despres se vio a s¨ª mismo con 14 a?os, suplicando a sus padres por un buen pellizco de dinero para comprarse una moto de trial. ¡°Era lo que m¨¢s me gustaba. Y despu¨¦s de 25 a?os sigo disfrutando. Esto no se paga con dinero¡±, concedi¨®. Comparte la misma pasi¨®n que St¨¦phane Peterhansel, que se ha ganado a la fuerza el apodo de Monsieur Dakar, no en vano suma once t¨ªtulos y hasta su vida personal se mueve entre dunas: conoci¨® a su mujer, Andrea Mayer ¨Cque fue piloto de BMW- en un rally, como no pod¨ªa ser de otra manera. Uno y otro, ganadores de la carrera en 2012, volvieron a hacerse con la victoria un a?o despu¨¦s.
Lo lograron porque hay pocos como ellos que conozcan tan bien los vericuetos de una carrera llena de trampas, en la que manda la paciencia y el m¨¢s r¨¢pido no siempre es el mejor. ¡°No entiendo las ansias de querer ser primero desde la primera etapa hasta el final. Esta es una carrera diferente¡±, se?ala Despres. ¡°?Cu¨¢ntos Dakar tienes?¡±, le pregunt¨® Peter a Cyril, cuando el segundo sal¨ªa del barullo al final de la especial y el otro llegaba. El primero gan¨® seis sobre dos ruedas, as¨ª que le queda poco para que su compatriota le alcance. ¡°Es uno de mis mejores amigos, no me importar¨ªa que me pasara. As¨ª es la vida. Aunque seguro que hasta once no llega¡±, dice, risue?o, Peterhansel.
En ausencia de su gran rival, Marc Coma, Despres ha dibujado un rally contemplativo, conservador, a la espera del fallo del pr¨®jimo. No se lanz¨® al ataque hasta la novena etapa, la ¨²nica que ha ganado este a?o, en una jornada de pistas y zonas pedregosas, una especial corta, r¨¢pida y con escasa navegaci¨®n. Pero no le hac¨ªa falta m¨¢s. No ha cometido grandes errores, apenas un par de equivocaciones en la navegaci¨®n que salv¨® sin problemas y ¡°dos ca¨ªdas a 10 kil¨®metros por hora¡±, rememora. Y ni siquiera la rotura de la caja de cambios y el obligado cambio de motor en plena etapa marat¨®n, sin ayuda de sus mec¨¢nicos, le alteraron los nervios. ¡°Fue la etapa m¨¢s complicada¡±, reconoce. Pero ¨¦l, mec¨¢nico de profesi¨®n en el pasado, aplic¨® la pulcritud de un cirujano para dejarla lista para la siguiente prueba: ¡°Si no eres fuerte mentalmente, est¨¢s perdido¡±.
En ausencia de su gran rival, Marc Coma, Despres ha dibujado un rally contemplativo, conservador, a la espera del fallo del pr¨®jimo
Es listo. Se las sabe todas, dicen sus rivales. Es un aut¨¦ntico asesino sobre la moto, capaz de abroncar a otro piloto de KTM porque rueda delante de ¨¦l y le deja un inc¨®modo rastro de polvo, aunque este sea m¨¢s un rival que un compa?ero, como ocurri¨® con Pedrero ¨Cel mochilero de Coma- el d¨ªa que Chaleco se le puso a ocho minutos. Este s¨¢bado, camino de Santiago de Chile, se dio un paseo: termin¨® 17? clasificado, a m¨¢s de cuatro minutos de Chaleco L¨®pez, con cinco victorias, el ganador de m¨¢s n¨²mero de etapas, solo una m¨¢s que Joan Barreda. Pero ni uno, ni otro tuvieron la suerte con la mec¨¢nica (el chileno rompi¨® el motor tras la pen¨²ltima etapa) y la calma que s¨ª tuvo Despres desde el primer al ¨²ltimo d¨ªa.
Exhibe las mismas cualidades en la pista Peterhansel, que tras ganar seis veces el Dakar en moto prob¨® con los coches y demostr¨® el mismo talento. Seg¨²n ¨¦l, sus ¨¦xitos nacen de su lucidez. ¡°Siempre estoy tranquilo¡±. Y no parece faltarle raz¨®n. Tampoco ha arriesgado desmesuradamente en la pista. Ha sido paciente. Bord¨® una primera semana pr¨¢cticamente perfecta, en la que no perdi¨® m¨¢s de dos minutos por un fallo en la lectura del road-book. Dejaba hacer a los buggy de Sainz y Al-Attiyah, que ganaron numerosas etapas mientras sus coches resistieron, y cuando estos sucumbieron a las exigencias del desierto peruano o las temidas pistas en terreno argentino, dio cancha a tipos como Robby Gordon o a su compa?ero de equipo Nani Roma, que ha ganado cuatro etapas ¨Csolo dos el franc¨¦s-, pero ha cometido m¨¢s errores. Y en el Dakar los fallos se pagan muy caros. As¨ª como las aver¨ªas. Apenas ha tenido que hacer frente a un par de pinchazos Peterhansel, derrotado adem¨¢s un d¨ªa antes de proclamarse ganador porque oblig¨® a Roma, colega en Mini, a hacerle de escudero en aquella pen¨²ltima etapa, por lo que el espa?ol perdi¨® la tercera plaza de la general. ¡°Estaba decepcionado, es mi amigo. Pero as¨ª son las ¨®rdenes de equipo¡±, se sincera.
As¨ª es el franc¨¦s, un se?or, todo educaci¨®n, bromista incluso con aquellos a quienes conoce. Y casi perfecto al volante. No solo es cuesti¨®n de experiencia, dice. ¡°Necesitas tambi¨¦n inteligencia, saber manejar la presi¨®n. Todo el mundo sabe de estrategia, pero ser constante no es solo una cuesti¨®n de estrategia¡±, explica. Pura sabidur¨ªa dakariana. Y no se olvida de que corre en un equipo, Mini, que, como ¨¦l, ha bordado la perfecci¨®n. ¡°Cada d¨ªa era como si saliera con un coche nuevo¡±. Algo similar deb¨ªa experimentar Despres. La KTM sigue siendo la mejor moto. No en vano son cinco motos de la f¨¢brica austriaca las que copan los cinco puestos de a general.
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