Un espa?ol en semifinales en Australia

Nada puede con David Ferrer. El calor que achicharra al japon¨¦s Nishikori, su contrario de octavos, parece una suave brisa que arrulla su pelo. El cemento que machaca las articulaciones de su rival, vendada una rodilla, es solo el tart¨¢n perfecto para sus carreras. La vida en el alambre, una oportunidad para ejercitarse en el funambulismo: el n¨²mero 18 tiene trece bolas de break a favor, y el espa?ol, que es el n¨²mero cinco, salva once con el aplomo de los elegidos (6-2, 6-1 y 6-4). Ferrer jugar¨¢ ahora los cuartos contra Nicol¨¢s Almagro, que gan¨® a Janko Tipsarevic por 6-2, 5-1 y retirada (tras disputar dos duelos a cinco sets seguidos, uno de los pies del serbio dijo basta). Su cruce asegura que habr¨¢ un espa?ol en semifinales del Abierto de Australia por tercer a?o consecutivo. Ausente por lesi¨®n Rafael Nadal, La Armada volvi¨® a dejar huella sobre cemento.

¡°?Puedes ganar un grande?¡±, le pregunta sobre la pista a Ferrer el entrevistador, anonadado con su actuaci¨®n. ¡°Es muy dif¨ªcil¡±, se arranca el alicantino, listo el discurso humilde de siempre, que esta vez no puede soltar, interrumpido por los aplausos, los gritos y los silbidos del p¨²blico, que le dice que s¨ª, que por supuesto que puede, que ellos creen en ¨¦l. ¡°No, no, no¡±, intenta interrumpir el que ser¨¢ el cuarto mejor tenista del planeta cuando acabe la cita australiana, el brazo en alto, la mano abierta¡­ pero siguen los espectadores insistiendo: ¡°S¨ª que puedes¡±. ¡°Fue muy duro, pero jugu¨¦ muy bien, comet¨ª pocos errores¡±, argumenta Ferrer sobre la victoria ante Nishikori, la 499 de su carrera profesional, lo que le sit¨²a como el cuarto espa?ol con m¨¢s victorias en el tenis masculino, solo por detr¨¢s de Manuel Orantes (618), Rafael Nadal (583) y Carlos Moy¨¤ (575) ¡°Me he encontrado muy bien f¨ªsicamente. Estoy muy satisfecho. He estado muy duro de cabeza, sobre todo al principio de cada set, porque sab¨ªa que ¨¦l empieza a un ritmo muy alto que luego es dif¨ªcil de mantener, pensar en el largo plazo¡±, a?adi¨®. ¡°Para ganar a Nico tengo que estar muy bien¡±.

Y Ferrer est¨¢ muy bien, como demuestran las victorias conquistadas sin dramatismos, los pulmones repletos de aire tras los partidos y las vitrinas rebosantes de t¨ªtulos cuando ya est¨¢ a punto de cumplir los 31. Desde que gan¨® el trofeo de Valencia, en oto?o de 2012, el alicantino solo ha cedido dos encuentros. En 2013 ya ha levantado una Copa (Auckland). Su nombre, respetado por los mejores, provoca pavor en la clase media del circuito. Bien lo sabe su rival por un puesto en semifinales: el alicantino domina 12-0 los cruces particulares con Almagro, que nunca antes se hab¨ªa clasificado para unos cuartos de final en un grande sobre cemento.