Fiesta incompleta para el Atl¨¦tico

Por c¨®mo se organiza atr¨¢s el Levante y por c¨®mo ataca , preve¨ªa Simeone un partido duro, un duelo de esos que se ganan metro a metro, acci¨®n a acci¨®n. Intuy¨® una batalla t¨¢ctica que desembocar¨ªa en un encuentro para destriparlo poco a poco. As¨ª lo hizo el Atl¨¦tico, un conjunto del que se le med¨ªa la capacidad para descifrar a un rival que le iba a ceder el protagonismo desde el inicio. La victoria le coloca a ocho puntos del Bar?a, lo que deja una buena noticia en t¨¦rminos de emoci¨®n para el campeonato. Es complicado ver que el Atl¨¦tico pueda caerse, salvo lesiones claves como pueda ser la de Falcao, o un inesperado derrumbe an¨ªmico. La mayor¨ªa de los rivales con los que se ha cruzado han sucumbido a su juego, del que no duda y cada vez parece creer m¨¢s.

Entreg¨® la pelota el Levante y el dominio territorial como se esperaba. La primera respuesta del Atl¨¦tico al plan de Juan Ignacio Mart¨ªnez fue desde la alineaci¨®n, con Adri¨¢n y el Cebolla Rodr¨ªguez abiertos para buscar esa profundidad que no tuvo en el partido de la primera vuelta. Se ceb¨® mucho por la izquierda por el peso que suponen Filipe Luis y el Cebolla. A este le da igual ocho que ochenta cuando decide arrancar. No teme, aunque a veces no regule sus explosiones con las medidas del campo, que parece qued¨¢rsele peque?o. En el otro costado, Adri¨¢n se met¨ªa m¨¢s al medio y Manquillo se alargaba. Fue Adri¨¢n, por dentro, el que propici¨® la primera gran ocasi¨®n en una de las pocas veces que el Levante le concedi¨® al Atl¨¦tico la oportunidad de robar. Su buen pase no lo aprovech¨® Falcao, al que se le ve falto de chispa en los ¨²ltimos metros, y que acab¨® lesionado en el segundo tiempo. Estar¨¢ dos semanas de baja por un problema muscular. Manquillo, sin estar brillante, no se raj¨®, y eso que El Zhar empez¨® rompi¨¦ndole con un cambio de ritmo en el primer envite. Luego, el marroqu¨ª se fue a la banda derecha y Manquillo sali¨® siempre ganador de sus duelos con Rub¨¦n Garc¨ªa.

Obsesionado con el flanco izquierdo, fue una apertura de Tiago a la derecha para Manquillo la que abri¨® el marcador. El chico centr¨® fuerte y tenso a media altura y el pase lo caz¨® Adri¨¢n casi sin ¨¢ngulo para hacer cumplir esa rara condici¨®n que persigue a algunos delanteros que son capaces de embocar lo complicado y fallar lo f¨¢cil.

El tanto, a la media hora, fue un alivio para el Atl¨¦tico porque el manual del Levante no le dejaba expresarse como acostumbra, con mucho robo en campo contrario. Orden¨® JIM saltarse las l¨ªneas rojiblancas con el saque largo de Mun¨²a, que cuando lo hace a bal¨®n parado envenena mucho la pelota porque saca plano y su equipo est¨¢ muy preparado para las segundas jugadas. Por esa raz¨®n estuvieron Miranda y God¨ªn m¨¢s exigidos de lo que acostumbran ante el aluvi¨®n de balones largos y a¨¦reos a anticipar. En esa batalla dura, otro futbolista del Atl¨¦tico estuvo imperial. Gabi se present¨® en cada disputa por los espacios y por el bal¨®n y sali¨® ganador de su funci¨®n de equilibrista. La grada se lo reconoci¨® jale¨¢ndole en pie cuando fue sustituido.

El tanto de Koke, una rosca a la escuadra desde el v¨¦rtice, sentenci¨®. Una acci¨®n que habla de la autoestima que inunda al plantel. Hab¨ªa alternado buenos golpeos a bal¨®n parado con otros no tan buenos y algunos errores en el pase. Pero no dud¨® en darle al bal¨®n esa par¨¢bola tan imparabale como parece el Atl¨¦tico, independientemente del pelaje de la pizarra contraria.