El Madrid tira de oficio

En el peor partido de esta trilog¨ªa, el Madrid fue m¨¢s mourinhista que en las anteriores dos citas frente al Valencia. En el sentido de despachar la eliminatoria con profesionalidad: sin un esfuerzo de m¨¢s ni m¨¢s alegr¨ªas que las estrictamente clasificatorias. Porque el conjunto blanco perdi¨® a Casillas por lesi¨®n y con ¨¦l la imbatibilidad de los ¨²ltimos tres encuentros. Pese a que nunca vio peligrar la eliminatoria, el Madrid acab¨® con nueve, expulsados Coentr?o y Di Mar¨ªa, un contratiempo inesperado para las semifinales. Cinco expulsados en los ¨²ltimos seis partidos. Ad¨¢n err¨® en el disparo de Tino Costa, aunque el Valencia no pas¨® de un quiero y no puedo, mostrando todo el cat¨¢logo de sus limitaciones en ataque. Compensado en parte por el esperado regreso de Canales, el ¨²nico con capacidad para colorear un conjunto tan gris.

Parte de la tribuna puesta en pie aplaudi¨¦ndole. Los gestos de dolor y de tristeza en la cara. La mano izquierda enrojecida e hinchada. Casillas abandon¨® Mestalla casi llorando en el minuto 17. Convencido de que ten¨ªa algo roto. La grada entendi¨® la solemnidad del momento y lo despidi¨® con respeto. Arbeloa, su propio compa?ero, le hab¨ªa propinado un patad¨®n en la mano tras un c¨®rner botado por Jonathan Viera. Involuntario, por supuesto. Era un bal¨®n dividido. El ¨¢rbitro pit¨® falta de Cissokho, que pasaba por all¨ª.

A pelota parada, el Valencia hab¨ªa ense?ado las u?as en el ¨¢rea blanca, tan temerosa en este tipo de acciones. Valdez, sobre todo, gan¨® dos saltos sin oposici¨®n. V¨ªctor Ruiz, el experimento de Valverde como mediocentro, funcion¨® inopinadamente. No solo en la contenci¨®n, entorpeciendo las contras madridistas, sino en una salida limpia del bal¨®n: pase seco y preciso de unos cinco metros. El ataque local mor¨ªa, eso s¨ª, por su falta de velocidad en la zona de tres cuartos. No la tienen ni Jonas, ni Viera ni Valdez. La que le sobraba a Varane para salir al corte. El central franc¨¦s es pura elegancia: le ech¨® una carrera a Jonas y le sac¨® los colores al mediapunta brasile?o.

Salvo Benzema por Higua¨ªn, Mourinho hab¨ªa repetido el mismo equipo con el que se exhibi¨® el domingo en la primera parte de Mestalla. Variaron las coordenadas. M¨¢s contenido el Madrid, sin tantas ganas de demostrar su superioridad. Ni tantas ventajas del rival, reorganizado en torno al equilibrio de V¨ªctor Ruiz ¡ªal que le sobr¨® un pisot¨®n a Di Mar¨ªa¡ª y a la garra de Jo?o Pereira. El duelo de Cristiano Ronaldo con su compatriota Jo?o Pereira ya fue mucho m¨¢s igualado. Dos jugadores r¨¢pidos, potentes y agresivos. Otro paisano luso, Ricardo Costa, hab¨ªa sufrido un calvario el pasado domingo de lateral derecho. Tampoco esta vez, aunque actuara en su posici¨®n de central, se libr¨® del oprobio. Una patada al aire le impidi¨® cortar un pase en diagonal de Xabi Alonso. La pelota le cay¨® muy mansa a Benzema ante Guaita. El atacante franc¨¦s tuvo todo el tiempo para elegir el palo y la potencia del disparo. Era el final de la primera parte y el Madrid, sin apenas esforzarse, se iba ya con una ventaja disuasoria en la eliminatoria. El Valencia hab¨ªa evitado la humillaci¨®n de la Liga, pero tampoco se pudo permitir ni media esperanza para la segunda parte de la Copa, en la que necesitaba cuatro goles. Estas son las distancias quilom¨¦tricas que separan ahora ambas plantillas.

El equipo de Mourinho lleva cinco expulsados en los ¨²ltimos seis partidos

La caballer¨ªa madridista ¡ªDi Mar¨ªa, Cristiano, ?zil y Benzema¡ª sal¨ªa a la contra en el arranque del segundo tiempo. Sin la precisi¨®n en el remate de otras tardes. Y la respuesta de Guaita. Tambi¨¦n como en otras ocasiones Coentr?o rompi¨® la placidez de sus compa?eros con unas manos que le mandaban a la ducha prematuramente. Desde ah¨ª, desde el callej¨®n del ocho y a pierna cambiada, Tino Costa envi¨® un pelotazo a un palmo del suelo que super¨® a Ad¨¢n. La grada abandon¨® el pesimismo y pens¨® por algunos instantes en alg¨²n tipo de redenci¨®n, pidi¨¦ndolo a Tino Costa que lo chutara todo, tal fue la vulnerabilidad advertida en Ad¨¢n.

Mou recompuso la zaga: Nacho a la derecha y Arbeloa a la izquierda. Casi toda la segunda parte con uno menos. El Madrid se agrup¨® en torno a su defensa y dej¨® pasar el tiempo. Sin mayores preocupaciones. El balance ofensivo del Valencia se redujo a alg¨²n que otro tiro lejano de Tino Costa. Sin un m¨ªnimo de talento, Mestalla no pod¨ªa confiar en el milagro. Por eso fue tan bien acogida la vuelta de Canales, nueve meses despu¨¦s de una terrible lesi¨®n de rodilla. Una luz en medio de la oscuridad de Mestalla.