Espa?a es una pi?a
La selecci¨®n jugar¨¢ la semifinal el viernes ante Eslovenia tras solventar un duro partido con Alemania
Coreaban su nombre las m¨¢s de 10.000 gargantas que atronaban en el pabell¨®n cuando por la megafon¨ªa se escuch¨® que hab¨ªan nombrado mejor jugador del partido a Alberto Entrerr¨ªos. En un gesto de enorme capit¨¢n, se llev¨® el asturiano a recoger el premio al que clamaba la afici¨®n, al que felicitaban sus compa?eros. Al silencioso del grupo, el tapado, el que m¨¢s minutos pasa en el banco: Jos¨¦ Manuel Sierra, que grab¨® su nombre junto al de Perram¨®n, Hombrados, Barrufet, Sterbik.. en otra gloriosa tarde la de la porter¨ªa espa?ola, candidata ya a luchar por las medallas (jugar¨¢ las semifinales contra Eslovenia el viernes a las 19.15).
ESPA?A, 28; ALEMANIA, 24.
Espa?a: Sterbik; Tom¨¢s (7, 1p), Maqueda (3), Entrerr¨ªos (6), Aginagalde (7), Sarmiento (1) y Rivera (3); Rocas (1), Ari?o, Montoro, Morros, Guardiola, A.Garc¨ªa, Ca?ellas, Ruesga y Sierra (portero suplente).
Alemania: Heinevetter, Groetzki (2), Roggisch, Haab (3), Weinhold (2), Christophersen (4, 1p) y Klein (6); Kneer, Wiencek (1), Reichmann, Theuerkauf (4), Strobel, Schmidt (1p), Fath y Pfahl (1).
Parciales 3-3, 5-5, 7-7, 9-9, 10-10, 12-14; 17-15, 18-18, 20-20, 22-21, 26-21 y 28-24.
?rbitros: Gubica ys Milosevic (Croacia). Excluyeron dos minutos a Entrerr¨ªos (2), Maqueda, Guardiola, Roggisch (2), Pfahl, Christophersen, Strabel, Kneer y Haab.
M¨¢s de 10.000 espectadores en el Pabell¨®n Pr¨ªncipe Felipe de Zaragoza.
Fue un partido tit¨¢nico desde el inicio, con un fulgurante arranque de Victor Tom¨¤s, que volaba por el flanco derecho del 40x20. Se la ten¨ªa guardada a los germanos el extremo catal¨¢n desde aquellos cuartos del Mundial de Alemania, en 2007, en el que apearon a los espa?oles, en un partido rudo como el que procuraron tramar esta vez. Entonces, Tom¨¤s contaba con 21 a?os. Seis y muchos t¨ªtulos despu¨¦s, con el brazalete del Bar?a ganado a pulso, no se iba a amilanar el el¨¦ctrico ala.
Un espejismo, porque Espa?a tard¨® casi 50 minutos en conseguir tumbar al batall¨®n de gladiadores que formaban la muralla germana. Una barricada comandada por el m¨¢s veterano, Roggish. Re¨ªa el pivote del Rhein-Neckar L?wen cada vez que se acercaba alg¨²n rival. Independientemente de las guerrillas en los seis metros, los de Valero estuvieron desnortados en ataque los primeros 30 minutos. Utiliz¨® todos los recursos el seleccionador, prob¨® cualquier combinaci¨®n para tratar de desestabilizar al conjunto alem¨¢n pero lo que consigui¨® fue que sus propios jugadores no supieran a qu¨¦ estaban jugando. Cuando no vuela, cuando no encuentra a Aginagalde, Espa?a se siente d¨¦bil y lo transmite en la pista. Por si fuese poco, si se derriba el muro, se estrellaba el ataque con Heinevetter, en una forma tan escandalosa bajo los palos como sus celebraciones.
No se encontraba la selecci¨®n tampoco en defensa y eran los germanos los que volaban, los que jugaban a ser Espa?a, como Espa?a. Con el objetivo cumplido, sin presi¨®n, el joven equipo de Heuberger demostr¨® por qu¨¦ hab¨ªa derrotado a la todopoderosa Francia.
Desacertad¨ªsimo Sterbik, Valero opt¨® por tomar una decisi¨®n que cambi¨® el devenir de la eliminatoria. Contraatac¨® sacando a Sierra y sentando al Gulliver de Senta. Ipso facto, el guardameta del PSG lo agradeci¨® con cuatro paradas que mantuvieron a flote a Espa?a.
Ard¨ªa el Pr¨ªncipe Felipe, pero ni con esas remataba el partido la selecci¨®n tras un buen inicio de la segunda mitad. Con el 18-16 en el marcador, con todo a favor para matar el partido, Espa?a se qued¨® siete minutos sin anotar un gol y los germanos volvieron a tomar la delantera.
El partido se volvi¨® un correcalles hasta que Valero apuntal¨® la defensa con Ca?ellas y Guardiola. Con los pilares en su sitio, con Sierra frenando a la primera l¨ªnea rival, a las avispas que le llegaban desde los extremos, se encomend¨® Espa?a a sus dos jugadores m¨¢s completos, los m¨¢s desequilibrantes. Si la selecci¨®n llor¨® su ausencia en Londres, en los tr¨¢gicos cuartos contra Francia, esta vez la clarividencia de Alberto Entrerr¨ªos, el saber estar del capit¨¢n a pesar de dos prontas exclusiones; el orden y la tranquilidad que impone el asturiano, esa mirada a sus compa?eros que llevaba impl¨ªcito un ¡°me la juego yo y punto¡± logr¨® que Alemania empezara a tambalearse. Y acabaron hincando la rodilla cuando se uni¨® al recital Julen Aginagalde. Amo y se?or de los seis metros, imprimi¨® una inyecci¨®n de adrenalina a los suyos, tanto el parqu¨¦ como en la grada donde sonre¨ªa su familia, donde la alegr¨ªa no cab¨ªa en su hermano, Gurutz, el que le inculc¨® su amor por el balonmano. Sonre¨ªa el mayor de los Aginagalde mientras el pabell¨®n clamaba el nombre del pivote. Como hizo despu¨¦s con el del n¨²mero 12, que segu¨ªa a lo suyo, repeliendo balones. Como antes lo hicieron otros en esta selecci¨®n, tierra de porteros. Un equipo que, por encima de todo, es una pi?a en la que las glorias se reparten cada d¨ªa.
Resultados de cuartos de final: Dinamarca, 28; Hungr¨ªa, 26. Francia, 23; Croacia, 30. Rusia, 27; Eslovenia, 28.
Semifinales: Espa?a-Eslovenia (viernes, 19.15, TVE-1) y Dinamarca-Croacia (viernes, 21.30).
Final: domingo a las 17.15.
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