¡°Soy un obrero del f¨²tbol¡±
Pu?al, el jugador que m¨¢s veces (473) ha lucido la el¨¢stica de Osasuna y ligado toda su vida al club, es una excepci¨®n ¡ñ "El f¨²tbol ha perdido romanticismo", dice el capit¨¢n del equipo navarro
Un tupido manto de nieve cubre las instalaciones de Tajonar. Mientras Ricardo remolonea y lanza bolazos a los reporteros gr¨¢ficos, otro veterano se exprime en un rondo con la bravura de un cadete. ¡°Me encanta entrenarme, machacarme. Disfruto todos los d¨ªas de esto. Todav¨ªa tengo el gusanillo por competir y jugar al f¨²tbol¡±, cuenta Patxi Pu?al (Pamplona, 1975), el jugador que m¨¢s veces (473) ha lucido la el¨¢stica de Osasuna en su historia. Ligado desde los nueve a?os a su club, con un breve receso de aprendizaje en el Legan¨¦s, encarna la figura de un futbolista en peligro de extinci¨®n. De rostro enjuto y tallo fibroso, en su cuerpo no se adivina un ¨¢pice de grasa. ¡°?La f¨®rmula? Comer y dormir bien¡±, explica. Le queda oficio para rato al capit¨¢n. Hoy visita el Camp Nou.
Pregunta. Su nexo con el club es un caso excepcional. ?Cu¨¢l es la clave?
Respuesta. El deseo de estar cerca de tu familia, de tu gente, de luchar por el club de tu tierra.
P. ?Qu¨¦ significa Osasuna?
R. Para m¨ª lo es todo. Es mi vida, mi familia, mi segunda casa. Llegu¨¦ con nueve a?os, tengo 37 y sigo aqu¨ª. Soy como soy por este club. Aqu¨ª me han ense?ado a dignificar el trabajo, me han transmitido el valor de la responsabilidad.
Trabajar en una f¨¢brica me ayudo much¨ªsimo. El futbolista no se da cuenta de lo que tiene¡±
P. ?No le ha tentado nunca la infidelidad?
R. Tengo la fortuna de tener una carrera plena aqu¨ª, de sentirme reconocido por el club, la afici¨®n y por mi gente. Soy un privilegiado de la vida. El poder hacer una carrera larga como futbolista, en la puerta de tu casa, es muy dif¨ªcil. No puedes desperdiciar una oportunidad as¨ª.
P. Ha vivido el club pr¨¢cticamente desde la cuna...
R. Desde peque?ito, mi padre me llevaba al Sadar. Recuerdo las vallas que pon¨ªan para que no lanzasen cosas. ?Y el d¨ªa del petardazo a Buyo! Las bengalas, aquel chico subido a la valla que ondeaba la bandera y sali¨® en todos los peri¨®dicos¡ Ahora es amigo m¨ªo.
P. ?La lealtad cotiza a la baja en el f¨²tbol?
R. S¨ª. Ha perdido romanticismo, pero incluso los que estamos tantos a?os en un mismo club sabemos c¨®mo funciona esto. Esta profesi¨®n dura poco. Lo normal es que una vez que cumplas los 30 te aparten.
P. ?Se considera un superviviente?
R. No, solo soy un obrero del f¨²tbol. Un trabajador. He tenido que estar siempre a tope, nunca he podido relajarme porque no tengo condiciones para permitirme estar al ochenta por ciento. He tenido que demostrar d¨ªa tras d¨ªa que estoy a punto para jugar.
P. En sus inicios, compagin¨® el f¨²tbol con una f¨¢brica.
R. Cuando no contaron conmigo en el Promesas, fui cedido al Oberena, de Tercera, y a la vez me puse a trabajar en una empresa que fabricaba equipos de frenado. Estaba en un torno de producci¨®n de seis cabezales. Los fines de semana trabajaba de ma?ana y por la tarde ten¨ªa los partidos. Me hicieron fijo, pero al final se hace duro estar ah¨ª.
P. ?Qu¨¦ le aport¨® aquello?
R. Me ayud¨® much¨ªsimo. La f¨¢brica exige un gran sacrificio. Cuando eres futbolista no te das cuenta de lo que tienes, solo lo entiendes cuando est¨¢s fuera y tomas distancia.
P. Hasta los 26 a?os no debut¨® en Primera. ?Por qu¨¦ le cost¨® despegar?
R. A cada uno le llega el momento cuando le llega. Las cosas no ocurren por casualidad. Tuve que hacer un par¨¦ntesis en Legan¨¦s y eso me demostr¨® que no estaba preparado, que deb¨ªa madurar m¨¢s. Me ayud¨® mucho Enrique Mart¨ªn Monreal. Aprend¨ª a pelear, a tener los ojos muy abiertos, a no fiarte demasiado de la gente de este mundillo.
P. ?C¨®mo le fue en Legan¨¦s?
R. El ir a Madrid me inquietaba, pero deb¨ªa salir, jugar. All¨ª coincid¨ª con cinco o seis chicos como yo, sin demasiadas obligaciones y con un poco de tiempo libre, as¨ª que pas¨¦ un a?o y medio fant¨¢stico jugando al f¨²tbol.
Nunca he podido relajarme porque no tengo condiciones para permitirme estar al ochenta por ciento"
P. Lotina no contaba con usted y a su vuelta volvi¨® a encontr¨¢rselo en el banquillo.
R. Fue muy claro conmigo: Me vio y me dijo: ¡°Eres mi pivote¡±. Pero despu¨¦s vio cosas que no le gustaron y me dijo que no me promet¨ªa jugar ni en la Copa. Por eso me fui. Despu¨¦s volv¨ª y, lo que son las cosas, me defendi¨® a capa y espada.
P. Tambi¨¦n fue indispensable para Javier Aguirre.
R. Era espectacular c¨®mo manejaba el grupo, sus charlas. Se nota que es un hombre cultivado. No he tenido ni creo que tenga nunca un entrenador como ¨¦l. Vivimos a?os maravillosos: las semifinales de la UEFA, la final de la Copa en el Calder¨®n, la previa de la Champions ante el Hamburgo¡
P. ?Por qu¨¦ no cal¨® Camacho?
R. No supo llegar a los jugadores, ni a la gente, ni al club. Aunque ¨¦l vendiese que fue un tema pol¨ªtico, por ser espa?ol y del Madrid, no fue as¨ª. El primer a?o mantuvimos la categor¨ªa, pero el siguiente no gan¨¢bamos a nadie. Es muy f¨¢cil vender la moto.
Camacho no supo llegar a los jugadores, ni a la gente, ni al club"
P. ?Cu¨¢l es el compa?ero que m¨¢s le ha marcado?
R. Pablo Garc¨ªa, el uruguayo. Era especial, todo el d¨ªa con cara de perro y el mate a cuestas. Nunca tuvo un gesto de cari?o, pero si ten¨ªa que partirse la cara por ti, lo hac¨ªa.
P. Cuco Ziganda ve en usted a un futuro entrenador.
R. S¨¦ que disfrutar¨ªa formando a los chavales¡ Pero no me acabo de ver. No estoy dispuesto a castigar a mi familia, a llevarla de un sitio a otro. Quiero que mis hijos [Oihan y una ni?a en camino] crezcan aqu¨ª.
P. Cuando se retire tendr¨¢ m¨¢s tiempo para su otra pasi¨®n: la caza.
R. La naturaleza me aporta paz, me da la vida. Hay momentos en los que te apetece estar solo y aislarte del runr¨²n del f¨²tbol. Hay vida m¨¢s all¨¢ de la pelota.
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