La historia pasa por el Sant Jordi
Espa?a reclama el empuje del p¨²blico para luchar por el oro mundialista contra Dinamarca Se miden dos selecciones que representan culturas balonman¨ªsticas en las ant¨ªpodas
Si hay una ciudad en Espa?a que ha saboreado triunfos en balonmano, ninguna como Barcelona. Durante d¨¦cadas. Nacionales e internacionales. De magnitudes diversas. Solo le queda por vivir lo que acontecer¨¢ a partir de este domingo a las 17.15 (La1). En un marco incomparable como el Palau Sant Jordi, donde se han vivido triunfos de tanto relumbr¨®n para el deporte espa?ol como la primera Copa Davis, Espa?a afrontar¨¢ su segunda final en un Mundial de balonmano, despu¨¦s de la conquistada en T¨²nez en 2005. Ante un rival, Dinamarca, que se le resiste los ¨²ltimos a?os all¨¢ donde se cruzan. Ante una afici¨®n cuya respuesta es una inc¨®gnita.
¡°El equipo se dejar¨¢ lo que tiene, pero est¨¢ claro que cuando el p¨²blico aprieta, el rival acaba dando balones por perdido¡±. Palabra de V¨ªctor Tom¨¤s, capit¨¢n del Bar?a, un comentario que hac¨ªan suyo todos los componentes de la selecci¨®n, sabedora de que con un ambiente cargado se sentir¨¢n m¨¢s c¨®modos esta noche sobra la gran selecci¨®n danesa.
Sobre el parqu¨¦, el camino hasta la final ha sido relativamente sencillo para ambos equipos. La ¨²nica cuesta arriba que han tenido por delante los de Valero Rivera, salvo la dulce derrota ante Croacia ¡ªles evit¨® cruzarse con Francia y Dinamarca hasta la final¡ª, fue la primera mitad contra Alemania en los cuartos de final. Dinamarca, por su parte, no ha encontrado un rival fuerte hasta las semifinales, donde apabull¨® a una Croacia con bajas, aunque con tal autoridad que asusta ¡ªCroacia gan¨® ayer el bronce al vencer por 31-26 a Eslovenia¡ª. Si la vara de medir es lo que ha ocurrido hasta la final, de atr¨¢s para adelante, Dinamarca se impuso en las semifinales del Mundial de Suecia (28-24), en el Europeo de Serbia (25-24) y en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres (23-24).
El equipo de Valero Rivera quiere un partido largo, llegar al final metidos en la batalla
La m¨ªnima diferencia con que se definieron estos dos ¨²ltimos encuentros hace que los de Valero quieran un partido largo, llegar a los ¨²ltimos minutos metidos en la batalla. Har¨¢ valer Espa?a su arma de ser el equipo menos goleado del torneo. Solo 68 goles ha recibido, por los 121 de los daneses, por su parte, el conjunto m¨¢s goleador con 272 tantos, por los de 245 de una Espa?a que, hay que tener en cuenta, le meti¨® 51 a Australia en la fase de grupos.
En la final se dar¨¢n cita tambi¨¦n dos culturas balonman¨ªsticas en las ant¨ªpodas. La espa?ola, cuyos clubes han llenado sus vitrinas durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, no ha logrado nunca terminar de despegar ni aprovechando siquiera los ¨¦xitos de la selecci¨®n. En las ¨²ltimas ocho ediciones del Mundial, Espa?a ha luchado en una de cada dos por las medallas, un registro que solo ha superado Francia, en seis ocasiones. Para los daneses, que viven su ¨¦poca m¨¢s dorada, este deporte es una religi¨®n y sus jugadores son venerados por una hinchada que tratar¨¢ de hacer sentir que se sientan como en casa.
El encuentro pondr¨¢ no solo el punto final al primer Mundial que se ha organizado en Espa?a, un torneo que si no llega a ser por el devenir en la pista hubiese quedado a buen seguro en anecd¨®tico ante la escasa promoci¨®n. Ser¨¢ la ¨²ltima parada en la selecci¨®n del para muchos mejor jugador de la historia del balonmano espa?ol. Alberto Entrerr¨ªos no da pie a una marcha atr¨¢s en su decisi¨®n. Lleva toda la semana diciendo que no puede m¨¢s. Pero ah¨ª sigue, con ganas de un ¨²ltimo esfuerzo para colocar la segunda estrella de campeones en el pecho. Ya logr¨® una. Ahora la quiere como capit¨¢n. En el mejor escenario posible.
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