Excelent¨ªsima sangre
El primer d¨ªa se dedica a cuestiones previas y el doctor y el resto de implicados declarar¨¢n ma?ana
De los cerca de 50 millones de litros de sangre que, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), se almacenan anualmente en el mundo, un juzgado de Madrid, concretamente el penal n¨²mero 21, dedicar¨¢ m¨¢s de un mes para discutir de apenas unas docenas. Pero qu¨¦ docenas, sangre excelente, excelent¨ªsima, y, sobre todo, car¨ªsima, a m¨¢s de mil euros el litro de gl¨®bulos congelados. Sangre de deportistas magn¨ªficos, de los mejores del mundo en ciclismo, sangre que les hac¨ªa ser mejores a¨²n. Son las m¨¢s de 200 bolsas que, entre congeladas o meramente refrigeradas, Eufemiano Fuentes y sus colaboradores conservaba en neveras y arcones congeladores de dos pisos de Madrid, la sangre de la Operaci¨®n Puerto.
A las ¨®rdenes de la jueza Julia Patricia Santamar¨ªa, el juicio, que ha despertado inusitada atenci¨®n internacional -decenas de medios atra¨ªdos por el volc¨¢nico car¨¢cter del tema que como un r¨ªo subterr¨¢neo discurrir¨¢ imparable bajo la discusi¨®n aparente, el dopaje, y por la promesa de supuestas jugosas y morbosas revelaciones que deber¨ªan dejar desnudos los ¨¦xitos del deporte espa?ol-, ha comenzado este lunes con la presencia del protagonista entre los acusados, Fuentes. El d¨ªa, sin embargo, se ha dedicado m¨¢s a cuestiones preliminares y el m¨¦dico hablar¨¢ este martes.
La pregunta que debe responder la jueza es m¨¢s simple: ?es eso delito? ?Es la sangre un medicamento?
Los otros cuatro del banquillo, tambi¨¦n como Fuentes, acusados de un delito contra la salud p¨²blica castigado con dos a?os de c¨¢rcel, tambi¨¦n declarar¨¢n este martes. Son los secundarios de la trama: Ignacio Labarta, director del Comunidad Valenciana (exKelme) y tambi¨¦n socio, bajo el nombre de Macario, seg¨²n la Guardia Civil, en la sociedad congeladora de gl¨®bulos rojos; Vicente Belda, el jefe del Comunidad Valenciana, equipo ciclista en el que ejerc¨ªa como m¨¦dica Yolanda Fuentes, la hermana del protagonista -seg¨²n los investigadores, entre los hermanos y Belda organizaban la log¨ªstica sangu¨ªnea del equipo-; y Manolo Saiz, el m¨¢nager del equipo ciclista Liberty, algunos de cuyos corredores eran clientes de Fuentes. La Guardia Civil le detuvo el 23 de mayo de 2006 tras reunirse en una cafeter¨ªa con Fuentes (quien supuestamente le entreg¨® un paquete con productos dopantes en aquella reuni¨®n).
Las pr¨¢cticas con sangre del m¨¦dico canario, de las que ten¨ªa ya experiencia en los a?os 80 (y de ello escribi¨® en los peri¨®dicos como experto), comenzaron, a gran escala, seg¨²n las acusaciones, a partir de 2001, cuando se autoriz¨® un m¨¦todo de detecci¨®n de la EPO, el otro gran m¨¦todo dopante para aumentar la capacidad de transporte de ox¨ªgeno en la sangre (el leitmotiv de los deportes de resistencia), pues las transfusiones aut¨®logas, con la propia sangre del deportista, son indetectables (de hecho, gran parte de los positivos que se han producido desde entonces son los llamados positivos durmientes: unos meses antes de usar la sangre, y antes de extraerla, para aumentar el n¨²mero de gl¨®bulos rojos, los deportistas toman unas dosis de EPO. Si se la extraen sin haberla eliminado totalmente del organismo, la EPO permanece en la bolsa y reaparece al reinfundirla).
Pero aunque se hable de dopaje, en el juicio se juzgar¨¢ la sangre, su consideraci¨®n como medicamento, su protecci¨®n legal, las exigencias normativas para su tratamiento y conservaci¨®n. Ah¨ª reside el quid del presunto delito contra la salud, incluso de la pertinencia de la propia investigaci¨®n policial, puesta en duda por las defensas que argumentan que al no ser un medicamento la sangre, y practicarse las transfusiones con la aceptaci¨®n voluntaria de los deportistas, la Guardia Civil no deber¨ªa haber metido ah¨ª las narices, pues, en todo caso, el dopaje, que es lo que se descubri¨®, no era delito por entonces.
En el banquillo de acusados, adem¨¢s de Eufemiano, declar¨¢n Labarta, Belda, Yolanda y Manolo Saiz
La Guardia Civil meti¨® las narices en la sangre de rebote, siguiendo la pista de una importaci¨®n y falsificaci¨®n de viales de Igf-1 (factor de crecimiento) desde Australia. El hilo les llev¨® hasta el barrio madrile?o en el que Jos¨¦ Luis Merino Batres, el socio cient¨ªfico de Fuentes, un hemat¨®logo que no ser¨¢ juzgado por padecer Alzheimer, tiene un laboratorio de an¨¢lisis cl¨ªnicos y en el que el propio Fuentes dispon¨ªa de un piso. Entre la basura que observaron depositaba Fuentes al salir de su apartamento por la noche, los investigadores descubrieron ¨²tiles para extracci¨®n, conservaci¨®n y transfusi¨®n de sangre. En vigilancias sucesivas, los polic¨ªas tambi¨¦n observaron a gran n¨²mero de deportistas acudiendo al lugar. Meses despu¨¦s procedieron a la redada. El bot¨ªn fue ¨²nico: por primera vez en el mundo, una operaci¨®n policial obten¨ªa pruebas de tal calibre, tan s¨®lidas como bloques de hielo, de unas pr¨¢cticas de dopaje que se intu¨ªan pero no se pod¨ªan probar.
Pero la pregunta que debe responder la jueza es m¨¢s simple: ?es eso delito? ?Es la sangre un medicamento?
Un art¨ªculo reci¨¦n publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM), quiz¨¢s la publicaci¨®n m¨¦dica m¨¢s prestigiosa del mundo, podr¨ªa servir para iluminar la cuesti¨®n. En ¨¦l, el autor, Harvey Klein, del departamento de transfusi¨®n de Bethesda (Maryland, EE UU), no solo la considera un medicamento, sino ¡°medicamento esencial¡±, de esos que todos los pa¨ªses tienen la obligaci¨®n de poner a disposici¨®n de sus ciudadanos. ¡°El desarrollo de soluciones conservantes y anticoagulantes, de envases est¨¦riles y de bolsas de pl¨¢stico para sangre permitieron que la sangre pudiera ser almacenada¡±, explica, ¡°lo cual en la pr¨¢ctica obliga a distinguir el producto, que debe cumplir una serie de estrictas medidas, de la pr¨¢ctica m¨¦dica de la transfusi¨®n. Una distinci¨®n b¨¢sica para entender porque se consideran y se regula a los componentes de la sangre como medicamentos¡±.
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