Espa?a pende de un hilo
Tras las derrotas de Ramos y Granollers, la selecci¨®n depende de los maestros de maestros
Esto es Vancouver, pero podr¨ªa ser el infierno. Espa?a se arriesga a quedar apeada a la primera de la Copa Davis, lo que no le ocurre desde 2006. Canad¨¢ lidera 2-0 el cruce frente al mejor equipo del siglo XXI, cinco veces coronado y dos veces finalista. Albert Ramos cedi¨® 7-6, 4-6, 4-6 y 4-6 ante Milos Raonic. Marcel Granollers se inclin¨® 1-6, 2-6 y 2-6 ante Frank Dancevic. Entre los dos pupilos de ?lex Corretja, el seleccionador, no se apuntaron ni un break. Raonic, tembloroso y ahogado en presi¨®n, acab¨® imponiendo su saque (26 aces) frente a la intensidad de Ramos. Dancevic, el n¨²mero 166, simplemente compiti¨® acunado por la magia de una cita que desnuda a los competidores y les enfrenta con su verdadera naturaleza: de ganador en ganador (42) dio un recital que dej¨® a su equipo a un paso de la clasificaci¨®n, que puede lograr hoy (22.00, Tdp) si gana el punto del dobles (Nestor y Pospisil contra Granollers y L¨®pez).
El principio de la jornada demuestra que con el coraje no basta. Puesto ante un escenario dantesco, debutar en la Davis frente a un tenista de prestigio (Raonic) y en su peor superficie (cemento bajo techo), Ramos da un paso al frente. Llueven los aces del canadiense y zumban sus derechazos. El espa?ol, sin embargo, pelea desde la consistencia. Suya es una primera manga para la esperanza. Suyo un break cedido nada m¨¢s comenzar la segunda que cambia la din¨¢mica del partido. Suya una derrota (6-7, 6-4, 6-4 y 6-4) en un partido arisco, que no es de los que hacen aficionados, sino de los que definen a los competidores.
No hay belleza en los intercambios, pero s¨ª intensidad, deseo, fiereza. El canadiense, sin embargo, acaba haciendo demasiadas preguntas para los argumentos que maneja el espa?ol.
El espa?ol levant¨® 15 bolas de break, pero no sum¨® ninguna contra el saque de su rival
Zurdo antes que nada, Ramos utiliza todos los trucos: el saque abierto para desplazar al gigant¨®n, la pelota enviada de lado a lado para que siempre pegue en movimiento, la consistencia como arma con la que provocar los errores de su contrario. Raonic empieza disparado en los fallos. Su saque, en cualquier caso, le sostiene. Nunca afronta una pelota de break. La seguridad que ese dato le proporciona le permite atacar los juegos al resto al abordaje, seguro de que una rotura le dar¨¢ la manga sin que Ramos pueda remediarlo. El n¨²mero 51 palidece en la segunda manga. A la que da un paso atr¨¢s y cede pista, Raonic ense?a los dientes. Domina los intercambios. Toma la delantera en el marcador y ya nunca mira atr¨¢s, pese a los intentos del catal¨¢n, que jam¨¢s le pierde la cara al partido: llega a levantar 15 bolas de break.
Mucho m¨¢s se le pide a Granollers. ?l, que es el n¨²mero 34, es el que tiene que mantener viva la llama de Espa?a frente al n¨²mero 166. Corretja cuenta con ese punto. Dancevic debe ser el que tiemble. Sin embargo, el canadiense pronto toma las riendas del encuentro. Como Granollers vive sin saque (52% de primeros servicios), ¨¦l castiga con restos como pu?etazos sus segundos servicios. Como Granollers no aprovecha sus siete bolas de break, ¨¦l se siente libre de cualquier cadena para asaltar el partido. Como Granollers, finalmente, nunca cambia de ritmo, insistiendo en plantear el partido desde el fondo en lugar de buscarlo en la red, donde m¨¢s luce, Dancevic acaba firmando un encuentro muy por encima de su r¨¢nking, rebosante de inventiva y creatividad, bello de factura, repleto de golpes de riesgo con los que superar 13 pelotas de rotura en contra. El n¨²mero 166 deja a Canad¨¢ a un paso de la segunda ronda, hasta donde nunca ha llegado. Espa?a depende hoy de Granollers y L¨®pez, maestros de maestros en 2012: el mejor equipo del siglo XXI pende de un hilo.
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