Nadal vuelve de manotazo en manotazo
Despu¨¦s de siete meses de baja, el mallorqu¨ªn celebra en Vi?a del Mar su primer triunfo individual (6-3 y 6-2 sobre Delbonis)
No est¨¢n las piernas, pero est¨¢n los tiros. No est¨¢ la velocidad, pero s¨ª el talento. No est¨¢ el f¨ªsico del tit¨¢n, pero s¨ª su cerebro: siete meses despu¨¦s de jugar su ¨²ltimo partido (Wimbledon 2012), Rafael Nadal vuelve a las pistas en el torneo chileno de Vi?a del Mar y contra el argentino Delbonis, pierde diez de los primeros once puntos (0-2) y acaba imponi¨¦ndose 6-3 y 6-2 porque le sobra clase para dominar al n¨²mero 128 del planeta.
¡°Es un d¨ªa importante para m¨ª, gracias por el apoyo¡±, dice a¨²n sobre la pista el n¨²mero cinco mundial, que juega de menos a m¨¢s seg¨²n descuenta minutos el partido.
El campe¨®n de once grandes, reci¨¦n recuperado de una rotura parcial del tend¨®n rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, compite con la articulaci¨®n protegida por un doble vendaje compresor. Su pisada est¨¢ llena de precauciones. No hay muchos gestos felinos, le falta chispa en los sprints, Delbonis desnuda sus piernas con alguna maliciosa dejada. Pero es un Nadal reconocible. Uno que con la derecha rompe la pelota. Uno que no desespera cuando el partido se le empina. Uno que sabe que sobre tierra batida tiene que mediar un milagro para que su victoria est¨¦ en peligro.
Es un d¨ªa importante para m¨ª. Gracias por el apoyo Rafael Nadal
Nadal sale comprensiblemente desubicado tras su baja. Pierde el primer juego, pero nunca vuelve a afrontar una pelota de break. Igual que gan¨® un punto de once de inicio, acaba dejando escapar un juego de once: 6-3 y 4-0. Poco a poco se extiende su dominio por el encuentro, igual que el d¨ªa acaba comi¨¦ndose a la noche. De manotazo en manotazo, a¨²n a la b¨²squeda de la movilidad que le dio sus mejores victorias, el espa?ol cierra el triunfo, que celebra sin aspavientos, como quien recupera una sana costumbre, y llega a la tercera ronda: ah¨ª, (Canal +) le espera el ganador del Monta?¨¦s-Gimeno y otra vez un duelo consigo mismo. Nadal, el hombre, busca a Nadal, el ogro de la arcilla.
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