La clave del sistema nervioso
Para empezar, partidazo. Barcelona y Real Madrid abrieron la Copa a lo grande, con un encuentro ag¨®nico cuya resoluci¨®n, a partir de los ¨²ltimos minutos del ¨²ltimo cuarto, pas¨® de mano en mano sin que nadie tuviese la suficiente compostura para amarrarlo definitivamente. Ambos equipos se vieron vencedores y perdieron sus ventajas, atenazados por la tensi¨®n y el cansancio, sobre todo mental, aunque m¨¢s sangrante fuese sin duda lo del Madrid, pues no cerrar bien un tiro libre en tu canasta que termina dando opci¨®n a que te empaten (y cinco minutos despu¨¦s pierdes el partido) es pecado capital. En la clasificaci¨®n de "formas desesperantes de perder un partido" ocupa sin lugar a dudas, un sitio en el podio.
Al final el ¨¦xito fue azulgrana, enorme bot¨ªn que recompensa su mejor sistema nervioso durante todo el partido. Mientras el Madrid pareci¨® m¨¢s apagado de lo habitual, sufri¨® altibajos y no luci¨® casi nunca como el equipo que domina en la liga, demasiado relajado a veces, demasiado tenso en otras, el Barcelona fue un conjunto m¨¢s constante, siempre enchufado y que nunca perdi¨® la fe, incluso cuando la raz¨®n apuntaba hacia el triunfo madridista. Ante los problemas f¨ªsicos de Navarro, se agarr¨® sobre todo a Mickeal, un gran competidor que estuvo imperial durante toda la noche y a Marcelinho, sobre el que gravit¨® el juego azulgrana, al que dio mucho dinamismo y no par¨® de repartir asistencias. Pero el que al final result¨® definitivo fue Ante Tomic, lo que no deja de ser una paradoja.
El Madrid termin¨® pagando su falta de voltaje en gran parte del encuentro
Nunca ha habido dudas del talento de Tomic. Pero s¨ª de su fortaleza, tanto f¨ªsica como mental. Su paso por el Madrid no fue malo, pero pocas veces cumpli¨® con las grandes expectativas que te creas viendo su mu?eca y sus movimientos en la zona. Cumpli¨® con los n¨²meros, pero no con la importancia de estos. En la primera cita de enjundia ante su exequipo, Tomic fue otro Tomic. Sus puntos no extra?aron, sus detalles de talento tampoco, pero lo que igual no entraba en el guion es que se hiciese el amo del cotarro, que su presencia se agigantase al llegar la zona de definici¨®n, que intimidase cada vez que un jugador del Madrid se acercaba a la canasta, que puntease a seis metros un importante tiro de Carroll, el pistolero m¨¢s r¨¢pido del Oeste.
El Madrid termin¨® pagando su falta de voltaje en gran parte del encuentro. Fue casi siempre a remolque y a diferencia de otros d¨ªas, donde la rotaci¨®n encaja como un guante, esta vez Pablo Laso no daba con la tecla. Aun as¨ª, se manten¨ªa siempre cerca, lo que daba la sensaci¨®n de que como en otros partidos, en cuanto cogiese una racha, dinamitar¨ªa el partido. Ni pudo ni el Barcelona se lo permiti¨®, pues ten¨ªa la lecci¨®n bien aprendida. Tampoco le ayud¨® la maltrecha mano de Rudy, o alcanzar la segunda pr¨®rroga con su juego interior diezmado con Mirotic y Felipe Reyes en el banquillo con cinco faltas. Pero poco consuelo supone cuando el d¨ªa que necesitas tu mejor versi¨®n, aparece una deslucida.
El Bar?a se agarr¨® a Mickeal y Marcelinho, pero el que result¨® definitivo fue Tomic
Finalmente, resaltar que el espect¨¢culo fue grandioso, con dos equipos dej¨¢ndose el alma, con todo el dramatismo posible que ofrece un torneo de eliminaci¨®n y con el marcador ofreciendo m¨¢s sorpresas que las que un guionista retorcido podr¨ªa imaginar. Un comienzo a lo grande. Que siga la fiesta.
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