Una empresa intenta que cuatro adinerados clientes asciendan el Everest con ayuda de gas xen¨®n
Los alpinistas aficionados pagar¨¢n 150.000 euros por cabeza para subir al techo del planeta entregados a las promesas del gas noble, considerado dopaje al ser una forma alternativa de aumentar la EPO
La inmediatez, que todo lo preside, tambi¨¦n ha llegado al Everest. Ahora, los turistas de esta monta?a desean saltarse el tedio de la espera en su campo base, la incomodidad de dormir en tiendas de campa?a, el fr¨ªo nocturno, las rotaciones para aclimatarse a la altitud o las letrinas malolientes. Para todos los que puedan gastarse 150.000 euros en una semana, una empresa austriaca ha dado con una clave de mercadotecnia tan efectista como controvertida: inhalar gas xen¨®n. Con este truco, cuatro turistas ingleses han aceptado el reto de salir de casa, plantarse en la cima del Everest y regresar a sus asuntos en siete d¨ªas, tal y como recog¨ªa hace escasos d¨ªas el Financial Times.
El ¨²nico requisito, al margen del econ¨®mico, es disponer de cierta flexibilidad: cuando se anuncie una ventana de buen tiempo, saltar¨¢n a un avi¨®n, aterrizar¨¢n en Katmand¨², ser¨¢n llevados a una cl¨ªnica donde inhalar¨¢n el gas durante media hora y volar¨¢n en helic¨®ptero hasta el campo base, a 5.300 metros sobre el nivel del mar. Despu¨¦s, invertir¨¢n tres d¨ªas en escalar la monta?a empleando ox¨ªgeno artificial y uno en descender antes de volar de regreso a casa. El plan obvia repentinos cambios de tiempo en la monta?a, o colas infinitas en las proximidades de la cima y resulta un tanto enga?oso: en realidad, los cuatro candidatos llevar¨¢n a cabo su aclimataci¨®n en casa, con un tratamiento de ocho semanas en c¨¢maras de hipoxia, estrategia que ya ha sido empleada con ¨¦xito por muchos deportistas.
El uso com¨²n del gas xen¨®n se da en campos como el aeroespacial y la medicina, sobre todo como agente anest¨¦sico y protector de ¨®rganos, si bien ¡°recientemente, se est¨¢ estudiando su papel en la activaci¨®n del factor inducible de hipoxia HIF-1¦Á, una especie de interruptor molecular que activa el organismo cuando detecta una reducci¨®n en la disponibilidad de ox¨ªgeno¡±, explica Adri¨¢n Castillo, fisi¨®logo, investigador y uno de los fundadores de Fissac, una prestigiosa plataforma de divulgaci¨®n en el ¨¢mbito de las ciencias del ejercicio.
Castillo explica c¨®mo ¡°cuando estamos en altura, o cuando sufrimos un evento card¨ªaco en el que se reduce el aporte de sangre, este factor se activa con el fin de aumentar los mecanismos encargados de contrarrestar esta hipoxia. Estudios en animales, in vitro y, recientemente, en humanos, han demostrado que la exposici¨®n a este gas puede aumentar de forma aguda la eritropoyetina, una hormona producida principalmente por los ri?ones que desempe?a un papel crucial en la producci¨®n de gl¨®bulos rojos, las c¨¦lulas que transportan el ox¨ªgeno en la sangre¡±. Ser¨ªa, dice, ¡°una forma alternativa de aumentar la EPO, una sustancia que genera nuestro cuerpo de forma natural, pero que tambi¨¦n puede utilizarse como m¨¦todo de mejora del rendimiento de forma artificial. Por ello, tanto la EPO como, recientemente, este gas desde los Juegos de invierno de Sochi (2014) son considerados como dopaje¡±.
Las consideraciones ¨¦ticas en el mundo del alpinismo siempre han sido subjetivas al no tratarse de una actividad sujeta a reglas de competici¨®n. De hecho, usar ox¨ªgeno embotellado o sustancias como la dexametasona resultan trampas evidentes a los ojos de cualquiera. Hoy en d¨ªa, el todo vale, incluso los vuelos en helic¨®ptero hasta el campo 2, se ha extendido cuando se trata de escalar el Everest.
A priori, el uso del gas xen¨®n no es un tratamiento milagroso que aumente dr¨¢sticamente las posibilidades de ¨¦xito de los cuatro candidatos. M¨¢s bien parece un artificio publicitario pomposo, por mucho que Lukas Furtenbach, responsable de la empresa que organiza el reto, asegure que ha usado dicho gas con ¨¦xito. ¡°Lo que ocurre es que los estudios no son concluyentes al respecto: no se sabe si este aumento en la producci¨®n aguda de eritropoyetina vinculada a la exposici¨®n a este gas se traduce, a largo plazo, en un mayor rendimiento o un aumento del volumen de la sangre. Un estudio muestra que, por ejemplo, cuatro semanas de exposici¨®n a este gas no aumentaron la creaci¨®n de nuevos gl¨®bulos rojos, ni el volumen de la sangre, ni el rendimiento¡±, considera Adri¨¢n Castillo.
El pasado 20 de diciembre, Adri¨¢n Castillo y Aitor Viribay (responsable de nutrici¨®n en el equipo ciclista INEOS) colgaron el d¨¦cimo y ¨²ltimo podcast de la serie 90 gramos en Spotify, donde revelan datos in¨¦ditos recogidos por Kilian Jornet en 2017 durante su doble ascenso al Everest sin ayuda de ox¨ªgeno artificial. Aqu¨ª, el propio alpinista catal¨¢n revela datos desconocidos y de gran utilidad para la comunidad cient¨ªfica: ¡°a nivel del mar soy capaz de correr un kil¨®metro en menos de 3 minutos, pero por encima de los 8.000 metros, yendo a mi m¨¢ximo, pod¨ªa tardar entre una y tres horas en completar un kil¨®metro. Antes de partir al Everest, realic¨¦ una prueba de esfuerzo m¨¢ximo y mi frecuencia respiratoria a una intensidad de VO2Max, estaba a 60 y pico respiraciones por minuto. A 8.000 metros, a 130 pulsaciones por minuto, que era el m¨¢ximo que pod¨ªa alcanzar all¨ª arriba, con una saturaci¨®n muscular de ox¨ªgeno por debajo de 10% (lo que equivaldr¨ªa a un esfuerzo m¨¢ximo, un esprint a nivel del mar), mi frecuencia respiratoria era de m¨¢s de 60 respiraciones por minuto¡±, revela Jornet.
Entender c¨®mo Kilian fue capaz de ¡°esprintar¡±, durante horas ¡°es algo absolutamente excepcional que rompe todos los moldes del conocimiento fisiol¨®gico actual¡±, considera Castillo. Y esto ilustra la diferencia entre escalar hasta el techo del planeta sin artificios o hacerlo rebajando hasta lo inimaginable la severidad del medio natural.
Actualmente, se intenta mejorar el aspecto metab¨®lico, es decir, producir la mayor cantidad de energ¨ªa posible ahorrando ox¨ªgeno, como Kilian Jornet, que escal¨® dos veces la monta?a en el espacio de seis d¨ªas y su entrenamiento consisti¨® en buscar ser lo m¨¢s eficiente de cara a la cima, donde apenas se puede contar con 30% del ox¨ªgeno del que el ser humano emplea a nivel del mar. De hecho, Jornet buscaba alcanzar el ejemplo de los sherpas, que ¡°utilizan mucha m¨¢s glucosa y lactato para obtener energ¨ªa, debido a que son sustratos que requieren menos ox¨ªgeno que las grasas. De esta forma gastan mucho menos ox¨ªgeno para producir la misma energ¨ªa¡±, apunta Castillo.
En 2017, Kilian Jornet sufri¨® un apag¨®n mientras descend¨ªa de su primera cima al Everest: no recuerda nada de lo que hizo en una zona pr¨®xima a los 8.300 metros. Su traza GPS indica que se movi¨®, destrep¨®, avanz¨®, pero su cerebro ha borrado esa informaci¨®n: ¡°el cerebro se apaga para no consumir energ¨ªa: normalmente el cerebro prioriza desmayarte antes que seguir caminando, pero en el Everest el cerebro sabe que si no caminas, mueres, por eso apaga casi todos los sistemas de alerta para que puedas seguir avanzando¡±, explica el propio Kilian.
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