Nadal se corona 251 d¨ªas despu¨¦s
El mallorqu¨ªn gana 6-2 y 6-3 a Nalbandian, suma su primer t¨ªtulo tras siete meses de lesi¨®n, y gana impulso en su reincorporaci¨®n
La fiera est¨¢ dormida hasta que el marcador le despierta. Tras siete meses de baja por una rotura parcial del ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, Rafael Nadal se encuentra 6-2, 0-3 y saque de David Nalbandian en la final del Abierto de Brasil. Apenas hay huellas del tenista mercurial que lleg¨® al n¨²mero uno mundial y domin¨® las pistas como un Atila. El resultado de la segunda manga, sin embargo, act¨²a como un l¨¢tigo. De zarpazo en zarpazo, la fiera despierta. Nadal devora a Nalbandian, al que le propina un 6-0 (6-2 y 6-3), y se corona ocho meses despu¨¦s de su ¨²ltimo t¨ªtulo (Roland Garros 2012). El mallorqu¨ªn no llora. No se tira al albero. No se rompe la camiseta como si se hubiera liberado de un peso insoportable, pese a que acaba de conquistar el segundo torneo bajo techo de toda su carrera (Madrid 2005): sabe que el trofeo es solo un primer paso, un pelda?o m¨¢s en una largu¨ªsima escalera, que a¨²n le queda camino que recorrer para pelear por los grandes t¨ªtulos.
¡°Espero que esto sea el inicio de un buen comienzo¡±, reacciona a¨²n sobre la pista el espa?ol, mientras en su banquillo se escapa alguna l¨¢grima, tantas han sido las horas de sufrimiento, tensi¨®n y amarguras superadas entre la derrota del campe¨®n de 11 grandes en segunda ronda de Wimbledon (28 de junio de 2012) y su reincorporaci¨®n al circuito. ¡°Para mi Brasil estar¨¢ siempre en mi coraz¨®n. Ha sido una semana inolvidable¡±, celebra.
El partido siempre est¨¢ en las manos del espa?ol. Sus piernas son el term¨®metro
El partido siempre est¨¢ en las manos del espa?ol. Sus piernas son el term¨®metro de su juego. Su rodilla, la llave que enciende y apaga el motor de sus esfuerzos. La articulaci¨®n act¨²a como bisagra: de su buen o mal comportamiento depende el resto del juego. ¡°Ha sido el d¨ªa que me he sentido peor a nivel de la rodilla¡±, dice el s¨¢bado Nadal tras ganar en semifinales. ¡°Si la rodilla va mal el tenis es mucho m¨¢s dif¨ªcil. El t¨ªtulo es improbable¡±, avisa.
Llega entonces el domingo. Ante Nalbandian, dolido en la articulaci¨®n pese a m¨¢s de medio a?o de baja dedicado a curarla ¡ª ¡°tendr¨¢s molestias hasta finales de febrero¡±, le dijeron los m¨¦dicos¡ª, el n¨²mero cinco mundial deja pasar pelotas que antes habr¨ªa atacado con el instinto, la fiereza y la intensidad del mejor cazador en busca de la m¨¢s preciada de las piezas. Como si quisiera ahorrarle esfuerzos a su rodilla, el n¨²mero cinco selecciona el cu¨¢ndo, el c¨®mo y el porqu¨¦ de sus carreras. Es un Nadal menor protagonizando una empresa mayor: recuperar el tiempo perdido. Ah¨ª est¨¢ su derecha, hiriente golpetazo. Ah¨ª est¨¢ su intensidad, un oc¨¦ano que ahoga a sus contrarios. Faltan otros golpes, y, sobre todo, concentraci¨®n, reflejos, fuerza en las piernas y pulmones con los que sostener su ambiciosa apuesta.
Es un Nadal de impulsos. El Nadal del coraz¨®n, de la garra, de los tiros y los zarpazos. El Nadal que gana por deseo, por voluntad, imponiendo las ¨®rdenes de su cerebro a las limitaciones de su cuerpo. El espa?ol juega sin continuidad. Penalizado por el techo y la altura de Sao Paulo (760 metros sobre el nivel del mar), dos circunstancias que nunca le favorecieron, est¨¢ desacertado en peloteos que acostumbra a dominar, pero selecciona con tino las bolas que marcan el partido. Si al n¨²mero cinco mundial le falta consistencia, el 93 carece por completo de ella. Nalbandian es a¨²n capaz de dibujar con el pincel de su rev¨¦s bellos ganadores, pero en su paleta faltan ya colores. En la treintena, no tiene piernas para medirse a los mejores y tiende a convertir en h¨¢bito lo que debe ser un recurso, como las dejadas y los ¨¢ngulos preciosistas. El encuentro lo resume todo. Empieza el segundo set y Nalbandian manda 3-0 y saque. En un visto y no visto pierde esa ventaja: Nadal castiga su mala movilidad con saques al cuerpo, y a poco que enciende su juego, le deslumbra. El argentino acaba cegado.
El mallorqu¨ªn, que al final conversa con el juez de silla sobre la advertencia que recibe por tomarse m¨¢s tiempo del reglamentario entre saque y saque, participar¨¢ ahora en la cita de Acapulco (M¨¦xico, desde el 25 de febrero), ya de categor¨ªa 500, un escal¨®n por encima de la brasile?a. En dos torneos tras su reaparici¨®n suma una final y un t¨ªtulo, el 51? de su carrera, 37? sobre arcilla. Eso solo est¨¢ a la altura de los elegidos. Sin embargo, un mito como ¨¦l no mide el ¨¦xito seg¨²n la variable de la cantidad de trofeos: Nadal est¨¢ en una lucha consigo mismo, busca y rebusca para encontrar al tit¨¢n que era. En Sao Paulo, gan¨® un t¨ªtulo peque?o pero dio un paso de gigante.
"Con todo lo que sufr¨ª durante la semana..."
¡°Estoy muy feliz. En 2005 empec¨¦ en Brasil [fue el segundo t¨ªtulo de su carrera], espero que ahora sea una vuelta a empezar¡±, reacciona a¨²n sobre la pista Rafael Nadal, mientras en su banquillo se escapa alguna l¨¢grima, tantas han sido las horas de sufrimiento, tensi¨®n y amarguras superadas entre la derrota del campe¨®n de 11 grandes en segunda ronda de Wimbledon (28 de junio de 2012) y su reincorporaci¨®n al circuito. ¡°Para mi Brasil estar¨¢ siempre en mi coraz¨®n. Ha sido una semana inolvidable¡±, celebra.
¡°Cuando la rodilla duele, no me muevo bien. Si no me muevo bien, no consigo pegar bien la pelota. Cuando la rodilla va mejor, el tenis va mejor, tambi¨¦n la cabeza, todo¡±, razona tras coronarse campe¨®n. ¡°Hoy fue el d¨ªa que me sent¨ª mejor. Con todo lo que sufr¨ª durante la semana, este es un t¨ªtulo bonito para mi y muy importante¡±, cierra en referencia a los dolores de la articulaci¨®n, los baches de la pista y la mala calidad de las pelotas.
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