Veto ideol¨®gico a Salva Ballesta

La destituci¨®n en el Celta de Paco Herrera, despedido tras seis jornadas sin ganar, gener¨® una cascada de acontecimientos: el club consigui¨® que se debatiera m¨¢s sobre un segundo entrenador que sobre el relevo al frente del equipo. Abel Resino fue el elegido para sustituir a Herrera, pero en su equipo de trabajo no le iba a acompa?ar, como ocurri¨® en sus ¨²ltimas experiencias en el banquillo, Juan Sabas, el exdelantero de Atl¨¦tico y Rayo. El pasado verano, tras salir del Granada, Abel hab¨ªa cerrado un acuerdo con otro antiguo jugador colchonero, Salva Ballesta, para que le acompa?ase en su siguiente periplo. Cuando la semana pasada le hicieron llegar el inter¨¦s del Celta, ambos comenzaron a ver v¨ªdeos del equipo vigu¨¦s y a preparar su desembarco. El domingo por la tarde, Salva Ballesta recibi¨® el aviso de que emprendiera viaje desde su domicilio de M¨¢laga hasta Vigo. As¨ª lo hizo por carretera, cargado de maletas, hasta que tras 400 kil¨®metros, a las 13.00, recibi¨® una llamada desde Galicia. Al tel¨¦fono se puso Carlos Mouri?o, presidente del Celta, para comunicarle que no iba a formar parte del proyecto. Abel acept¨® la decisi¨®n y el martes ser¨¢ presentado como nuevo entrenador del Celta.

Durante la ma?ana los aficionados del Celta se hab¨ªan manifestado en foros de internet y redes sociales en contra de la llegada de Salva al club. ?ste reflexiono sobre ello en Radio Marca y asegur¨® que la decisi¨®n del club celeste ten¨ªa que ver con ¡°motivos pol¨ªticos y presiones de un sector de la afici¨®n que no comulga con mi idea de espa?olidad¡±. Durante su carrera como futbolista Salva se signific¨® por dar rienda a una ideolog¨ªa que le caus¨® problemas en un buen n¨²mero de campos. Bala¨ªdos fue uno de ellos. Los aficionados m¨¢s radicales del Celta le increparon en varias oportunidades y le afearon algunas de sus declaraciones, un rosario que ahora le pasa factura a la hora de iniciar su carrera como entrenador. Hijo de un piloto militar, Salva es un declarado admirador de Joaqu¨ªn Garc¨ªa-Morato, un aviador que oper¨® en el ej¨¦rcito franquista durante la guerra civil, y de Hans Rudel, que hizo lo propio en la Alemania nazi. ¡°Me gustar¨ªa conocer a Tejero¡±, espet¨® en una entrevista en 2006 en la que ped¨ªa a los mandos de las Fuerzas Armadas que diesen ¡°un taconazo¡±. Antes, en las horas siguientes al 11-M cuando se especulaba con que ETA fuera autora de los atentados tambi¨¦n llam¨® a las barricadas. "Dadles 72 horas a los que hay que d¨¢rselas y ver¨¦is como acaban con esto r¨¢pido", espet¨®. Unas palabras suyas sobre el ex barcelonista Oleguer Presas propiciaron una denuncia de la entidad blaugrana al Comit¨¦ de Competici¨®n. ¡°Me merece m¨¢s respeto una caca de perro¡±, hab¨ªa dicho sobre el zaguero conocido por defender el independentismo catal¨¢n.

Salva defendi¨® ante la situaci¨®n generada que no tiene colores. ¡°Jam¨¢s me he referido a temas pol¨ªticos, s¨®lo he dicho siempre que me siento muy espa?ol¡±. Y valor¨® la decisi¨®n de Abel de seguir camino sin ¨¦l. ¡°Le respeto y le agradezco la confianza que ha tenido en m¨ª durante estos meses, pero yo no hubiese firmado. Mi equipo t¨¦cnico va conmigo y se cae conmigo¡±, matiz¨®. Andoni Goikoetxea declin¨® el ofrecimiento para unirse a su equipo de trabajo. Mientras tanto Paco Herrera, el hombre que cogi¨® al Celta justo despu¨¦s de que el equipo hubiese flirteado con el desastre del descenso a Segunda B para subirlo a Primera, se desped¨ªa en Bala¨ªdos. Lo hizo emocionado y sin admitir preguntas en p¨²blico. ¡°Estoy llorando por dentro. Me hubiese gustado luchar hasta el final, pero mandan los resultados. Nadie ha tenido la culpa¡±. Pero la gesti¨®n del club en toda esta crisis es discutible. El adi¨®s de Herrera se ha gestado en un desgaste que se larvaba con los responsables del club, pero tambi¨¦n con algunos de los futbolistas m¨¢s destacados del plantel. Con los primeros cerr¨® en falso un mercado invernal que reforz¨® al equipo en posiciones donde no ten¨ªa tanta urgencia. El desencuentro coincidi¨® con los rumores sobre la marcha de Iago Aspas, sobre los que Herrera expres¨® su desagrado por lo que pudieran incidir en el rendimiento del que hasta entonces hab¨ªa sido faro del equipo.

Lastrado por una dolencia en la espalda, Aspas encadena seis jornadas sin marcar, justo las que lleva el equipo sin cantar victoria. El pasado s¨¢bado en Getafe fue sustituido a los diez minutos de la segunda parte en un relevo en el que muchos creyeron intuir un mensaje de Herrera hacia jugador y directiva porque dio la alternativa a Santi Mina, un delantero de apenas 17 a?os. ¡°Iago Aspas no est¨¢ en la tierra, est¨¢ en una nube¡±, clam¨® el entrenador, que record¨® que en los ¨²ltimos partidos no hab¨ªa aportado soluciones. ¡°Tomo decisiones dif¨ªciles porque todos se vuelven en tu contra, pero si alguien ha peleado por ese muchacho he sido yo. No es el mismo y el equipo y yo le necesitamos¡±. Horas antes de la destituci¨®n el capit¨¢n Borja Oubi?a dej¨® una sentencia para la reflexi¨®n: ¡°No somos tan burros los futbolistas como para pensar que la culpa es del entrenador, el que se excuse en esas cosas es un mediocre. Un cambio de entrenador produce una sobre excitaci¨®n en la plantilla. El cambio corresponde al futbolista, nada m¨¢s¡±. Pero Herrera ya estaba sentenciado.