El Betis apabulla al M¨¢laga
El equipo de Mel desactiva al de Pellegrini con un primer tiempo intenso y pleno de eficacia
El M¨¢laga amag¨® en Oporto. Escap¨® vivo en la Liga de Campeones gracias a su buena defensa. Pero cay¨®. En Sevilla ni siquiera hubo rastro de esa fortaleza en la zaga. Comenz¨® el partido perdiendo, con un 1-0 en contra a los 30 segundos, y, literalmente, fue arrasado por un Betis brioso, desbocado, que ha recuperado el tono f¨ªsico despu¨¦s de un mes de enero donde sufri¨® demasiado al alternar la disputa de dos competiciones. Mucha carga para una plantilla de escasa experiencia competitiva. Ante el M¨¢laga, el Betis fue un cicl¨®n, intenso, atrevido y valiente, que desarm¨® a un rival de grandes hechuras, con mucha experiencia y solidez en el centro de su defensa. A priori, terreno poco abonado a las correr¨ªas de los delanteros del Betis, donde no se alineaba, adem¨¢s, su gran goleador, Rub¨¦n Castro.
BETIS, 3 - M?LAGA, 0
Betis: Adri¨¢n; ?ngel, Amaya, Mario, Nacho; Campbell, Ca?as, Be?at, Juan Carlos (Poazuelo, m. 72); Pab¨®n (Sergio, m. 77) y Jorge Molina. No utilizados: Casto; Chica, Perquis, Nono y Rub¨¦n Castro.
M¨¢laga: Caballero; Sergio S¨¢nchez, Demichelis, Lugano, Antunes; Toulalan (Baptista, m. 46), Camacho; Portillo, Joaqu¨ªn, Isco (Piazon, m. 46); y Saviola (Iturra, m. 66). No utilizados: Kameni; Weligton, Duda y Santa Cruz.
Goles: 1-0. M. 1. Jorge Molina. 2-0. M. 27. Mario. 3-0. M. 45. Pab¨®n.
?rbitro: Estrada Fern¨¢ndez. Expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Camacho (m. 62). Amonest¨® a Nacho y Portillo.
Unos 35.000 espectadores en el Estadio Benito Vilamar¨ªn.
Nada de eso ocurri¨®. El equipo sevillano vol¨® en cada incursi¨®n de Juan Carlos, que amarg¨® a Sergio S¨¢nchez, en el f¨²tbol f¨¢cil de Be?at y en su mayor contundencia y eficacia a bal¨®n parado. Dos misiles del centrocampista vasco fueron rematados con contundencia por Jorge Molina y Mario ante la incre¨ªble docilidad de la defensa del M¨¢laga. El Betis, crecido, superaba en cada bal¨®n a un rival atormentado, con Isco apagado y sin noticias del juego entre l¨ªneas de Joaqu¨ªn o Portillo. Una desesperaci¨®n para los elementos del equipo de Pellegrini, acostumbrados a tocar y ser due?os del bal¨®n, a competir por encima de todas las cosas. Empeque?ecido, no hubo rastro de ese M¨¢laga que disfruta en la Liga y sue?a en Europa.
El conjunto de Mel se gust¨® tanto que se permiti¨® llegar en oleadas al ¨¢rea rival. Caballero hizo lo que pudo e incluso Jorge Molina anot¨® un penalti que el ¨¢rbitro no concedi¨® al no ver que el bal¨®n, despu¨¦s de tocar el larguero, se introdujo en la meta del portero argentino para luego salir rebotado al ¨¢rea.
En la deliciosa tormenta en la que se convirti¨® el juego del Betis hubo tiempo tambi¨¦n para que uno de los fichajes de invierno del equipo, Pab¨®n, pudiera estrenar su cuenta goleadora con el tercer tanto, que dilapid¨® la esperanza de que hubiera partido y, de paso, provoc¨® la fiesta en la grada de Heli¨®polis, que pronto tradujo el insultante dominio del Betis en un ejercicio continuo de ol¨¦s marca de la casa.
Triunfo de m¨¦rito del equipo sevillano, que le permite seguir enganchado a la pelea europea y que obliga a reflexionar al M¨¢laga, que entreg¨® el partido demasiado pronto y se neg¨® a competir, el sello que siempre le ha impuesto su t¨¦cnico. Tan claro lo vio Pellegrini que al descanso retir¨® a Isco, su mejor futbolista. A tiempo de est¨¢ de recuperarlo para que no vuelva a ser la sombra que se pase¨® por el campo del Betis, ya que el M¨¢laga tiene ante s¨ª desaf¨ªos tan importantes que exigen la mejor versi¨®n de todos sus jugadores. El Betis, mientras, sue?a con Europa.
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