El Bar?a pone al ¨¢rbitro en juego
Roura, de forma inesperada, apunta hacia el colegiado en la v¨ªspera de otro cl¨¢sico muy tenso y Mourinho le responde con sorna ¡ñ El Madrid afronta la vuelta con m¨¢s convicci¨®n, como el Bar?a la ida
Han cambiado las tornas en el cl¨¢sico de Copa. La vuelta se presenta diferente de la ida. Ahora es el Madrid el que viaja con la convicci¨®n de que puede ganar en el Camp Nou de la misma manera que el Bar?a jug¨® como favorito en el Bernab¨¦u. Las sensaciones, en cualquier caso, no siempre se corresponden con el juego, como ya se vio precisamente en Chamart¨ªn, cuando a los azulgrana no les qued¨® m¨¢s remedio que firmar el empate a uno. Los ¨²ltimos partidos han sido muy equilibrados, con independencia del factor campo, y se resolvieron por detalles, alguno no previsto. El mejor ejemplo fue la portentosa actuaci¨®n de Varane en la ¨²ltima cita celebrada en Chamart¨ªn.
La inesperada derrota en Mil¨¢n ha reabierto el debate en el Bar?a. Alg¨²n titular ha perdido juego y a cambio lo han ganado suplentes como Tello y Villa. Aunque hoy puede ser nuevamente la buena, la alineaci¨®n ya no se da por segura como antes, cuando se elogiaba el encaje Cesc-Iniesta, sino que se contemplan otras variables. La m¨¢s aplaudida es la de situar a Villa de 9. La clave siempre es la misma: activar la mejor versi¨®n de Messi a partir de acertar con los acompa?antes en el frente de ataque. No est¨¢ permitido dudar del 10. Desactivado en San Siro, Messi se reencontr¨® con el gol el s¨¢bado contra el Sevilla.
Nada le viene mejor al Madrid del contragolpe perfecto que el ataque constante del Barcelona. La grandeza del cl¨¢sico radica en el contraste de estilos de los dos equipos, antag¨®nicos en la concepci¨®n del juego, cada una a gusto con sus figuras. Ya se sabe sobre la calidad del Madrid: le bastan tres toques y dos carreras para convertir un c¨®rner en contra en un gol a favor. Hay dudas en cambio sobre la capacidad azulgrana para desplegarse con fluidez y, sobre todo, acabar las jugadas, la mejor receta para no dar munici¨®n a los madridistas, superiores tambi¨¦n en la estrategia por una cuesti¨®n de altura.
Funciona el Bar?a como un reloj. Su proceso de elaboraci¨®n del f¨²tbol es m¨¢s complejo que el del Madrid. Uno va con la minutera y el otro marca las horas. A favor de ambos cuenta que disponen de todos sus efectivos. Hay excedentes por las dos partes ¡ªAdriano y Abidal se han incorporado a los entrenamientos del Barcelona¡ª, tambi¨¦n en el Madrid: no se sabe muy bien si jugar¨¢ Varane o Pepe, Kak¨¢ o Di Maria, Higua¨ªn o Benzema. La bandera la llevar¨¢ Cristiano Ronaldo, un delantero en plena forma y martillo habitual en el Camp Nou. Ha marcado en las ¨²ltimas cinco visitas y el Barcelona ya totaliza 11 partidos consecutivos encajando al menos un gol.
Los asombrosos n¨²meros del portugu¨¦s solo se empeque?ecen cuando se comparan a los de Messi: 49 goles esta temporada, 17 en 23 cl¨¢sicos, cuatro en los ¨²ltimos tres. A pesar de que no se ha estrenado en la Copa, el 10 est¨¢ a un tanto del r¨¦cord de Di St¨¦fano. El desequilibrio del argentino, el talento de Iniesta, el mando de Xavi y el control de Busquets son argumentos para apostar en favor del Barcelona. ¡°No conviene darle m¨¢s vueltas: hay que ser lo m¨¢s efectivos posibles¡±, resumi¨® Cesc en declaraciones a Bar?a TV. Ante la excesiva ret¨®rica azulgrana y la ausencia de presi¨®n sobre la zaga contraria, ahora se impone la concreci¨®n en un partido sin retorno, clave para el futuro a corto plazo de los dos grandes.
Hay mucha incertidumbre a su alrededor y no es casualidad que los mayores protagonistas de los ¨²ltimos d¨ªas hayan sido dos acompa?antes: Villa y Kak¨¢. Incluso los entrenadores han intervenido de forma sorprendente para condicionar el partido. Mourinho compareci¨® para ironizar sobra las lecciones de deportividad barcelonista despu¨¦s de que, de forma inesperada, Roura hubiera denunciado que al Bar?a siempre le ha ido mal cuando ha arbitrado Undiano Mallenco. Esta vez ha sido el Bar?a el que ha puesto al ¨¢rbitro en juego.
Aumenta la tensi¨®n porque hay mucho en juego: no existe mejor comod¨ªn que la final de Copa para afrontar los delicados partidos de la Champions. Hoy parece que nadie se acuerda de que el Madrid gan¨® la Supercopa ni que la Liga parece estar decidida en favor del Barcelona. M¨¢s que en el Camp Nou, escenario de las ¨²ltimas eliminaciones europeas y de la derrota liguera del a?o pasado con el Madrid, el Bar?a conf¨ªa en el equipo de Messi, igual que el Madrid se encomienda a CR.
No hay cl¨¢sico sin esplendor.
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