Todo pasa por Iniesta

Andr¨¦s Iniesta, antes cul¨¦ que futbolista, dio un paso al frente en el Bernab¨¦u. Ausente Xavi, de baja por lesi¨®n, le busc¨® el equipo y le encontr¨®. Comprometido hasta las cejas, sin Xavi y con Messi fuera de onda, Iniesta tir¨® del carro a golpe de pase y de regate. Tito Vilanova le dio instrucciones a Jordi Roura para que dejara a Cesc en el banquillo, as¨ª que el manchego volvi¨® a su h¨¢bitat natural, al carril del 8, y carg¨® sobre sus hombros el juego azulgrana, con la compa?¨ªa de Busquets y Thiago. El hispano brasile?o fue el ¨²nico jugador que dio m¨¢s pases que Iniesta. Marc¨® Messi, otra vez, en esta ocasi¨®n para igualar a Alfredo Di Stefano el r¨¦cord de goles en los cl¨¢sicos (18) ¡ªnueve en el Bernab¨¦u, 12 en la Liga¡ª y Vald¨¦s par¨® todo lo parable, al tiempo que Iniesta asum¨ªa galones.

Por mucho que lo disimule, a Iniesta le gusta sentirse importante y eso fue lo que hizo. Con la pelota y sin ella, bien puesto en un partido de perfil bajo al que dio empaque. El manchego asumi¨® el mando y orden¨®, liderando al equipo desde el criterio y el control de la pelota, justo lo que les pidi¨® Roura a sus jugadores para evitar que se rompiera el juego. El fondo sur del Bernab¨¦u cant¨® que lo del Bar?a es puro teatro, pero lo de Iniesta fue de verdad. Un 8 de verdad, con el tim¨®n en la mano. Corri¨® Callej¨®n detr¨¢s suyo, sali¨® al cierre Essien, se encontr¨® con Pepe cuando cogi¨® la pelota, pero no le cost¨® nada ponerse el mono de faena cuando la perdieron. Fijo en todas las barreras que mont¨® su amigo Vald¨¦s, a Iniesta no se le caen los anillos cuando se trata de arremangarse. Consciente de que Messi no est¨¢ fino, Iniesta asom¨® en el Bernab¨¦u convencido de que el juego del Barcelona depend¨ªa de ¨¦l.

Iniesta asume el mando en el centro del campo? y lidera al equipo desde el criterio y el control de la pelota

En un momento delicado para el equipo, zarandeado emotiva y t¨¦cnicamente por la ausencia del entrenador, Iniesta quiere y puede liderar al grupo, por mucho que con frecuencia no lo parezca. Le gusta saberse protagonista en el juego y en el camerino, y su ascendente empieza a ser evidente. Hizo de Xavi porque la situaci¨®n lo requer¨ªa y con Messi fuera de onda, fue ¨¦l quien impuso el estilo. Si el Barcelona tuvo el bal¨®n ¡ª¡°hemos jugado mejor que en el ¨²ltimo partido¡±, dijo Piqu¨¦¡ª, fue porque Iniesta dio un paso al frente. El brazalete se lo puso su amigo Vald¨¦s, pero la jerarqu¨ªa futbol¨ªstica dependi¨® del manchego, siempre listo al jugar y, tambi¨¦n, al ocupar espacios.

En corto y en largo, combin¨® con id¨¦ntico acierto, desahogando el juego de banda a banda, en un juego simple, pero tan eficaz como elegante y siempre, siempre, en bien del juego colectivo. Iniesta sabe que su gloria es grupal, as¨ª que si el equipo le busca, le encuentra como ¨¦l encontr¨® al ¨¢rbitro al final del partido, para protestarle por un penalti que no pit¨®. El manchego, que dio la cara despu¨¦s de caer eliminado el equipo contra el Real Madrid de la final de la Copa del Rey, lo hizo esta vez sobre el c¨¦sped del feudo madridista, aunque no le alcanzara al Barcelona para llevarse premio de Madrid.