Moser y la infancia recuperada en los caminos de tierra
Justo antes de que arranquen la Par¨ªs-Niza y la Tirreno-Adri¨¢tico, el italiano abre el curso europeo ganando la ¡®Strade Bianche¡¯
¡ªEl ciclismo ya no es lo que era, dicen.
Y a esta afirmaci¨®n le responder¨ªa Aristarco de Atenas como le respondi¨® en Yo, Claudio al actor romano en paro que se quejaba de que el teatro ya no era lo que era, ya entonces, en el siglo primero antes de Cristo:
¡ªTe dir¨¦ algo m¨¢s, el ciclismo nunca fue lo que era.
Quiz¨¢s quiera decir que lo que a?oramos pensando en un mundo mejor no es el pasado, sino nuestra infancia. Mejor, entonces, ser¨¢ inventar el pasado:
Un buen decorado ¡ªqu¨¦ mejor que las suaves colinas toscanas desperez¨¢ndose al final del invierno, los vi?edos de Chianti o de Brunello di Montalcino ya bien podados y limpios, preparados para llenarse de hojas y florecer, unos caminos rurales de firme de tierra blanca, una meta en Piazza del Campo, en Siena, jinetes en bicicleta en busca del Palio¡ª, unos buenos actores ¡ªcorredores con cara ¨¦pica, o sea, de gladiadores, tosiendo en medio de la nube de polvo blanco que levantan las ruedas de su bicicleta en los caminos¡ª y una afici¨®n entregada a la causa, un p¨²blico que busca su salvaci¨®n, y la del ciclismo, en la vertiente m¨ªtica del deporte que tanto ama, y ya est¨¢, ah¨ª est¨¢, la Strade Bianche (Caminos Blancos), la carrera que ayer gan¨®, todo un apellido cargado de significados, Moreno Moser, nacido el d¨ªa de Navidad de 1990, hijo de Diego, hermano de Matteo y de Leonardo, primo de Ignazio y sobrino de Aldo, Enzo y Francesco. Y nombrarlos a todos tiene sentido, pues todos figuran, con letras m¨¢s o menos grandes, en los libros que cuentan la historia del ciclismo.
El sobrino de Francesco gan¨® la versi¨®n italiana de la Par¨ªs-Roubaix
Las m¨¢s grandes corresponden a su t¨ªo Francesco, viticultor del Trentino, una figura que viene al pelo justamente en estos d¨ªas en los que el ciclismo buscando reinventarse se recrea en el pasado constantemente. Hace tres d¨¦cadas, Francesco Moser era el no va m¨¢s, un ¨ªdolo. Hab¨ªa ganado tres Par¨ªs-Roubaix consecutivas (la carrera espejo de esta Strade Bianche redescubiertas, la carrera que recuerda los tiempos en la que los ciclistas eran mineros y las carreteras de adoquines descarnados era lo que hab¨ªa) entre 1978 y 1980 y en 1984 hab¨ªa batido el r¨¦cord de la hora de Eddy Merckx. Y junto a su estilo antiguo, de hombre lanzado solo, siempre solo, como su sobrino ayer, atacando y atacando hasta dejar sin aliento al ¨²ltimo de sus rivales, en su enorme y encorvado cuerpo Francesco Moser tambi¨¦n encerraba la semilla de lo nuevo. En su r¨¦cord de la hora logrado en M¨¦xico tuvo tanto que ver su capacidad agon¨ªstica, incre¨ªble, como las transfusiones de sangre ¡ªbolsas transportadas desde Italia en valija diplom¨¢tica para evitar los inconvenientes de las aduanas de Estados Unidos, donde hac¨ªa escala el vuelo, y M¨¦xico¡ª llevadas a cabo por el doctor Francesco Conconi, en lo que, quiz¨¢s, supuso, la entrada en pleno de la ciencia y la preparaci¨®n fisiol¨®gicas en el mundo del ciclismo, hasta entonces artesanal.
Contador, Froome y Evans proseguir¨¢n su duelo en Europa en la cita de los dos mares
Casi 30 a?os despu¨¦s, su joven sobrino, y el que qued¨® segundo, el can¨ªbal eslovaco Peter Sagan, quiz¨¢s el Eddy Merckx del siglo XXI al decir de muchos, simbolizan el llamado nuevo ciclismo, un c¨ªrculo que se cierra y se abre permanentemente.
El gran ciclismo desembarca por fin en Europa este a?o. Lo hizo ayer por los caminos sin asfalto de Toscana y seguir¨¢ hoy, otro gui?o al pasado/marketing con la llamada Roma M¨¢xima, de las termas de Caracalla al arco de Constantino junto al Coliseo, pasando por la V¨ªa Appia del ?quo vadis, Pedro?, da la vuelta y d¨¦jate crucificar. Coincidir¨¢ esta prueba italiana, anticipo de la Tirreno-Adri¨¢tico, del 6, mi¨¦rcoles, al 12 de marzo, con la primera etapa de la Par¨ªs-Niza, que terminar¨¢ el pr¨®ximo domingo.
En ellas, los aficionados, m¨¢s all¨¢ del retrogusto y el polvo mezclado con el sudor, podr¨¢n ver, ya en forma, ya desafi¨¢ndose directamente, a los protagonistas de las grandes pruebas del 2013, un a?o m¨¢s de renovaci¨®n. Sin embargo, salvando a Tejay van Garderen, el jovencito del BMC que pon¨ªa de los nervios a Cadel Evans, a los hombres Tour no se les ver¨¢ en las carreteras francesas camino de Niza (donde el espa?ol m¨¢s esperado es Ion Izagirre), sino entre los dos mares italianos. All¨ª estar¨¢n ya Alberto Contador y Chris Froome, que no para de hablar uno de otro, y tambi¨¦n Vincenzo Nibali, Purito Rodr¨ªguez, Samuel S¨¢nchez... Y, por supuesto, Moreno Moser y Peter Sagan.
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