La nueva vida de Joaqu¨ªn
El delantero exhibe su madurez en un partido donde gole¨® y fue generoso hasta el l¨ªmite
Manuel Pellegrini ordenaba el tr¨¢fico en la banda. ¡°Adelante, adelante¡±, gritaba a sus muchachos tras llegar a la concentraci¨®n del equipo a eso de las tres de la tarde. El arquitecto de este formidable M¨¢laga volvi¨® a ofrecer su mano de entrenador con una serie de decisiones que hicieron m¨¢s fiable a este M¨¢laga.
La gran sorpresa en la alineaci¨®n fue la inclusi¨®n del veterano Duda, pegado a la derecha, pausa, clase y pegada. La segunda pincelada de Pellegrini fue colocar a Baptista en la delantera acompa?ado de Joaqu¨ªn. Lo del portuense en este M¨¢laga supera con creces cualquier an¨¢lisis optimista. Su grado de madurez le llev¨® a este verano a recibir los servicios de un preparador f¨ªsico para adquirir el tono adecuado antes de comenzar la pretemporada. Algo impensable en etapas anteriores.
Consciente de que le esperaba una temporada larga, Joaqu¨ªn reforz¨® la parcela f¨ªsica cuidando especialmente la velocidad. Ahora, con 31 a?os, sabe escoger las carreras desequilibrantes. En el minuto 25, Joaqu¨ªn uni¨® a su talento innato una eficacia sorprendente. Sobre todo, porque despu¨¦s de realizar una finta estupenda defini¨® con la izquierda. A Schmelzer casi se le cay¨® la m¨¢scara. Su tiro, ajustado, sorprendi¨® a Weidenfeller y abri¨® las puertas de la gloria.
Inquieto y r¨¢pido, Joaqu¨ªn fue el mejor argumento en ataque de un M¨¢laga inteligente, con las ideas claras. Ahora, Joaqu¨ªn, feliz padre de familia de dos hijas, valora mucho cada minuto que disfruta del f¨²tbol de ¨¦lite. En San Sebasti¨¢n, el avi¨®n que transport¨® a la expedici¨®n malaguista recibi¨® el impacto de tres rayos y tuvo que abortar de forma abrupta el aterrizaje. El avi¨®n, desviado a Bilbao, pudo aterrizar por fin unos minutos despu¨¦s. Joaqu¨ªn, a quien nunca le sentaron bien los viajes en avi¨®n, lo primero que hizo fue besar el suelo vasco al bajar del aparato. ¡°Al llegar a casa, le dije a mi mujer que abriera una botella de vino¡±, recordaba en la v¨ªspera del choque en Dortmund, cuando todo eran caras serias en la expedici¨®n malaguista, donde se notaba la presi¨®n del partido.
Inquieto y r¨¢pido, fue el mejor argumento en ataque de un M¨¢laga inteligente
Quiz¨¢s por eso Joaqu¨ªn es tan especial, capaz de hacer re¨ªr a un tipo tan serio como Pellegrini. ¡°?Ve m¨ªster por qu¨¦ yo veraneo en Matalasca?as?¡±, le dijo al chileno, que se parti¨® de risa. Matalasca?as es la playa m¨¢s cercana a Sevilla, apenas a 90 kil¨®metros de la capital andaluza. La broma define el car¨¢cter de este jugador que en la previa del partido pisaba el c¨¦sped del sonoro Westfalenstadium con una sonrisa en la cara, bromeando con Isco, al que intentaba rebajarle la tensi¨®n.
Cansado, fue retirado a falta de cuatro minutos y de los dos ¨²ltimos goles del Borussia
Tan amplio es su actual repertorio que todav¨ªa goz¨® de una gran ocasi¨®n en la ¨²ltima jugada del primer tiempo. Una falta muy bien sacada por Duda fue al coraz¨®n del ¨¢rea. El toque del portugu¨¦s, sutil y delicado, era perfecto. Ah¨ª apareci¨® Joaqu¨ªn entrando desde atr¨¢s para rematar de cabeza con precisi¨®n pero sin demasiada fuerza. Weidenfeller hizo una buena parada. Mucho mejor fue la del minuto 47. Otra virguer¨ªa a bal¨®n parado del M¨¢laga pudo ser letal. De nuevo Duda, ahora apoyado en el toque de Demichelis para que Joaqu¨ªn, con todo a favor, volviera a tener la posibilidad de hacer el segundo del M¨¢laga. El vuelo de Weidenfeller fue imponente, cerr¨¢ndole al delantero todas las opciones. Fue saque de esquina.
Joaqu¨ªn se lament¨®, pero luego le dio la mano al meta, quien ya le amargara la vida a Isco con otra parada en la ida. No contento con sus claras ocasiones, Joaqu¨ªn encabez¨® contragolpes, como el que fue abortado con amarilla por Schmelzer. Aseado en el juego, casi siempre ofreci¨® una salida al compa?ero, siendo un peligro constante para un Dortmund por momentos asustado. A medida que fue perdiendo fuerzas, solt¨® antes el bal¨®n, buscando la banda derecha y la segunda amarilla de Schmelzer. Sin duda, su sitio natural antes de que entrara en esa nueva vida en la que juega tanto de delantero como de extremo, ahora que valora las cosas importantes y disfruta de su segunda juventud en la elite. No hay rayos ni tormentas que se lo impidan.
Ni defensas que le hagan bajar su rendimiento. Cansado, fue retirado a falta de cuatro minutos y ovacionado por los suyos. Desde fuera del campo vio los dos goles del Borussia que acabaron con la marcha hist¨®rica del M¨¢laga en la Champions.
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