El Bar?a solo disimula con Messi
Las evidentes deficiencias actuales del equipo cul¨¦ le convierten en el adversario deseado por el resto de semifinalistas en el sorteo de hoy, aunque La Pulga siga siendo temible para todos
El Bar?a se ha clasificado por sexta vez consecutiva para las semifinales de la Liga de Campeones, la s¨¦ptima en los ¨²ltimos ocho a?os, una marca ¨²nica en la historia moderna del torneo. El registro avala la singular pol¨ªtica del club azulgrana, que antepone la cantera y el estilo a los fichajes y a la moda del mercado, representado ahora mismo por el PSG, un club que ha sabido invertir su dinero en un buen entrenador y mejores futbolistas. La excelente actuaci¨®n del mejor representante del f¨²tbol franc¨¦s en su eliminatoria europea de cuartos de final obliga precisamente a revisar el comportamiento del equipo barcelonista.
Jam¨¢s el Barcelona se hab¨ªa visto tan vulnerable y superado como el pasado mi¨¦rcoles en el Camp Nou. Aunque el marcador diga lo contrario, el PSG entiende que est¨¢ en la buena l¨ªnea mientras que los azulgrana han advertido que necesitan reformularse para mantenerse en la elite. No se trata de cuestionar la autoestima barcelonista, sino de constatar que en un solo a?o el Bar?a ha pasado de ser el favorito de la Copa de Europa al rival seguramente m¨¢s apetecido por los otros tres clasificados que hoy entran en el sorteo de las semifinales. No hay valor que defina mejor al Barcelona que la cojera de Messi.
Aunque el 10 es seguramente el mejor jugador del mundo, al menos para cuantos no militan o simpatizan con el Madrid, no se sabe muy bien hasta qu¨¦ punto est¨¢ en condiciones de competir por el t¨ªtulo de la Copa de Europa, v¨ªctima de una lesi¨®n muscular, desvencijado por el esfuerzo invertido con el equipo y la selecci¨®n, santo y se?a de un plantel que con el cambio de entrenador pas¨® de la tensi¨®n extrema a la descompresi¨®n, representante m¨¢ximo de un orden futbol¨ªstico amenazado por el jugador y el club m¨¢s subversivo y competitivo del mundo. A saber. Cristiano Ronaldo y el Real Madrid.
Al Bar?a le amenazan el jugador y el club m¨¢s subversivo y competitivo del mundo: Cristiano y el Madrid
A Messi le pasa lo mismo que a Xavi, Busquets o Iniesta. Ya no juegan solo para divertirse sino para mantener un status amenazado por CR, Xabi Alonso y ?zil, por el Madrid, el Bayern M¨²nich e incluso por el Borussia Dortmund. La sensaci¨®n es que en el duelo espa?ol-alem¨¢n el Bar?a corre el riesgo de quedarse fuera de juego despu¨¦s de que sus internacionales ganaran dos trofeos en los ¨²ltimos cinco a?os y contribuyeran decisivamente a la conquista de dos Eurocopas y un Mundial. El presumible ¨¦xito con la conquista de la Liga, significativo tras la partida de Guardiola, no le exime de corregirse y tomar decisiones.
El s¨ªntoma ha sido definitivamente el partido del PSG. Aunque bien resuelto, el contencioso fue gestionado de manera controvertida. No se entiende la ausencia de Tello, sino es por una cuesti¨®n de jerarqu¨ªas, sobre todo por la suplencia de Messi; tampoco parec¨ªa tener sentido utilizar a Villa como 9 por detr¨¢s de Cesc y s¨ª se explica en cambio su demarcaci¨®n con Messi en el campo; y sorprende la apuesta por un zaguero tan pusil¨¢nime como Adriano en lugar de Bartra, que sali¨® al campo sin calentar, signo de que los suplentes vivieron el partido con el dramatismo de un aficionado y no con tensi¨®n competitiva.
M¨¢s que jugar, el equipo gestiona los partidos desde su derrota en Anoeta. La mayor¨ªa de sus rivales rematan m¨¢s a porter¨ªa y ha disminuido su capacidad de control del partido y posesi¨®n del bal¨®n. Ya no presiona tanto en campo contrario, le cuesta juntar las l¨ªneas y, a menudo, prefiere intercambiar golpes a partir de un juego vertical que no conviene a futbolistas equilibrados como Xavi y Busquets, reyes del rondo y el control, excesivamente exigidos y superados en el choque con el PSG. No se recuerda un partido en el que Busi haya perdido m¨¢s veces la pelota (6) ni Xavi haya tenido menor incidencia en el juego.
Acostumbrado a las disfunciones y bajas defensivas, al barcelonismo le preocupa especialmente el mal momento de los medios, sostenidos por un esforzado e ingenioso Iniesta. El Bar?a se desnaturaliza cuando no funcionan los volantes y se entrega a un ejercicio f¨ªsico en el que tiene todas las de perder: nunca domin¨® la estrategia, ni los balones divididos ni las segundas jugadas. As¨ª las cosas, no le qued¨® m¨¢s remedio ante el PSG que vivir de las paradas de Vald¨¦s y de la capacidad de sacrificio de Pedro, genuino representante del f¨²tbol de esfuerzo y sacrificio: donde no llega el juego acad¨¦mico, alcanza el coraz¨®n.
Ya sea por una cuesti¨®n de estilo del rival o por el marcador de la ida (2-2), el Bar?a no supo jugar contra el PSG y para resolver la cita necesit¨® de Messi, igualmente decisivo en el remonte contra el Milan (4-0), el partido de referencia del Bar?a de Tito. Aquella goleada y el poder intimidador del 10, cuya aura ilumina tanto a sus amigos como apaga a los rivales, avalan las opciones del Bar?a en la Champions. A pesar de que hoy todos le quieren como rival por su actuaci¨®n ante el PSG, nadie se f¨ªa del equipo de Messi, especialmente competitivo cuando la meta est¨¢ en Wembley.
Nada protege m¨¢s que el paraguas de Messi en el Camp Nou. Al 10 le temen incluso cuando juega con una pata. Aunque puede que hoy el Madrid, el Bayern y el Borussia Dortmund quieran al Bar?a como rival, los tres saben que su suerte depender¨¢ en parte del b¨ªceps femoral del n¨²mero 1.
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