Sergio Garc¨ªa pega el pelotazo

El mundo del golf, y no solo en Espa?a, se pregunta por el caso de Sergio Garc¨ªa. ?C¨®mo un jugador tan bueno, con unas manos que rebosan talento, no ha ganado un grande a los 33 a?os? La respuesta siempre suele apuntar a su cabeza m¨¢s que a los palos. Al Ni?o le ha fallado la azotea para rematar t¨ªtulos que casi saboreaba, como el Open Brit¨¢nico de 2007 y el PGA de 2008. Un cortocircuito mental que en el campo casi siempre se manifiesta en putts fallados.

Pasa el tiempo y el misterio contin¨²a, sobre todo porque Garc¨ªa se encarga de alimentarlo. Si el a?o pasado asegur¨® en Augusta que no era ¡°lo suficientemente bueno como para ganar un grande¡±, ayer sus hechos desmintieron sus palabras. El Ni?o es el l¨ªder del Masters de Augusta con una inmaculada tarjeta de 66 golpes, seis bajo par, igualado con el australiano Marc Leishman.

¡°Quiz¨¢ me equivoqu¨¦. Estaba un poco frustrado¡±, retrocedi¨® Garc¨ªa una vez vestido de l¨ªder cuando le recordaron su incendio de hace un a?o. ¡°Hoy he disfrutado realmente en el campo. Los 10 primeros han sido los mejores hoyos de mi vida en el Masters. Ojal¨¢ tenga tres d¨ªas m¨¢s as¨ª. Es verdad que no es uno de mis campos favoritos, pero siempre salgo a intentar divertirme¡±.

El Ni?o dijo hace un a?o en este mismo campo que no se sent¨ªa capaz de ganar un grande

El castellonense volvi¨® sobre sus palabras despu¨¦s de firmar seis birdies y ning¨²n bogey, su mejor actuaci¨®n en 15 participaciones en el Masters junto a la ¨²ltima ronda de 2004, edici¨®n en la que fue cuarto. Es la primera vez en su carrera que manda al final del d¨ªa en el Masters, un grande con el que definitivamente mantiene una relaci¨®n de amor y odio. Despu¨¦s de muchos patinazos, de machacarse a s¨ª mismo y hasta asegurar que el campo estaba mal parido, blasfemia por la que tuvo que pedir perd¨®n, ayer se descubri¨® como un jugador superlativo. Lo que es, aunque ¨¦l crea a veces lo contrario. Con la cabeza en su sitio y la confianza alta, El Ni?o es capaz de todo. Ser¨¢ quiz¨¢s una manera de sacudirse la presi¨®n, de evitar los focos sobre su juego, lo que le lleva a tirar la toalla, pero en esas manos late una victoria grande. Si consigue que eso se traslade al piso de arriba, habr¨¢ hecho bingo. Su paseo ayer por Augusta no dice otra cosa. Sergio manda recto la bola, controla las calles, y si est¨¢ sereno con el putt es uno de los golfistas m¨¢s completos del mundo.

Si ha llegado o no la hora de que se corone en un grande lo dir¨¢ su car¨¢cter tanto como su juego. Con 33 a?os, ha llegado a una madurez que le ha costado alcanzar, pero parece sereno y con los pies en la tierra, ingredientes b¨¢sicos para aguantar cuatro d¨ªas el peso de la historia, una responsabilidad que hasta ahora siempre le ha superado en alguna ronda.

Garc¨ªa es el golfista en activo con m¨¢s clasificaciones entre los 10 primeros en un grande sin conocer la victoria final: 17 (siete en el Open Brit¨¢nico, cuatro en el US Open y el PGA, dos en el Masters), por las 14 de Lee Westwood.

El pelotazo espa?ol lo complet¨® en el primer d¨ªa Gonzalo Fern¨¢ndez-Casta?o, cuarto a dos golpes de la cabeza, un puesto de honor en su segunda participaci¨®n en Augusta. El madrile?o demostr¨® que el Masters, como ha sabido escuchar en la boca de Olaz¨¢bal, es cuesti¨®n de amor. Lo suyo fue un flechazo en su debut el a?o pasado, y las historias de amor con Augusta son para siempre. ¡°Lo que Seve y Olaz¨¢bal hicieron en el Masters fue muy especial. Augusta significa mucho para Espa?a, desde que ?ngel Miguel fue el primero en participar. Mi ¨²nico objetivo desde que jugu¨¦ aqu¨ª fue hacerlo lo suficientemente bien como para volver. Me he enamorado de Augusta¡±, dijo Gonzalo, agradecido a las ense?anzas de Chema y al recuerdo de Ram¨®n Sota y de Ballesteros.

En Espa?a necesitamos ganar un grande Gonzalo F.-Casta?o

Casta?o (Castano escriben en EEUU) dio una lecci¨®n de golf s¨®lido, con birdies en los cuatro pares cinco y mucha paciencia. No hay duda de que este licenciado en administraci¨®n de empresas, de 32 a?os, tiene la cabeza muy bien amueblada. Su objetivo de conseguir la tarjeta estadounidense y mudarse a Florida parece pan comido. ¡°Es solo jueves. Debo tom¨¢rmelo con calma¡±, recet¨® despu¨¦s de una manchita final en su tarjeta con un bogey en el 18, pese a lo que baj¨® por primera vez del par del campo (68). ¡°Yo sigo aprendiendo los secretos de Augusta¡±, a?adi¨®. Y apel¨® a la realidad: ¡°Necesitamos un grande en Espa?a¡±. Est¨¢ en sus manos, y en las de Sergio Garc¨ªa.