Nadal dispara primero

Al cuarto de hora, Marinko Matosevic levanta los brazos como si hubiera ganado el t¨ªtulo. Aplaude la grada, que celebra que el australiano acabe de ganar un juego (4-1). Antes y despu¨¦s de ese gesto rebosante de iron¨ªa, Rafael Nadal, que debuta en el masters 1000 de Montecarlo con la rodilla izquierda vendada, abre una brecha tras otra en el marcador. El espa?ol gana 16 de los 18 primeros puntos (4-0) e instala el encuentro en la din¨¢mica de lo inevitable: por mucho que su contrario se adelante 2-0 y doble bola de break en la segunda manga, es victoria para ¨¦l o victoria para ¨¦l, porque persevera en el agresivo plan que le ha llevado a ganar tres t¨ªtulos desde febrero, cuando volvi¨® a jugar tras siete meses lesionado. La victoria (6-1 y 6-2; 43? seguida en el Principado) le cita hoy (12.30 aproximadamente, Teledeporte) en octavos con Kohlschreiber.

¡°Llevaba demasiado poco tiempo seguido jugando como para recordarlo todo¡±

¡°Haber parado este mes [no disput¨® Miami], habiendo parado antes siete meses, no es lo mismo que si va todo normal¡±, dice luego en los micr¨®fonos de Teledeporte. ¡°Me han costado un pel¨ªn los d¨ªas de entrenamiento. Llevaba demasiado poco tiempo seguido jugando como para recordarlo todo. Juegas un mes y lo dejas otro y tienes que recordarlo todo otra vez y recuperar la intensidad, que es lo que cuesta m¨¢s¡±, sigue. ¡°He ido cambiando con mi drive hacia el paralelo, que es el camino. Al principio no me he atrevido, luego s¨ª¡±, cierra.

Al principio del segundo set, Matosevic se dispara hasta el 2-0 con su magn¨ªfico rev¨¦s, y la derecha de Nadal se descontrola, y¨¦ndose larga, m¨¢s cerca de la valla que de la l¨ªnea, en busca de ese golpe definitivo. Suma ocho errores no forzados en un partido en el que solo cede tres juegos.

¡°Cuando le vi jugar en Indian Wells¡±, explica ayer Jordi Arrese, plata ol¨ªmpica y ganador en la pista de Montecarlo del m¨ªtico Bjorn Borg; ¡°me gust¨® verle fallar de largo¡±. ¡°Es una variaci¨®n de concepto, porque Rafa a veces abusa de no fallar¡±, contin¨²a. ¡°Cuando falla de largo, en lugar de cuando falla dejando la pelota en la red, consigue un doble efecto. Primero, no darle confianza al contrario, que no coge ritmo y no tiene la opci¨®n de dominarle y tirarle ganadores. Segundo, si la mete, con su peso de pelota, se abre la opci¨®n de dominar porque le vuelve una pelota a media pista, f¨¢cil¡±, sigue. ¡°Hablamos de cometer errores por ambici¨®n. Esos errores implican que est¨¢ atacando m¨¢s, que deja menos opciones y que puede llevar el partido m¨¢s f¨¢cil¡±.

Arrese no es el ¨²nico extenista que se ha felicitado viendo a Nadal fallar por un exceso de agresividad. Tom¨¢s Carbonell, un exjugador con un fino sentido del an¨¢lisis, observ¨® lo mismo en Indian Wells. El tenis, sin embargo, es un deporte de vasos comunicantes. Todos los competidores sue?an con jugar largo. La realidad les enfrenta a un juego de espejos en el que su contrario intenta exactamente lo mismo. El ganador de esa lucha tiene la opci¨®n de entrar en la pista con el horizonte despejado para decidir c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde acabar el peloteo, porque su rival est¨¢ aculado contra la valla. Desde que abrum¨® (6-0 y 6-2) a David Ferrer en la final de Acapulco, Nadal es ese hombre. Su apuesta ha funcionado contra el n¨²mero cuatro y contra Roger Federer. Falta ver si podr¨¢ mantenerla contra Noval Djokovic o Andy Murray¡­ pero, por ahora, el mallorqu¨ªn disfruta. Igual que en sus mejores momentos, ha abandonado la trinchera.