El Bar?a se reencuentra en Atenas

El Barcelona se destap¨® por fin en Atenas y se gan¨® el derecho a jugar el quinto y definitivo partido de la serie contra el Panathinaikos, el pr¨®ximo jueves en el Palau Blaugrana. Nueve d¨ªas despu¨¦s del inicio de la eliminatoria, despu¨¦s de tres partidos y dos derrotas, en la situaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil, cuando estaba entre la espada y la pared, con un pie fuera de la final a cuatro de Londres, el equipo azulgrana sac¨® a relucir en el monumental y rebosante OAKA de Atenas el potencial y la superioridad que su rival griego hab¨ªa difuminado hasta convertirlo poco menos que irreconocible.

Por fin estuvo a la altura de las exigencias, mand¨® en el rebote, confundi¨® a los del tr¨¦bol con su defensa en zona, colaps¨® al virtuoso y cerebral Diamantidis y ahog¨® al colosal Schortsanitis dentro de la zona. Por fin Lorbek se pareci¨® al admirable cuatro que llam¨® la atenci¨®n de los Spurs y que tanto se cotiza en Europa, Marcelinho distribuy¨® con soltura y minimiz¨® sus errores, Tomic brill¨® como uno de los p¨ªvots m¨¢s finos y efectivos que campan por Europa y Navarro, pese a un mal inicio, pudo apoyarse por una vez en el buen trabajo de sus compa?eros para acabar recuper¨¢ndose y darle la puntilla al Panathinaikos.

Domin¨® el Barcelona de principio a fin, con un bache en el segundo cuarto cuando el Panathinaikos, jugando con tres hombres altos galop¨® con un parcial de 7-0 y redujo casi a la nada la r¨¢pida ventaja que hab¨ªa adquirido el Barcelona. Solventado ese problema, no hubo m¨¢s discusi¨®n.

El factor mental y esc¨¦nico se ha convertido en la clave de una eliminatoria en la que cada canasta supone esfuerzo tit¨¢nico, cada encuentro un desaf¨ªo ajedrec¨ªstico para los entrenadores y cada jugada un esfuerzo tit¨¢nico para los diez jugadores en la cancha. Xavi Pascual tir¨® de los indicios que ya se intuyeron en el tercer partido, pese a la derrota de su equipo. La defensa en zona se le indigesta al Panathinaikos. La doble raci¨®n, casi de principio a fin, que propuso el Barcelona fue letal para su rival. No acertaban a dividir bien la zona Diamantidis o Ukic, no acertaban con los triples los tiradores griegos, no les llegaban balones en superioridad a sus p¨ªvots, aspectos capitales para romper esa disposici¨®n defensiva.

Privado de la clarividencia de Diamantidis, con poco acierto en el tiro exterior y cometiendo excesivas p¨¦rdidas de bal¨®n, el Panathinaikos fue sumi¨¦ndose en la nada ofensiva. Diamantidis se qued¨® a cero, Tsartsaris sum¨® uno desde la l¨ªnea de tiros libres y Gist y Ukic, poco m¨¢s.

Pascual volvi¨® a remozar el quinteto inicial. Dio entrada a Abrines y situ¨® como interiores a Lorbek y a Jawai. El p¨ªvot australiano arranc¨® como un cicl¨®n y puso en jaque a Schortsanitis. Marcelinho tambi¨¦n vio aro y el Barcelona marc¨® el paso con autoridad. Pero, a pesar de la notable brecha que abri¨® en el marcador (14-25), fue muy consciente, por la forma en que hab¨ªan transcurrido los tres partidos anteriores, de que no pod¨ªa bajar el list¨®n.

El Panathinaikos es un equipo que siempre encuentra el momento para desinflar el globo, esta vez tambi¨¦n. La diferencia fue que, cuando m¨¢s apret¨®, 29-31 nada m¨¢s dar inicio el tercer cuarto, el Barcelona supo contestarle. Los triples de Marcelinho, Lorbek y Navarro en aquellos momentos catapultaron definitivamente a su equipo. Por fin gan¨® el Barcelona en Atenas, por fin podr¨¢ decidir la eliminatoria en el Palau, algo que no pas¨® hace dos a?os y que le cost¨® su ausencia en la Final a Cuatro en el Palau Sant Jordi. Londres y el Madrid, est¨¢n a la vuelta de la esquina.