El Espanyol se borra solo

El Espanyol ha ganado toque a cambio de verticalidad y peligro, un pacto con el diablo que le ha salido rana. M¨¢s est¨¦tico y menos pr¨¢ctico, impone ahora el c¨ªrculo sobre la recta, sobre todo en zonas est¨¦riles. Penalizaci¨®n de las gordas porque no se expres¨® en el ¨¢rea rival y porque el Granada, tan plano como primitivo, no jug¨® el bal¨®n pero s¨ª al f¨²tbol, diferencia capital que le alcanz¨® para romper una racha de nueve encuentros consecutivos sin marcar. Una falta, un chut, un triunfo.

No quiso el esf¨¦rico ni el protagonismo el Granada, tampoco los flashes, conforme con atornillarse en su campo para neutralizar el juego interior del Espanyol. Juego de apoyos, cierres y tapones; batalla del descresto y de la nada. Solo Brahimi se soltaba los cors¨¦s con carreras tit¨¢nicas ante los dos muros blanquiazules. Y solo El Arabi se sal¨ªa de sitio para anudar alg¨²n bal¨®n, luego hu¨¦rfano de continuidad porque nadie le tiraba desmarques desde los costados, con los extremos m¨¢s pendientes del retrovisor que del horizonte. Sin pelota ni ganas, el equipo de Alcaraz se encomend¨® a un contragolpe hom¨¦rico que nunca lleg¨® y al bal¨®n parado, argumento generoso porque as¨ª lo dict¨® Nolito.

Acept¨® el Espanyol, en cualquier caso, gobernar el esf¨¦rico. Capricho derivado de la confianza, pues hace unos meses al equipo blanquiazul, atenazado en el pase y descompuesto en lo an¨ªmico por estar en el pozo, le sal¨ªa sarpullido al retener el bal¨®n en los pies, al tiempo que ahora, quiz¨¢ aspirante europeo, disfruta con el reparto del juego y la variedad de recursos. Ha pasado del pelotazo al pase, sentencia arg¨¹ida por el mediocentro Baena, que se incrust¨® como tercer central para sacar el bal¨®n, toda una artima?a que catapulta a los laterales y que defend¨ªa la ambici¨®n de la posesi¨®n. El problema es que Baena no tiene un pie demasiado delicado, un toque diligente y fluido que descuente l¨ªneas con facilidad. Algo extra?o porque son virtudes que atesora su compa?ero de l¨ªnea V¨ªctor S¨¢nchez, acaso m¨¢s adelantado porque Aguirre prefer¨ªa el m¨²sculo en caso de p¨¦rdida estrepitosa, un cierre que comprimiera las l¨ªneas ante la contra adversaria. Pero Baena chirri¨® porque apenas conect¨® con V¨ªctor S¨¢nchez y menos todav¨ªa enlaz¨® con Verd¨², que convivi¨® con el aliento del rival en la nuca. Y sin crupier el Espanyol es poco, sobre todo porque Wakaso pensaba en las musara?as ¨Ccomo indic¨® que devolviera una pelota cuando no le tocaba, cuando fue el Espanyol el que la tir¨® fuera ante una lesi¨®n rival- y porque Stuani se at¨® al costado, sobrecargado con las carreras de Javi L¨®pez. El peor de los castigos para Sergio Garc¨ªa, que escenific¨® el gatillazo, solo y sin bal¨®n, tambi¨¦n sin respuestas.

El peor de los castigos para Sergio Garc¨ªa, que escenific¨® el gatillazo, solo y sin bal¨®n, tambi¨¦n sin respuestas

Se congratul¨® el Granada ante tal propuesta, c¨®modo en su campo y de la mano del portero. Y cuando explor¨® la rampa de salida, una falta al borde del ¨¢rea subray¨® a Nolito. Cuatro pasos hacia atr¨¢s, tres al frente y bota que calza al bal¨®n, de arriba hacia abajo en un santiam¨¦n, larguero y gol, obra de arte. Suficiente para anestesiar al Espanyol, que perdi¨® la profundidad y el remate, m¨¢s all¨¢ de un disparo torcido de Baena y un centro en l¨ªnea de gol sin due?o de Stuani, al final otro remate del propio Stuani escupido por las manoplas de Roberto. Victoria de un Granada que coge aire en la tabla, comprimida a m¨¢s no poder en la parte baja, y descalabro del Espanyol, que intercambi¨® el bal¨®n por el chut y se qued¨® grogui sin remisi¨®n, quiz¨¢ ya escurridas sus opciones europeas.