Un partido de dos velocidades

El Valladolid y el Sevilla jugaron dos partidos en uno. El primero fue espantoso, el habitual de quienes ya no se juegan nada y solo esperan que llegue el final sin sobresaltos. El segundo, tras el descanso, cuando el Valladolid se hab¨ªa puesto por delante, fue un choque tenso, a toda velocidad, lejos de toda especulaci¨®n, de cualquier reserva, que solo sirvi¨® para que cada equipo recogiese un punto y que no les acerca demasiado a sus objetivos, ni a Europa ni a la permanencia.

El partido tuvo s¨ªntomas de congelaci¨®n desde casi el primer momento porque el Sevilla apareci¨® en Zorrilla empachado de campeonato. Lejos de los puestos europeos, sin problemas con el descenso, con las bajas de los medios titulares, el equipo de Emery se dej¨® llevar y renunci¨® a cualquier propuesta que le diese alguna ventaja sobre el rival. El jaleo que Navas provoca normalmente en su banda era insuficiente y casi est¨¦ril porque los otros nueve jugadores no estaban en el mismo ritmo, casi no estaban en el mismo partido. El Valladolid, visto que el Sevilla no quer¨ªa pelear, lo tuvo f¨¢cil para hacer lo que quer¨ªa, controlar, barajar a los interiores entre las dos l¨ªneas de defensa de Emery, dejar que los laterales llegasen una y otra vez por su banda y esperar a que ?scar o Ebert acertasen a filtrar un pase v¨¢lido para Javi Guerra, pero el tiempo pasaba y el viento y el fr¨ªo iban llenando el partido de errores.

Con uno que no quer¨ªa, el Sevilla, y otro que no pod¨ªa, el Valladolid, solo Navas se esmer¨® en encontrarse con el bal¨®n, y con el extremo en funcionamiento a los suyos les alcanz¨® para probar en un par de ocasiones a Jaime. Y cuando el partido viajaba muerto de hambre hacia el descanso apareci¨® Ebert y regal¨® un pase profundo a Guerra para que el delantero colocase el bal¨®n por encima de la salida de Palop. El Valladolid consegu¨ªa recoger alg¨²n rendimiento a su dominio y el Sevilla encontraba una raz¨®n m¨¢s para hundirse en su aburrimiento.

Pero el Sevilla regres¨® con el gesto cambiado. Reyes y Negredo comenzaron a colaborar con Navas y el resultado fue un penalti dudoso por mano de Marc Valiente que Negredo convirti¨® en el empate. Emery hab¨ªa movido piezas, el bal¨®n y el peligro cambiaron de bando y Jaime comenz¨® a trabajar a destajo para mantener el resultado. Djukic retras¨® la posici¨®n de ?scar, y con eso y la velocidad de Ebert le alcanz¨® para empatar a golpes con el Sevilla. El extremo alem¨¢n envi¨® un disparo al palo, Guerra envi¨® un remate en boca de gol por encima del larguero y lo que hab¨ªa sido un bodrio termin¨® en un choque intenso, divertido, roto por momentos y que acab¨® en empate a solo un gol por pura casualidad.