El Madrid se apunta el simulacro

Apenas era un ensayo general. Una cuesti¨®n de honrilla. Fuegos artificiales en tiempos de entreguerras a la espera de la gran batalla del 10 de mayo en Londres. Pero la idiosincrasia de la rivalidad entre Madrid y Barcelona no entiende de pantomimas y depar¨®, de nuevo, un choque tenso e intenso que dej¨® muchos indicios y pocas certezas de cara a la semifinal de la Euroliga. Se qued¨® en un simulacro en el que los dos equipos se guardaron recursos y los t¨¦cnicos varias sorpresas de cara a la cita europea. Al final, triunf¨® el recreo blanco frente al ajedrez azulgrana gracias, fundamentalmente, a la aportaci¨®n de Felipe Reyes (19 puntos y 8 rebotes).

La victoria sirve a los de Laso para sellar el primer puesto en la Liga regular y para equilibrar las cuotas de moral tras las derrotas en el Palau y en los cuartos de la Copa. Un fogonazo de autoafirmaci¨®n para el l¨ªder de la ACB en otra reedici¨®n del contraste de estilos en la que el v¨¦rtigo gan¨® a la pausa.

La atosigante defensa de ayudas sobre Rudy y el marcaje de Huertas a Llull aplacaron de inicio el br¨ªo del Madrid y espesaron su ataque, pero no marcaron tendencia. Mientras los intentos blancos acababan en tiros precipitados sobre la bocina de posesi¨®n, Ingles y Lorbek hac¨ªan carrera con solvencia ante el aro rival otorgando el primer estir¨®n a los de Xavi Pascual (6-11, m. 7). Sin embargo, en cuanto el t¨¦cnico azulgrana comenz¨® las rotaciones para dar un respiro a su primera unidad, los locales se desataron. Sin el cloroformo de Huertas aparecieron las transiciones r¨¢pidas del l¨ªder.

El Madrid volvi¨® al vel¨®dromo y destartal¨® el tablero azulgrana. Con la aparici¨®n en escena de Sergio Rodr¨ªguez y, sobre todo, de Felipe Reyes, los de Laso ensayaron la primera embestida con un parcial de 15-3 que les devolvi¨® la iniciativa en el juego y en el marcador (21-14, m. 14). Los 9 puntos y 4 rebotes del capit¨¢n madridista en el segundo cuarto consolidaron el inopinado dominio de los blancos bajo los aros (47 rebotes por 32 del Bar?a, 19-8 en ataque) y anunciaron su despegue (33-24, m. 19). A pesar de los esfuerzos de Jasikevicius por recuperar la pausa y de Oleson por sumar en ataque, el vigor del Madrid fue imponi¨¦ndose sobre la fatiga de un grupo baqueteado y lastrado por los problemas f¨ªsicos al que el Panathinaikos llev¨® hasta el l¨ªmite para alcanzar la final a cuatro.

A la baja de larga duraci¨®n ya conocida de Pete Mickeal, el Bar?a sumaba en el Palacio las de Wallace (rotura parcial del ligamento lateral externo del codo derecho) y, de nuevo, la de Juan Carlos Navarro. ¡°Elongaci¨®n en el m¨²sculo semimembranoso de la pierna izquierda¡±, rezaba en esta ocasi¨®n el parte m¨¦dico del capit¨¢n azulgrana que, renqueante desde hace m¨¢s de dos a?os, apenas ha participado en 18 de los 31 partidos de la presente Liga. El Barcelona condura esa bala solo para las grandes ocasiones y la de hoy era un tr¨¢mite comparada con la hist¨®rica cita de Londres.

El Madrid volvi¨® al vel¨®dromo y destartal¨® el tablero azulgrana

Sin embargo, el cuajo competitivo de los azulgrana no entiende de regalos ni rendiciones y, en cuanto el Madrid baj¨® un punto la marcha y Marcelinho recuper¨® el yoy¨®, el pulso volvi¨® a igualarse (43-42, m. 26). Aparecieron los piques y la tensi¨®n en los banquillos y en el fragor de la ma?ana el Barcelona despert¨® su instinto para agarrarse al partido definitivamente (50-51, m. 32). Recurri¨® entonces Laso a la conexi¨®n entre Llull y Sergio Rodr¨ªguez para redoblar su apuesta y las piernas de ambos lanzaron al Madrid en el sprint final que le dio la victoria.

Al Barcelona se le hizo largo el partido y cuesta arriba los ¨²ltimos instantes y los blancos aprovecharon el repecho para desatar el demarraje que le otorg¨® la m¨¢xima diferencia coincidiendo con la bocina final (78-65). Pr¨®xima parada del cl¨¢sico, en Londres dentro de 12 d¨ªas. All¨ª estar¨¢n todos, incluido Navarro.