El M¨¢laga, con el aire justo

Se resiste el M¨¢laga a arrojar la toalla en su pelea por la cuarta plaza. El equipo andaluz ha perdido parte de la chispa que le llev¨® a deslumbrar en Europa, pero sus grandes dosis de oficio, as¨ª como la aportaci¨®n de jugadores como Morales, le hacen ser competitivo, al menos para despachar sin grandes alardes pero con mucho sufrimiento a rivales como el Getafe, escasos de personalidad y muy castigado por las bajas. El conjunto madrile?o solo se lo crey¨® cuando perd¨ªa 2-0. Fue entonces cuando se sacudi¨® los complejos, dinamizado por los cambios. Lo ten¨ªa todo casi perdido. En esos momentos donde el M¨¢laga acus¨® una alarmante falta de frescura, Caballero hizo un parad¨®n a Sarabia que pudo ser el empate. El arre¨®n del Getafe dio tambi¨¦n para que Weligton neutralizara con la mano dentro del ¨¢rea un disparo de Lopo. Clos no vio el claro penalti del brasile?o. El equipo madrile?o lo intent¨® hasta el final, lamentando su siesta durante una hora de partido. Acarici¨® el empate y se march¨® frustrado, m¨¢s lejos de esa Europa en la que se instala en el M¨¢laga. El triunfo le permite a los de Pellegrini casi amarrar una plaza en la Liga Europa y, de paso, seguir acechando a Real Sociedad y Valencia. Dos excelentes remates de cabeza, de Santa Cruz y de Weligton, definieron un choque de escasa historia, sin el dramatismo que rodea a los partidos en donde intervienen equipos empe?ados en la pelea por el descenso.

En pocas ocasiones en el f¨²tbol el camino m¨¢s corto es el recto. Cansado de sufrir en el lateral derecho, Sergio S¨¢nchez dialog¨® con Pellegrini esta semana para que el chileno lo colocara de central en las alineaciones del M¨¢laga. Pellegrini accedi¨® a la petici¨®n del catal¨¢n, hasta el punto de que pas¨® a Demichelis al centro del campo para encontrar acomodo a Sergio S¨¢nchez junto a Weligton. A los 35 minutos, Diego Castro mand¨® al vestuario a Jes¨²s G¨¢mez con una dura entrada. Pellegrini reorganiz¨® a su equipo colocando a Sergio S¨¢nchez de nuevo en el lateral. Nada de sufrir de nuevo. Lo primero que hizo el zaguero fue pegarse una estupenda carrera que culmin¨® con un medido centro al ¨¢rea que remat¨® de f¨¢bula Santa Cruz con la cabeza. El toque del paraguayo, hasta entonces pitado por la grada, acab¨® por definir un partido jugado hasta ese momento al ralent¨ª, con un M¨¢laga falto de pasi¨®n por el juego y un Getafe acuciado por las bajas que se aleja la pelea por Europa. Quiz¨¢s al conjunto andaluz le sobraron los m¨²ltiples toques que necesitaba Demichelis para armar el juego o las ausencias de un Isco demasiado escorado en banda, sin espacio para practicar su f¨²tbol, ahogado. El choque, de poca tensi¨®n, se perdi¨® en las p¨¦rdidas de bal¨®n en el centro del campo, donde emerg¨ªa mucho recuperador y poco tocador.

Un par de tiros lejanos del M¨¢laga provocaron dos estiradas de Codina, aunque la mejor ocasi¨®n de los andaluces hasta el gol lleg¨® en un tanto anulado a Isco. Mal anulado, mejor dicho, puesto que Santa Cruz no estaba en fuera de juego.

En el Getafe apenas brillaba, muy de vez en cuando, la t¨¦cnica de su buena l¨ªnea de mediapuntas. Barrada supo revolverse bien en el borde del ¨¢rea, pero su disparo, muy centrado, fue neutralizado por Caballero, que sigue en gran forma.

Morales, que tiene un guante en su pie derecho, la puso tan bien en el ¨¢rea peque?a del Getafe que a Weligton le bast¨® con colocar su cabeza para batir a Codina. Fue la jugada m¨¢s destacada del M¨¢laga en la segunda mitad. Luego, a medida que le faltaba el aire fue creciendo el Getafe. Le falt¨® un punto de ambici¨®n para doblegar al M¨¢laga, aunque pele¨® por un punto que estuvo a punto de llegar en el gran disparo de Sarabia. Europa exige un punto m¨¢s de fortaleza, esa que todav¨ªa desprende el M¨¢laga a pesar de su escasa prestancia f¨ªsica.