Pitos a Mourinho y goles de Cristiano

Solo el orfe¨®n de Ultras Sur, el reducto fan¨¢tico del Bernab¨¦u, enton¨® un estribillo de apoyo al m¨¢nager Jos¨¦ Mourinho, durante el partido. El resto del estadio se revolvi¨® crispado para sancionar a los cantantes con una pitada. Son los vestigios de una temporada de mucho ruido y poco f¨²tbol. El paso del Valladolid sirvi¨® para repetir la rutina de tensi¨®n en el grader¨ªo. Sobre la hierba se repiti¨® un guion gastado: salieron a jugar los visitantes, a tener el bal¨®n, y marcaron, antes de recibir el correctivo. Esta vez, sin embargo, el intercambio no se agot¨® en la primera parte y fue parejo. Igualdad preocupante para un Madrid que flaque¨® en defensa y solo pudo imponerse a fuerza de c¨®rners. Ah¨ª Cristiano es el rey.

El Bernab¨¦u vibr¨® m¨¢s con la lectura de la ficha t¨¦cnica por el speaker en megafon¨ªa que con el partido. El nombre de Casillas fue ovacionado y el de Mourinho recibi¨® una pitada pr¨¢cticamente un¨¢nime desde las tribunas. No hay juicio m¨¢s indicativo que el que emiten los abonados que han venido al campo durante nueve meses para contemplar al equipo en la traves¨ªa larga del campeonato. El malestar es reflejo de la agitaci¨®n interna que vive el club ante los ¨²ltimos acontecimientos. La eliminaci¨®n de la Champions ha dejado un reguero de incertidumbre en la hinchada, la directiva no se pronuncia, y el m¨¢nager ajusta cuentas en p¨²blico con sus jugadores. M¨¢s de lo mismo, porque la temporada empez¨® con una crisis de vestuario cuyo fuego nunca lleg¨® a apagarse. Al contrario, algunos lo animaron con p¨®lvora.

Atento al ruido ambiental, Mourinho prefiri¨® quedarse metido en el foso de la caseta. Manos en los bolsillos, rostro petrificado, la mirada en un punto fijo, el gesto torcido. No celebr¨® los goles de su equipo y mastic¨® su rabia cuando el Valladolid dispar¨® contra la porter¨ªa de Diego L¨®pez. El hombre puede reprochar muchas cosas a mucha gente, pero no se puede quejar de que Florentino P¨¦rez le dio todo el poder que reclam¨® para manejar la plantilla. Todo el respaldo institucional para que los jugadores no tuvieran dudas respecto a su autoridad. El equipo no tard¨® en funcionar exactamente como ¨¦l mandaba. Contra el Valladolid no hubo excepciones: se cumplieron ¨®rdenes.

Pepe, el lugarteniente del t¨¦cnico, se ajust¨® el brazalete de capit¨¢n y se ocup¨® de mover al equipo desde la defensa. A su izquierda le acompa?¨® Carvalho, por delante Modric, y en el carril del 'diez' se aventur¨® Khedira, que es de todo menos diez. Entre los tres pusieron la l¨ªnea de presi¨®n en la mitad de su propio campo, m¨¢s bien atr¨¢s. La disposici¨®n t¨¢ctica encaden¨® efectos perjudiciales para el Madrid. Modric perdi¨® contacto con la zona caliente de la media punta en donde se siente m¨¢s c¨®modo, Khedira corri¨® mucho sin que se percibiera la utilidad de su esfuerzo, y el Valladolid gan¨® metros para sacar el bal¨®n jugado con cierta calma.

Pepe se ajust¨® el brazalete de capit¨¢n y se ocup¨® de mover al equipo desde atr¨¢s

El plan del Madrid consisti¨® en atraer al Valladolid hacia el medio campo para robarle el bal¨®n y contragolpearlo. No funcion¨®. Si hay algo que desahoga al equipo de Djukic es que le permitan iniciar el juego para que Rubio, V¨ªctor y Oscar conecten pases. Quiz¨¢ Mourinho contaba con presionarlos para que cometieran errores. Pero no fallaron. El que fall¨® fue Di Mar¨ªa en una mala entrega a Carvalho, cuando intentaba cambiar de orientaci¨®n. ?scar intercept¨® el pase y meti¨® el cuchillo. Pis¨® el ¨¢rea, encar¨® a Diego L¨®pez y le meti¨® el gol entre las piernas.

La reacci¨®n del Madrid ante el 0-1 supuso una rectificaci¨®n y descubri¨® la debilidad del Valladolid cuando lo encierran en su ¨¢rea. Bast¨® con que Pepe y Carvalho adelantaran la defensa al c¨ªrculo central para que todas las piezas encajaran. El Madrid se volc¨® sobre el campo rival, Modric alcanz¨® a moverse entre l¨ªneas, Kak¨¢ y Benzema recibieron el bal¨®n en condiciones favorables, y Cristiano esper¨® el pase en posiciones de remate. Bast¨® con que Di Mar¨ªa descargara un zurdazo al bulto para que temblaran todos los andamios que rodeaban a Jaime. Fue un central, Valiente, el que se meti¨® el gol en propia meta.

El Valladolid tiene muchas virtudes pero se deshace cuando le cuelgan un centro. Lo aprovech¨® bien el Madrid. Jaime sac¨® un cabezazo de Pepe a la salida de un c¨®rner minutos antes de que Cristiano, tras otro c¨®rner mal despejado, cabeceara el 2-1. El partido se desboc¨® para distracci¨®n de la hinchada. Un maravilloso pase de Oscar, que cambi¨® de orientaci¨®n para que Omar centrara, descuadr¨® a la defensa madridista. Javi Guerra marc¨® en el segundo palo y los dos equipos se fueron al vestuario con un hermoso 2-2 luciendo en el marcador.

El Madrid regul¨® su energ¨ªa con precisi¨®n de relojero para sacar adelante el partido. No brill¨® pero supo concretar sus ocasiones. Kak¨¢ fusil¨® a Jaime con su zurda y Cristiano volvi¨® a cabecear un c¨®rner para establecer el 4-2. No fue suficiente para acobardar a los visitantes, que siguieron poniendo a prueba a Diego L¨®pez. Al tercer intento, una volea de Sastre desde 30 metros, fue gol. Faltaban unos minutos para el final. Contentos, los seguidores pucelanos se acordaron de Obama para animar a sus jugadores a buscar el empate: "?S¨ª se puede¡­!".