Adebayor no basta para tumbar al Chelsea

?A falta de dos jornadas, el Chelsea mantiene el tercer puesto en la Liga inglesa, una distancia de tres puntos respecto al Tottenham, y se dispone a preparar la final de la Liga Europa, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en ?msterdam ante el Benfica. Sin encontrar un hilo de juego, ni ofensivo ni defensivo, sino avanzando a golpe de chispazos de sus futbolistas, anoche empat¨® a dos ante los Spurs con goles del brasile?o ?scar (m. 10) y de Ramires (m. 26) para igualar los tantos de Adebayor (m. 26) y Sigurdsson (79).?

Stamford Bridge contuvo la respiraci¨®n. La falta en el minuto 90 era ideal para Bale, ligeramente ca¨ªa a la izquierda al borde del ¨¢rea. Repiti¨® su ritual. Los tres pasos largos hacia atr¨¢s, las manos en jarra y el golpeo con los tres dedos del empeine zurdo para darle al bal¨®n un efecto diab¨®lico, pero sin fuerza. Y por el centro de la porter¨ªa protegida por el experimentado Cech. Alivio para Ben¨ªtez, que ve consolidado su objetivo, clasificar a los blues para la pr¨®xima Champions, a pesar de que no ser¨¢ ¨¦l quien la disfrute sino probablemente Jos¨¦ Mourinho. A pesar de la hostilidad de la grada desde el primer minuto.

Los Spurs esperaban a Bale, pero quien apareci¨® fue Adebayor. Firm¨® un golazo, dispar¨® enroscado desde unos 25 metros al palo alejado desde el carril del 10, al estilo de Henry cuando estaba en el Arsenal. Y sirvi¨® de tac¨®n el segundo, el del empate definitivo al island¨¦s Sigurdsson, sin bien cuando da el pase, el togol¨¦s estaba en fuera de juego.

El Tottenham mereci¨® las tablas por la insistencia y por la poderosa presencia de Adebayor. El Chelsea quiso salir a la contra en la segunda parte, pero se desliz¨® en los momentos decisivos. El c¨¦sped parec¨ªa una pista de patinaje. El m¨¢s escandaloso fue el resbal¨®n de Ramires, que se desplom¨® y se top¨® la cara contra el suelo, cuando se dispon¨ªa a rematar un pase claro de Mata. El media punta espa?ol volvi¨® a ser, con diferencia, el m¨¢s destacado de los blues. Cada vez que paraba la pelota, daba la impresi¨®n de jugar a otra cosa, indescifrable para el resto de sus compa?eros. La tenacidad de Fernando Torres para encarar e irse con la larga zancada solo tuvo ¨¦xito en la primera parte, en esa arrancada por la derecha definida con un pase raso en profundidad que convirti¨® Ramires en el segundo gol. Pero Verthongen le gan¨® la partida en el segundo periodo. El Chelsea, a trompicones, sin brillantez alguna, se acerca con una sonrisa a la meta.?