El Granada tambi¨¦n es de finales
Los de Alcaraz superan a un Osasuna mortecino (3-0) y acarician la permanencia
En las finales sin trofeo, que las hay, se juegan premios emocionales, sumas en una calculadora imaginaria y apuestas firmes por las propias credenciales. Por eso, de ganarlas, no hay diferencia con pasear un t¨ªtulo, pues existe aunque no se pueda ver. As¨ª, el Granada bail¨® en la grada tras golear a Osasuna, cantando que seguir¨ªa en Primera, aunque falte alguna marca para conseguirlo, y los navarros sintieron el dolor de los derrotados, y el temor a que se le haya escapado el duelo m¨¢s factible de los que le restan.
En un partido de idas y venidas lo normal es que la tendencia termine por marear al bal¨®n y que este acabe por repeler cualquier tipo de caranto?a. Es la consecuencia del abuso del golpeo en largo sin alguna excusa que pueda secundarlo, m¨¢s que el hecho de que con la distancia se alejan miedos y se trasladan emociones. As¨ª lleva funcionando Osasuna en las ¨²ltimas temporadas, y as¨ª lo hizo ayer tambi¨¦n el Granada. Dos sujetos que atraviesan ese estado de ¨¢nimo temeroso y motivador que provoca este tipo de circunstancias.
Granada, 3 - Osasuna, 0
Granada: Roberto; Nyom, Mainz, Diakhat¨¦, Siqueira; Mikel Rico, Recio, Brahimi (Ortiz, m. 84), Nolito; Aranda (Ighalo, m. 64) y El-Arabi (Buonanotte, m. 73). No utilizados: To?o; I?igo L¨®pez, Angulo e Iriney.
Osasuna: Andr¨¦s; Bertr¨¢n, Rub¨¦n, Arribas, Dami¨¤ (Nano, m. 69); Oier, Gato Silva; Armenteros, Nino (Lo¨¦, m. 81), De las Cuevas; y Kike Sola (Llorente, m. 87). No utilizados: Riesgo; Timor, Masoud y Cejudo.
Goles: 1-0. M. 23. El-Arabi. 2-0. M. 80. Siqueira, de penalti lanzado a lo Panenka. 3-0. M. 42. Buonanotte.
?rbitro: Velasco Carballo. Expuls¨® a nano con roja directa (m. 79). Amonest¨® a Oier, Aranda, Recio, Bertr¨¢n y Buonanotte.
Unos 15.000 espectadores en Los C¨¢rmenes.
A pesar de la apuesta continuada por trasladar el bal¨®n sin demasiada mediaci¨®n, al Granada le dio por expropiar la banda izquierda, y utilizarla como v¨ªa alternativa al carril central. Siquiera y Nolito se intercambiaron el puesto en ese pelot¨®n en varias oportunidades, y se?alaron la velocidad de reacci¨®n en Osasuna como uno de los debes en la balanza. En una jugada afortunada por esa zona, un rebote, un arte imposible de descifrar, rebot¨® en Armenteros, acab¨® en las botas de Siqueira (?Oh sorpresa!) y este se la cedi¨® a El-Arabi por bajo (?Oh sorpresa 2!) para que superase a Andr¨¦s con un remate r¨¢pido.
Si de por s¨ª los goles atontan a quien los recibe, pocas veces sucede lo contrario, a Osasuna termin¨® por dejarle grogui que se lo marcasen por medio del segundo plan, pues no ten¨ªa alternativa para combatirlo. Con Kike Sola como ¨²nico recurso ofensivo, se quedaba sin rematador cuando este abandonaba su puesto para tratar de ofrecer alguna alternativa y dar tiempo a que su lugar fuera ocupado por alguna incorporaci¨®n. Una maniobra que si acaso serv¨ªa para controlar el bal¨®n, no suscitaba demasiada complicaci¨®n para el Granada a la hora de reagruparse en torno a su ¨¢rea.
Le creci¨® un nuevo problema al conjunto de Mendilibar con la decisi¨®n de Brahimi de regatear todo lo que encontraba a su paso, aunque para eso tuviera que deshacerse tambi¨¦n de s¨ª mismo. El franc¨¦s, ubicado en la banda derecha, fue un tormento continuo para los navarros y un foco continuo de recursos para el Granada. Fue lo que el t¨¦cnico rojillo pretend¨ª¨® encontrar en De las Cuevas, ausente todo el encuentro, y que solo asom¨® para colocar un disparo en el larguero. Esa fue la mejor oportunidad de un Osasuna incapaz de asociarse para construir y al que se le cayeron del todo los naipes con el penalti de Nano sobre Brahimi, por el que fue expulsado, y que convirti¨® Siquiera (?Oh sorpresa 3!) imitando al checo Panenka. Solo Buonanotte quiso agigantar la felicidad con un gol en el tiempo a?adido con un zurdazo preciso.
Y as¨ª culmin¨® su final el Granada, con la afici¨®n en pie, la permanencia m¨¢s cerca en la calculadora, y con un rival al que deja atr¨¢s, m¨¢s tocado de lo que lleg¨® a imaginar y al que empieza a par¨¢rsele el pulso.
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