Robben hace campe¨®n al Bayern

Por fin Robben. Empez¨® la temporada de reserva de Kroos. Apartado por un entrenador que ya no cre¨ªa en ¨¦l. Toda una vida siendo segundo, fallando las ocasiones m¨¢s clamorosas, abusando de un individualismo exasperante para sus compa?eros y t¨¦cnicos. Hasta anoche. A los 29 a?os, el f¨²tbol se puso de su parte: sirvi¨® el primer gol a Mandzukic y marc¨® el segundo en una sutileza. El Bayern conquista su quinta Copa de Europa con una memorable actuaci¨®n de Javi Mart¨ªnez, fichado por una millonada en verano para esto; afianzar los cimientos b¨¢varos en la medular. Heynckes se despide en todo lo alto, una maravillosa carrera de 50 a?os. Un equipo compacto por todos lados al que solo Guardiola ser¨ªa capaz de mejorar. El Borussia fue un finalista admirable. Los 40.000 aficionados del Dortmund tributaron a sus jugadores un aplauso prolongado y emocionante. Este es un equipo valiente, honesto y apasionado. Merece todo el respeto y la consideraci¨®n del mundo del f¨²tbol. La final fue una belleza de principio a fin, solo estropeada por algunas decisiones pol¨ªticas del ¨¢rbitro italiano Rizzoli, que favorecieron al Bayern.

Pas¨® en suspiro la primera parte, llena de drama, ocasiones y errores. Puro f¨²tbol. Hasta Javi Mart¨ªnez y Lewandowski, que pugnaban por el bal¨®n, se quedaron cortados cuando el ¨¢rbitro se?al¨® el final. ?Ya? Hab¨ªa sido un despliegue muy valiente del Borussia en la primera media hora y una reacci¨®n poderosa del Bayern en el ¨²ltimo cuarto. Solo la sobriedad de los porteros evit¨® una ensalada de goles. Un homenaje a Weidenfeller, impert¨¦rrito hasta cuando deten¨ªa con la cara, de pie en la corona del ¨¢rea, un zurdazo de Robben. Como reminiscencias de la final de Sud¨¢frica, el extremo holand¨¦s se qued¨® tres veces delante del portero. Las tres los fall¨®. Ante la ira de M¨¹ller, que le recrimin¨® a gritos por qu¨¦ no le hab¨ªa devuelto un de los pases. El Bayern creci¨® a partir de su poder¨ªo a¨¦reo, imparables Mandzukic y Mart¨ªnez tras los centros de Rib¨¦ry. Y a partir de la entrada en combusti¨®n del mediocentro espa?ol, clave para limar la jerarqu¨ªa de G¨¹ndogan. La grada roja rugi¨® para vitorearlo tras escapar de una trampa de cuatro delanteros del Dortmund.

Los aplausos de Klopp se escuchaban desde la tribuna. El lenguaje corporal de Heynckes era todo lo contrario. El conjunto b¨¢varo no pod¨ªa creerlo: en su campo, sin poder salir m¨¢s que a pelotazos. G?tze, en la grada, casi irreconocible por una gorra azul y una bufanda. ?Con qui¨¦n ir¨ªa? La velocidad de movimientos de Reus, propia de un mago, result¨® indetectable. El Borussia fue fiel a s¨ª mismo: veloz y osado hasta el final. Y mostr¨® c¨®mo Lewandowski pod¨ªa marcharse de Dante cuando dijera ¡®ahora¡¯. Un estupendo Neuer, eso s¨ª, se interpuso en su camino.

En la segunda parte, cada equipo atacaba hacia donde estaba su hinchada. Javi Mart¨ªnez volvi¨® a cortar un par de contras muy afiladas. Y dio la opci¨®n a la alianza entre Rib¨¦ry y Robben antes de que el holand¨¦s esta vez centrara en lugar de chutar. Le esperaba la ca?a de Mandzukic, que marc¨®. Klopp sac¨® a sus chicos del estupor y los mand¨® al ataque. Reus encar¨® a Dante y este se lo llev¨® por delante con una patada al est¨®mago. El ¨¢rbitro italiano Rizzoli, muy cerca, pit¨® el penalti y se meti¨® la mano en el bolsillo. Pero fren¨® en seco: se dio cuenta de que Dante ya estaba amonestado. No quiso expulsarlo. G¨¹ndogan marc¨® raso y ajustado. Y G?tze lo festej¨® como un borusser m¨¢s.

Toda una vida segundo, el holand¨¦s fue protagonista con una asistencia y un gol

El Borussia empez¨® a separar sus l¨ªneas y a defender peor. El lateral izquierdo Schmelzer era un punto d¨¦bil. En realidad, toda su banda izquierda, junto a Grosskreutz: cu¨¢nto ech¨® de menos Klopp a G?tze. Subotic sac¨® bajo su propio arco un disparo de M¨¹ller ya con Weidenfeller batido. Klopp lo celebr¨® como un gol. El partido se rompi¨®. Estaba prohibido pesta?ear. Y expulsar a alguien. Rizzoli tambi¨¦n le perdon¨® la roja a Lewandowski por pisotear a Boateng. El Bayern lleg¨® m¨¢s entero al final. Y encontr¨® una brecha en el centro de la zaga del Dortmund. Rib¨¦ry tacone¨® atr¨¢s, entr¨® Robben como un meteoro, regate¨® a Hummels y cachete¨® muy suave y cruzada la pelota para descolocar a Weidenfeller. Por fin el h¨¦roe fue Robben.