Ur¨¢n y el viento del sur
Tras el mes¨ªas Vincenzo Nibali de rosa, un colombiano, Rigoberto Ur¨¢n, sube por primera vez al podio en la historia de la carrera
El anticicl¨®n de las Azores, testarudo, ha decidido no moverse del centro del Atl¨¢ntico, lo que, dicen los meteor¨®logos, explica la libertad con la que los vientos polares llegan hasta el sur de Europa occidental convirtiendo mayo, anta?o florido y hermoso, en el cuarto mes del invierno (y los tenistas saltan en Roland Garros con forros polares en vez de floreados niquis). Pero, contin¨²an los del tiempo, en Mosc¨² sudan, los moscovitas pasean junto al Moscova en camiseta de tirantes. ?Por qu¨¦? Por el anticicl¨®n az¨®rico tambi¨¦n, que clavado donde est¨¢ abre tambi¨¦n la puerta a los vientos del sur en el Este.
Quiz¨¢s por eso, quiz¨¢s, en mitad del Giro m¨¢s fr¨ªo y desapacible que se recuerda, combatiendo los vientos ¨¢rticos han soplado vientos tropicales, h¨²medos y calurosos, de esperanza.
Clasificaci¨®n final
1. Nibali (Ita-Astana), 89h 53m28s.
2. Ur¨¢n (Col-Sky), a 4m43s.
3. Evans (Aus-BMC), 5m52s.
8. Intxausti (Movistar), a 10m26s.
12. S. S¨¢nchez (Euskaltel), a 12m13s.
Los vientos boreales tan fr¨ªos y acuosos barrieron al desafiante sir Wiggins y proclamaron en el Giro al nuevo mes¨ªas ciclista, el siciliano Nibali, de 28 a?os, el hombre al que festejan en Italia con hosannas en las cimas heladas de nieve pues lleg¨® de rosa y con el pu?o izquierdo en alto para dar sentido por fin al pasado, para darle un portazo, convirtiendo en par¨¦ntesis olvidable, digerible, con principio y fin, los ¨²ltimos 20 a?os, los de las figuras crecidas a dosis de EPO.
Los vientos australes, tan c¨¢lidos y propiciatorios, precursores de los tiempos hermosos que llegan, tienen la cara curtida, arrugada, feroz, del altiplano colombiano, campesinos de ruana, de las alturas andinas en las que nacen los ciclistas del futuro.
Se llaman Rigoberto Ur¨¢n, Carlos Betancur, Sergio Henao, Darwin Atapuma (un nombre y un apellido que combinados son una met¨¢fora y una proclamaci¨®n: el apellido antiguo, de los pastos, las gentes que habitaban antes de Col¨®n el departamento de Nari?o, a m¨¢s de 3.000 metros el m¨¢s alto de Colombia; el nombre del padre de la evoluci¨®n, de la esperanza, de la lucha por la supervivencia, la permanencia), y de m¨¢s formas a¨²n.
Les lidera, por orden de clasificaci¨®n general, el m¨¢s veterano (26 a?os), Ur¨¢n, que termin¨® segundo en el podio de Brescia tras heredar del retirado Wiggo el liderazgo del Sky. Es el primer colombiano en el podio en la historia del Giro, y el primero en una grande desde que Vargas fue tercero en la Vuelta del 89, 25 a?os despu¨¦s del otro podio hist¨®rico, el de Fabio Parra en el Tour de Delgado. Quinto (y maglia blanca de mejor joven), fue Betancur, de 23 a?os, l¨ªder explotado del Ag2r Henao, de 25 a?os, termin¨® 16? despu¨¦s de haber invertido sus fuerzas y regalado su capacidad para lograr aupar a su amigo y compa?ero Ur¨¢n. Y Atapuma, de 25 a?os, corre en el equipo que se llama Colombia (un caos t¨¢ctico en una amalgama de direcci¨®n europea, del viejo Claudio Corti, al que el gobierno colombiano entreg¨® su mejor juventud y tres millones de euros) y termin¨® 18? despu¨¦s de correr como corr¨ªan antes, sin m¨¢s mentalidad t¨¢ctica que la aceleraci¨®n en cuanto ve¨ªan una monta?a. Sin estrategia y con desmemoria, con olvido de las ense?anzas de Luis Saldarriaga.
El siciliano es recibido con hosannas pues llega para dar un portazo al pasado
A todos les une un hecho fundamental: el ciclismo no lo han aprendido en la tradicional Colombia (donde la figura es un espa?ol de entonces, ?scar Sevilla: para pagarle su sueldo, 150.000 euros, su equipo decidi¨® deshacer la estructura sub 23, inversi¨®n en el pasado) sino emigrando j¨®venes de sus pa¨ªses (Ur¨¢n y Betancur llegaron a Italia a los 19 a?os) o como Henao y Atapuma, creciendo en el proyecto Colombia es Pasi¨®n, puesto en marcha por un matem¨¢tico de Stanford llamado Ignacio V¨¦lez, organizado por una mujer, Luisa Fernanda R¨ªos, y guiado por un entrenador llamado Saldarriaga que mam¨® en Estados Unidos a Platonov y Bompa, que se presenta como educador antes que como t¨¦cnico, que trabaja con SRM y Ret¨¹l, que les ense?a a comer, a llanear, a hacer abanicos y les recuerda que el camino largo, inc¨®modo y tortuoso quiz¨¢s no les lleve tan lejos, pero es su camino. Su pol¨ªtica antidopaje es activa (en su pasaporte interno vigilan no solo la sangre, tambi¨¦n los esteroides), es su evangelio y sus corredores, su orgullo. Detr¨¢s de los del Giro vienen Quintana y Chaves, con los que gan¨® el equipo, ahora llamado 4-72, el Tour del Porvenir, y Chamorro. Su sue?o es que crezcan juntos y juntos puedan llegar a correr un d¨ªa el Tour.
En Brescia gan¨® Cavendish al sprint, su quinto triunfo.
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