Nueva condena para el D¨¦por
La Real Sociedad certifica en Riazor su excelente campa?a y deja al club gallego m¨¢s en el alambre que nunca
Fue como un deja vu, otra vez en Riazor, en la ¨²ltima jornada, con la ventaja de saber que depend¨ªa de s¨ª mismo. Otra vez fracas¨® el Deportivo, como hace dos a?os. De nuevo firma un descenso que situar¨¢ a la entidad, en procedimiento en el concursal, m¨¢s en el alambre que entonces. Se marcha el Deportivo, v¨ªctima de su fatalismo, y emerge la Real Sociedad, que no hace tanto pas¨® por id¨¦ntico trance y ha sabido construir un combo excelente que jugar¨¢ la eliminatoria previa de la Liga de Campeones. ?xito extraordinario de los chicos de Montanier, que abandonar¨¢ el club donostiarra a pesar de su proeza.
Fue parecido, pero no igual. La ca¨ªda del Deportivo no revisti¨® la crueldad de su pen¨²ltimo descenso, cuando desperdici¨® un sinf¨ªn de oportunidades ante un rival que s¨®lo se jugaba los puntos. Quiz¨¢s por aquel recuerdo atribulado ahora el plan del Deportivo ten¨ªa que ver con la paciencia, con la construcci¨®n lenta, pero precisa y a partir de ah¨ª encontrar a Valer¨®n y que ¨¦ste encendiera la luz. Todo muy acad¨¦mico, muy por el carril. Se juegan varios partidos en noventa minutos, hab¨ªa recordado Fernando V¨¢zquez en plena tensi¨®n de las v¨ªsperas.
As¨ª que el Deportivo sali¨® a escribir el dictado con buena letra y a esperar noticias. Llegaron desde Sevilla. ¡°?Gol del Valencia!¡±, empez¨® a corear la grada al cuarto de hora, en un aviso a los jugadores de la Real Sociedad para que bajasen el pist¨®n. Hasta entonces hab¨ªan mostrado su repertorio conocido: buena salida del bal¨®n y rapidez en todas las acciones m¨¢s all¨¢ del medio campo.
DEPORTIVO, 0; REAL SOCIEDAD, 1
Deportivo: Aranzub¨ªa; M. Pablo, Aythami (Oliveira, m. 56), Z¨¦ Castro, Silvio; Dom¨ªnguez, Abel Aguilar; Bruno Gama (Salomao, m. 45), Valer¨®n, Pizzi; y Riki. No utilizados: Lux, Kak¨¢, Laure, Berganti?os y Camu?as.
Real Sociedad: Bravo; Carlos Mart¨ªnez, Mikel Gonz¨¢lez, I?igo Mart¨ªnez, De la Bella; Bergara, Illarra (Chory Castro, m. 78); Vela (Zurutuza, m. 69), Prieto (Ansotegi, m. 85), Griezmann; y Agirretxe. No utilizados: Zubikarai, Rub¨¦n Pardo, Cadamuro e Ifr¨¢n.
Goles: 0-1. M. 22. Griezmann.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n. Expuls¨® a Bergara (m. 83) por doble amonestaci¨®n. Mostr¨® tarjeta amarilla a Silvio, Aythami, Juan Dom¨ªnguez, Aranzub¨ªa, Abel Aguilar, Nelson Oliveira, Riki, Zurutuza y Griezmann.
Riazor. 35.000 espectadores.
Con un delantero que vale oro para sus compa?eros, porque Agirretxe recoge una casta?a del cielo, la baja y la juega. Por ah¨ª se importun¨® el Deportivo, que no encontr¨® el aliento que necesitaba en las llegadas al ¨¢rea rival. No avis¨® a la Real y ¨¦sta se creci¨® sabedora de que ten¨ªa neutralizado el potencial de los coru?eses.
Tambi¨¦n lo hab¨ªa advertido Montanier antes del partido: el Deportivo es m¨¢s equipo cuanto m¨¢s lejos de su ¨¢rea juega. Cerca de ella siempre pasa algo, siempre hay una imprecisi¨®n, una desatenci¨®n, algo. Esta vez fue un resbal¨®n de Manuel Pablo la llave que abri¨® el partido, un traspi¨¦ que habilit¨® a Agirretxe para rematar ante Aranzub¨ªa, uno de esos que siempre suele responder, pero hubo segunda opci¨®n y la aprovech¨® Griezmann para adelantar a la Real Sociedad.
La desventaja exigi¨® al Deportivo, pero el equipo comenz¨® a caerse. Ya sin paciencia, siempre sin recursos para entrar con peligro en los ¨²ltimos veinte metros. Apenas un tibio remate de Riki, un intento de Abel Aguilar desde la frontal, el habitual repertorio de c¨®rners inocuos. Para entonces el Valencia ya no ganaba en Sevilla, el Celta s¨ª lo hac¨ªa ante el Espanyol y la Real sub¨ªa en el carrusel de emociones.
Y el Deportivo palidec¨ªa, sin encontrar a Valer¨®n y con Bruno Gama lesionado en el tramo final de la primera parte, necesitaba agitarlo todo, darle la vuelta, arriesgar. Lo hizo al retirar a Aythami por Nelson Oliveira, en un todo o nada con m¨¢s de media hora por delante, una llamada desesperada al arrebato que implicaba una paridad en defensa. No quiso mirar atr¨¢s el Deportivo, pero sigui¨® sin llamar al f¨²tbol, apenas alguna gambeta de Salomao o el despliegue de Abel Aguilar. Se fue apagando entre imprecisiones Riazor. Fue entonces, con veinte minutos por delante, cuando la grada enton¨® el c¨¢ntico habitual en los grandes desastres: ¡°Ahora m¨¢s que nunca, D¨¦por campe¨®n¡±. Fue cuando se agigant¨® el Deportivo, sin encontrar la claridad con la pelota, pero s¨ª el orgullo, cuando empuj¨® y remat¨®.
Abel Aguilar envi¨® un testarazo al larguero tras una mel¨¦ ante el meta Bravo. Suficiente para que la Real bajara la l¨ªnea unos metros, m¨¢s cuando se vio en inferioridad num¨¦rica por expulsi¨®n de Bergara, y plantease un nuevo jerogl¨ªfico a los chicos de V¨¢zquez. Tendr¨¢n que resolverlos en Segunda Divisi¨®n. Y sin el gran faro del equipo, Juan Carlos Valer¨®n, que, ovacionado por aficionados y compa?eros, llor¨® sobre el c¨¦sped el d¨ªa que se despidi¨® del equipo al que ha dado tanta gloria.
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