Adi¨®s a Primera tras 16 a?os

La noche del 29 de abril de 1998 fue una de las m¨¢s tristes para el mallorquinismo. Reci¨¦n ascendido a Primera, el equipo que entonces dirig¨ªa H¨¦ctor C¨²per cuaj¨® una temporada espl¨¦ndida que culmin¨® con la disputa de la final de la Copa del Rey ante el Bar?a de Figo y Rivaldo. Tras aguantar toda la pr¨®rroga con nueve jugadores, el Mallorca cay¨® en la tanda de penaltis y dej¨® escapar la ocasi¨®n, que entonces se antojaba irrepetible, de conquistar un t¨ªtulo grande. Hubo l¨¢grimas aquella noche en Mestalla, pero aquel equipo, que fue bautizado como la ¡°ensaimada mec¨¢nica¡±, estaba comenzando a escribir las p¨¢ginas m¨¢s brillantes de su historia.

Ayer, 16 temporadas despu¨¦s y tras un curso de suspenso total, el Mallorca volvi¨® a enfilar el camino hacia Segunda. Otra vez el llanto desconsolado. El conjunto de Gregorio Manzano cumpli¨® con la papeleta de vencer al Valladolid con goles de Alfaro, Mart¨ª, Gio y Javi M¨¢rquez. Nunca este a?o hab¨ªa anotado cuatro tantos el equipo balear, pero el triunfo del Celta frustr¨® sus remotas aspiraciones de permanencia. En ning¨²n momento de la tarde sali¨® de los puestos de descenso, igual que no lo ha hecho desde la jornada 20. Al t¨¦rmino del encuentro decisivo, hubo bronca y aplausos a partes iguales, tanto para los jugadores como para el palco.

A uno de sus mejores arranques ligueros, con cuatro victorias y dos empates, le sigui¨® una ca¨ªda en picado sin precedentes. Ni la garra de Caparr¨®s en la primera vuelta, ni la psicolog¨ªa de Manzano en el tramo final han sido suficientes para exprimir a una plantilla con graves carencias defensivas: el Mallorca ha marcado un gol m¨¢s que en todo el curso pasado (43), pero ha encajado veintis¨¦is m¨¢s (72). La direcci¨®n deportiva no acert¨® al suplir la baja de puntales de la zaga como Iv¨¢n Ramis, Chico y C¨¢ceres, y esta vez ha sido v¨ªctima de la arriesgada apuesta del equipo vendedor, que en el pasado le report¨® resultados m¨¢s que aceptables y alg¨²n ¨¦xito sonado, aunque tambi¨¦n alg¨²n final de temporada de infarto. En 2005 y 2011 esquiv¨® el descenso en el ¨²ltimo suspiro, un serio aviso de lo que estaba por llegar.

En los ¨²ltimos tres a?os, el Mallorca ha estado en manos de Lorenzo Serra Ferrer, su m¨¢ximo accionista. La permanente batalla entre diferentes facciones del consejo de administraci¨®n no impidi¨® que el club superase con ¨¦xito un concurso de acreedores. Con un aprobado en la gesti¨®n empresarial, en el debe de Serra Ferrer quedar¨¢ la parcela futbol¨ªstica, de la que, como director deportivo, es el ¨²ltimo responsable.

Lejos quedan la Supercopa del 98, con la que el Mallorca se quit¨® la espinita de la derrota copera ante el Bar?a, los dos terceros puestos en Liga en las temporadas 98/99 y 00/01 (con C¨²per y Aragon¨¦s en el banquillo) y la consecuci¨®n de la Copa del Rey de 2003, que supuso la consagraci¨®n de Samuel Eto¡¯o como ¨ªdolo eterno en la isla. El estadio de Son Moix, estrenado con el nuevo milenio, cuando se quedaron peque?as las gradas de piedra del Llu¨ªs Sitjar, recordar¨¢ los goles del camerun¨¦s y tambi¨¦n los de Dani G¨¹iza, pichichi en 2008. Tambi¨¦n la visi¨®n de juego del Ca?o Ibagaza, la finura de Valer¨®n, la zurda del venezolano Arango, la rebeld¨ªa sin causa de Diego Trist¨¢n, el empaque de los veteranos Engonga, Nadal y Soler y las paradas de los argentinos Carlos Roa y el Mono Burgos. Y a la espera de mejores d¨ªas, se guardar¨¢n en las vitrinas de la memoria las grandes noches europeas: la final de la ¨²ltima Recopa de la historia, perdida en el Villa Park de Birmingham ante el Lazio de Nedved y Vieri, y el debut en la Liga de Campeones, con victoria sobre el Arsenal, el d¨ªa en que cayeron las Torres Gemelas.