Robredo nunca muere

¡°?Tommy! ?Tommy!¡±, brama la grada al rescate de Robredo, adoptado por el p¨²blico igual que si fuera un gallo franc¨¦s. ¡°?Tommy! ?Tommy!¡±, le levantan 10.000 gargantas, porque tambi¨¦n en Francia el cari?o se gana sudando, y mucho ha sudado Robredo para llegar a los cuartos: en su tercera remontada desde 0 sets a 2, el catal¨¢n se deshace 6-7, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-4 de un Almagro cortocircuitado, aprieta el pu?o aupado por la gente (esto parece Girona y no Francia) y se cita con David Ferrer en la antepen¨²ltima ronda. Desde Cochet en Wimbledon, en 1927, nadie consegu¨ªa, como Robredo, remontar tres partidos de esta forma. El cruce entre los dos espa?oles asegura que habr¨¢ un tenista de La Armada en semifinales. Si la l¨®gica del r¨¢nking se impone, ah¨ª esperar¨¢ el suizo Roger Federer.

Para pensar en eso, Robredo tiene que escalar varias monta?as. Est¨¢ la doble falta que le cuesta el tie-break de la primera manga. Est¨¢ la pegada de Almagro, tremendo le?ador que saca con fuerza y tira con rabia. Est¨¢ el marcador en contra y las piernas quemadas por las horas de juego acumuladas durante las dos remontadas previas. Robredo, que llega a ir break abajo en la tercera, la cuarta y la quinta mangas, act¨²a como si nada de eso existiera. Sigue mezclando el juego con sabidur¨ªa. Falto de la potencia necesaria para resolver los puntos, el espa?ol ha hecho carrera cambiando direcciones y alturas, mezclando en los peloteos hasta desplazar a sus contrarios y rematar el punto.

Ni en la Copa Davis se ha visto Robredo en una como esta. La gente le alienta, le apoya, le empuja, le da fuerzas. Con la raqueta reclama m¨¢s aplausos, m¨¢s energ¨ªa. Con el pu?o celebra sus puntos, ¨¦l normalmente tan comedido, y acaba llorando y llorando entre las palmas del p¨²blico. Es Robredo en comuni¨®n con la grada, Robredo disfrutando y sufriendo de lo lindo mientras abre ¨¢ngulos, remata con paralelos y hasta se atreve a asaltar la red para cerrar alg¨²n punto suelto.

Esa mezcla le espera ahora a Ferrer, que la conoce bien: domina 6-3 los cara a cara. El viento que sopla en la ma?ana de Par¨ªs acompa?a al alicantino hasta los cuartos: 6-3, 6-1 y 6-1 al sudafricano Anderson.

As¨ª, el n¨²mero cinco mundial sigue silenciosamente en el torneo, empe?ado en mantener un perfil bajo, discreto como nadie, porque sabe desde el primer d¨ªa que tiene un cuadro goloso. A los 31 a?os, quienes le conocen bien le reconocen ante la oportunidad de su vida. Por primera vez, las bajas (Andy Murray) y el sorteo (solo uno de los top-3 por su lado, Federer) le permiten so?ar con alcanzar su primera final grande.

En Roland Garros, donde fue semifinalista en 2012, Ferrer no ha perdido a¨²n ning¨²n set. Avanza con paso seguro, desarbolando a sus contarios y movi¨¦ndose a un ritmo alt¨ªsimo, poderoso, de v¨¦rtigo. Juega siempre en el aire, y el aire le lleva en volandas. Por ahora, hasta los cuartos, donde le espera Robredo, el hombre de las remontadas.